En el 25 aniversario de la reapertura de Roca Tarpeya y el Museo Victorio Macho de Toledo, el centro quiere crear una galería virtual con las imágenes de aquellos que la han visitado, fuera por el motivo que fuera, y que forman parte de su historia.
Para participar en esta galería virtual, los visitantes tan sólo tienen que compartir sus fotografías en Roca Tarpeya etiquetando alguno de los perfiles de la Real Fundación de Toledo, el Museo Victorio Macho o el Espacio Rafael Canogar en cualquiera de las redes sociales (Instagram, Facebook o X) o en el correo electrónico de la Fundación. También pueden incluir anécdotas o historias relacionadas con Roca Tarpeya y sus museos para así crear entre todos los que participen una recopilación de estos 25 años.
El 2 de julio de 1999 se abrieron de nuevo al público Roca Tarpeya y el Museo Victorio Macho, tras permanecer cerrados los quince años anteriores. En 1966, al morir el escultor Victorio Macho pidió en su testamento crear la Fundación Victorio Macho para gestionar su legado, formado por una parte muy importante de su obra y por su casa de Toledo, en favor del pueblo español.
La falta de medios humanos y económicos, así como la especial estructura interna de la Fundación, hicieron difícil la pervivencia de esta y provocaron que los inmuebles comenzaran un proceso de deterioro y abandono, según ha informado la Real Fundación de Toledo en nota de prensa.
Fue entonces cuando la Real Fundación de Toledo asumió el compromiso de encontrar una vía de solución definitiva para recuperar el patrimonio de Victorio Macho y obtener el rendimiento cultural que este soñó en su legado testamentario.
A través de la figura jurídica de la fusión de ambas fundaciones, en 1998, la Real Fundación de Toledo pasó a ser la titular del legado del escultor, incorporando a sus fines la conservación y difusión de la figura de Victorio Macho y su obra.
Con la colaboración del Ministerio de Cultura, la Real Fundación de Toledo llevó a cabo en 1999 la rehabilitación de Roca Tarpeya, obra del arquitecto Manuel de las Casas. El Plan Especial del Casco Histórico de Toledo reconoce el valor patrimonial del conjunto como monumento.
El proyecto de rehabilitación del conjunto comenzó en febrero de 1998 y permitió la apertura de los espacios el 2 de julio de 1999. El criterio que se llevó a cabo en la intervención fue el de la restauración, con un "total respeto" de los valores de la obra de Zuazo.
Así, se conservaron los edificios, incluso recuperando el proyecto original en aspectos que habían sido posteriormente reformados por los propietarios. Se hicieron mínimas modificaciones, sólo cuando eran imprescindibles para lograr una mejor adaptación a los nuevos usos definidos.
Cientos de miles de personas
Desde aquel 2 de julio de 1999, son cientos de miles las personas que han pasado por las instalaciones de Roca Tarpeya, ya sea para visitar el Museo Victorio Macho, el Espacio Rafael Canogar o cualquiera de las muchas exposiciones temporales realizadas a lo largo de estos 25 años, o para asistir a las cientos de reuniones, congresos, conferencias, talleres y eventos de muy diversa forma que han tenido lugar en sus salas y jardines.
La primera evocación que se tiene de Roca Tarpeya es del propio Victorio Macho, que en una carta de 1949 desde Lima a su sobrino describió el recuerdo que tenía de una visita que hizo a este lugar en 1933, afirmando que "es el que los toledanos llaman la Roca Tarpeya" prosiguiendo que "al entrar se ve en el fondo una casa que si no estoy trascordado consta de dos plantas y sobre ellas otra más reducida formando un a modo de mirador. La izquierda un jardín donde el sacerdote tenía colmenas. A la derecha dos casitas bajas con modestos vecinos, limpias y agradables".
Continuó describiendo que "el jardín y la casa avanzaban hacia el río Tajo y al borde había una gran roca con una baranda de hierro en lo alto formando una pequeña terraza con tiestos, que parecía una proa florida; ese que pudiéramos llamar 'nido de águilas' se contemplaba el río y toda la comarca cigarralera".