Adentrándonos en el paraje de Las Chorreras, situado a poco más de un kilómetro del municipio de Los Yébenes, podemos encontrar un grupo de pinturas rupestres de la edad del Bronce. No obstante, para llegar hasta ellas hay que atravesar un dificultoso recorrido sobre la ladera de esta sierra que forma parte de los Montes de Toledo, donde estos días puede uno disfrutar de la tradicional berrea otoñal.
Estas pinturas fueron descubiertas en el año 1977 por el geólogo Carlos León y han sido estudiadas por el actual presidente del Instituto de Estudios Manchegos, Alfonso Caballero Klink. Aunque las pinturas son conocidas por los vecinos del municipio y han sido visitadas a lo largo de estos años, hasta ahora no se ha llevado a cabo ningún proyecto para protegerlas y darlas a conocer.
Se trata de un patrimonio ancestral que en la provincia de Toledo solo tiene un símil en Mora y sobre el que equipo de Cota 667 está llevando a cabo ahora tareas de prospección arqueológica, documentación e identificación en, hasta el momento, tres de los abrigos -espacios huecos entre las rocas- en los que se encuentran estas pinturas y que podrían no ser los únicos.
Según nos explica Sergio Isabel, uno de los miembros del equipo de Cota 667, los curiosos que han ido durante estos años a visitar estas pinturas rupestres "echaban agua encima para que se vieran mejor". "Hace falta restaurarlas, protegerlas. Les da la luz del sol", explica sobre las labores que van a desempeñar gracias a la apuesta del Ayuntamiento del municipio toledano por recuperar este espacio patrimonial y redescubrir la historia de los poblados que pudieron habitar esta zona en la la edad del Bronces.
El proyecto pretende contextualizar todas las pinturas, documentar si hay más abrigos y, en un futuro, musealizar la zona y, con la colaboración de la Diputación de Toledo, habilitar senderos que permitan acceder con mayor facilidad a esta zona que colinda con uno de los senderos puestos en marcha por la Institución provincial.
En estos trabajos tratarán también de poder descifrar el arte esquemático que caracteriza este tipo de pinturas que reflejan "bastante bien" antropomorfos -figuras con aparente forma humana-. "No sabemos qué dice. Hay líneas en zig-zag que se definen como agua en otros sitios con este tipo de pinturas", dice Sergio Isabel, que destaca el "impresionante" contexto natural en el que se hallan, un entorno caracterizado por la presencia de aves rapaces.
El estudio ha permitido por el momento encontrar una zona que había sido catalogada como un antiguo poblado y que parece un punto de observación. "Aquí hablamos de cómo la gente vivía en estas alturas. Tenían una parte de campos agrícolas y la montaña que tienen en frente. Puede ser algo sagrado, con un carácter religioso. La montaña podía ser el referente donde colocaban los abrigos, Estamos intentando saber cómo se vivía", apunta el experto, que destaca algunos de los restos que están encontrando en estas labores como "la perra chica".
Fortalecer el patrimonio rural
Por su parte, Félix Jaime, técnico de Turismo del Ayuntamiento de Los Yébenes, nos cuenta cómo se está gestando el proyecto desde el punto de vista cultural y turístico para el municipio. "Lo primero es su bien y conservación, son los primeros trabajos, así como documentar. Una vez tengamos todos esos datos trabajaremos en su puesta en valor y en habilitar rutas, siempre con bajo la perspectiva de la protección del patrimonio", destaca.
En este sentido, lamenta los episodios de vandalismo que han sufrido las pinturas rupestres de Mora y que supone un verdadero problema en la protección y divulgación del patrimonio de este tipo. Por ello, hace hincapié en la importancia de involucrar a la sociedad en la preocupación por poner en valor este tesoro del pasado.
Una vez protegido, este patrimonio puede ser "un gran potencial y un reclamo turístico cultural y natural" para Los Yébenes, resalta Félix Jaime, que apuesta por dar a "conocer mucho más y abrir al mundo de la investigación" estas pinturas enmarcadas en el simbolismo.