El Partido Animalista PACMA ha denunciado públicamente la utilización de camellos como atracción en las Jornadas Medievales de la localidad toledana de Oropesa. Según las imágenes que ha hecho públicas, captadas por una asistente al evento y compartidas por la formación política, los animales cargaban hasta dos personas al mismo tiempo, y se presume de “escasos o nulos descansos a lo largo del día”. Según afirma, estos animales “podrían estar terminando las jornadas sobre las once de la noche”.
Recuerda esta formación que las Jornadas Medievales de Oropesa son una fiesta de interés turístico nacional que se celebra durante el mes de abril en el toledano pueblo con el que comparten nombre. Tienen lugar desde hace más de diez años por motivo de la conmemoración del otorgamiento a la villa de la posibilidad de celebrar un mercado durante el mes de abril en la época de Alfonso XI.
Es un evento temático, lúdico y muy concurrido que se desarrolla en distintas partes del municipio y se llevan a cabo actividades varias. En algunas de ellas, como denuncia PACMA, se siguen utilizando animales.
La formación política insta al Ayuntamiento de Oropesa a dejar de utilizar animales en sus eventos y, en su lugar, sustituirlos por alternativas atractivas que permitan la realización de las jornadas sin financiar el “potencial malestar de esta especie u otras que pudieran verse afectadas”.
En diversas ocasiones se ha documentado el maltrato a los camélidos empleados para las ferias, donde normalmente se les obliga a cargar personas durante las jornadas, sin que presuntamente se lleven a cabo los descansos apropiados o se les permita hidratarse o nutrirse con la regularidad adecuada. “Es frecuente recibir quejas por el sometimiento al estrés que padecen estos animales, obligados a realizar esta actividad en medio de multitudes y con altos niveles de ruido, música o incluso fuegos artificiales”, añade.
Otros casos en España
En diciembre de 2021, la asociación Juristas por la Defensa de los Animales y el Medioambiente de Cantabria interpuso una denuncia ante el Ayuntamiento de Torrelavega y solicitó medidas cautelares por el uso de camélidos durante las fiestas de Navidad argumentando la ansiedad que presentaban estos sensibles animales.
En octubre de 2018, un camello cayó desplomado en el vigésimo Mercado Cervantino de Alcalá de Henares y necesitó atención veterinaria y traslado a un centro especializado. La Plataforma para la Protección Animal de Alcalá de Henares explicó que este tipo de situaciones venían sucediéndose desde antes, denunciando que los animales usados en estos eventos “sufrían jornadas de trabajo interminables desde la mañana a la noche y con apenas un descanso efímero en instalaciones inadecuadas y carentes de lo más básico para su confort”.
El Partido Animalista denunció públicamente durante varios años el maltrato al que son sometidos los camellos utilizados para dar paseos a los turistas en Maspalomas, Gran Canaria, según explican, por “ser sometidos a duras jornadas de trabajo, de sol a sol, sin apenas descanso y cargando, en ocasiones, pesos superiores a los que pueden aguantar”.
La formación política animalista sostiene que el uso de animales es totalmente innecesario en nuestros días, más si cabe por motivo de la celebración de ferias y diversos espectáculos cuyas actividades pueden ser sustituidas sin afectar a la esencia del evento.
La “excesiva presión” de la carga
En un estudio realizado por el veterinario David Perpiñán para la Fundación Franz Weber en el año 2020, se analizaron varios aspectos sobre los camélidos utilizados para dar paseos en Lanzarote, que viven una situación similar a los de Maspalomas salvando la orografía de sus espacios de estancia.
En dicho informe, el experto apuntaba a problemas dermatológicos relacionados con la obligación que tienen los dromedarios de pasar muchas horas al día sentados sin libertad para poder incorporarse, así como la acción de levantar el peso de los viajeros directamente desde el suelo. Esto “pone excesiva presión no sólo en las articulaciones, sino en la piel que las cubre. La misma presión se produce cuando el dromedario tiene que bajar el peso”. Perpiñán afirma que, además, esta presión le afecta gravemente al sistema músculo-esquelético.
En este sentido, el veterinario sostiene que “el peso soportado por los dromedarios es excesivo”. Se ha observado que a los dromedarios se les llega a cargar con pesos que suponen más del 50% de su propio peso corporal, sumando la carga de la silla y algunos lastres utilizados para equilibrar los lados. En caballos, se ha descrito que el peso máximo soportado debería ser menor al 30%.
PACMA apunta que, sin embargo, se precisan más estudios científicos que documenten e interpreten los “padecimientos de estos animales cuando son utilizados para actividades de este calibre”, ya que, hasta la fecha, la información es escasa porque no ha suscitado el suficiente interés parte de la comunidad de expertos. El partido asegura que una explicación pormenorizada sobre las características de los camélidos permitiría conocerles mejor y poner límites a su explotación.