Toledo se prepara para ser "la primera ciudad Patrimonio de la Humanidad en España" en implementar una ordenanza municipal para regular el turismo y la convivencia entre visitantes y residentes. Esta normativa limitará los grupos de visitantes en las vías más concurridas del Casco Histórico, prohibirá el uso de megáfonos o impondrá un régimen sancionador, entre otras medidas.
"La única (ciudad) que está trabajando en ello ahora mismo también es Segovia, y hay muchas otras que nos están llamado para informarse sobre el contenido de la misma", ha indicado el concejal de Vivienda, Turismo y Relaciones con la UCLM, José Manuel Velasco, que espera que la ordenanza pueda aprobarse el próximo mes de septiembre tras las alegaciones que se hagan a la misma, actualmente abierta a las propuestas de los grupos municipales del Ayuntamiento.
El edil ha hecho un repaso de las principales medidas que se han incorporado al borrador de la ordenanza, que adelantó Toledodiario.es la pasada semana, y que incluyen también que los grupos deben evitar calles y plazas de alta afluencia en horas punta. Hasta el momento, las tres zonas que se han identificado, donde se prohibirá también el paso de grupos de visitantes de más de 30 personas -incluyendo al guía- son: la calle Hombre de Palo, la plaza del Consistorio (junto a la entrada del Ayuntamiento) y el Pasaje Balaguer.
La motivación principal detrás de esta iniciativa es la necesidad de conciliar la actividad turística con la habitabilidad del Casco Histórico de Toledo, una ciudad que recibe diariamente una cantidad excepcional de visitantes. Se busca dar respuesta a problemas como la saturación de espacios, la convivencia con los vecinos, el uso de megáfonos o la problemática de los carteristas.
Control de flujos turísticos
En este sentido, Velasco ha recordado que, para un mejor control y planificación, el Ayuntamiento ha instalado un sistema de cámaras para el control de flujos turísticos en el eje principal que va desde Zocodover hasta Santo Tomé. Estas cámaras no solo ayudarán a controlar el cumplimiento de la normativa, sino que también permitirán conocer cómo avanzan los flujos de visitantes y planificar nuevos itinerarios.
Los recorridos actuales, recuerda el concejal, se concentran en un único itinerario genérico (Ronda del Granadal, Cobertizo, calle Ancha, calle Hombre de Palo, Catedral y Judería). La instalación de cámaras permitirá diferenciar entre residentes y no residentes mediante el análisis de la red móvil, ofreciendo una visión más clara del número real de turistas que llegan a Toledo, estimado actualmente en un mínimo de millón y medio anual.
Límite para tours sin auriculares: las 23.00 horas
La normativa propuesta establece la obligatoriedad del uso de auriculares (pinganillos) para grupos de más de 30 personas. Esta medida busca mejorar la calidad del turismo y conciliar con el descanso de los residentes, especialmente importante para visitas en momentos de mayor afluencia.
Así, se prohíbe el uso de megáfonos y altavoces en las calles y se establece un límite horario para las visitas sin el uso de auriculares; a partir de las 23.00 horas, las visitas guiadas deben emplear un sistema que impida molestar a los residentes, incluso para grupos pequeños. Esta medida ha sido considerada "sensata" por la mayoría de los colectivos, según indica Velázquez, y busca respetar el descanso de quienes viven en el Casco Histórico.
Free tours y paraguas publicitarios
Respecto a las limitaciones para los 'free tours', la ordenanza, apunta Velasco, apunta que lo que se recoge es la normativa local que hay para regular la publicidad y la rotulación en Toledo, que "prohíbe la utilización de determinados objetos para hacer en los exteriores", como pueden ser en este caso los paraguas publicitarios que utilizan algunas guías turísticos en la ciudad, debiendo hacerlo a través de sus plataformas o establecimientos.
Además, también hace referencia a la Instrucción 1/2017 de la Dirección General de Turismo de Castilla-La Mancha, que regula los 'free tours', que prohíbe la captación de clientes o el ejercicio de actividad mercantil en la vía pública, por lo que buscan que "operen como cualquier otro negocio, sin ocupar espacios públicos para publicidad o captación".
Autobús y tren turístico
Por otra parte, Velasco indica que la ordenanza transforma la naturaleza jurídica de estos servicios. Lo que antes era una concesión pública ahora será una licencia al uso, limitada a una licencia para un tren y una para un autobús. Esta decisión se basa en un dictamen del Tribunal Supremo que liberaliza el sector, pero permite a las ciudades limitar las licencias por motivos de movilidad e interés general, crucial para el Casco Histórico de Toledo.
El concejal apunta que si bien ha habido un acuerdo generalizado entre vecinos y guías sobre la positividad de la ordenanza, algunos pequeños empresarios del turismo han expresado preocupaciones, especialmente en relación con la inversión en pinganillos. La administración ha señalado que la inversión en auriculares solo es obligatoria para grupos de más de 30 personas, sugiriendo a las pequeñas empresas que adapten el tamaño de sus grupos si desean evitar dicha inversión.
Para Velasco, la ordenanza es un "punto de partida ambicioso" que busca sentar las bases para un turismo que beneficie tanto a la economía como a la sociedad toledana, permitiendo a la ciudad seguir siendo un referente turístico. La administración reconoce que, aunque todos los sectores han tenido que ceder en algún punto, la colaboración y el entendimiento han sido clave para alcanzar este consenso inicial.