Poca gente queda hoy en la región y en la provincia que no conozca Noblejas, el pueblo cuyo alcalde inició una huelga de hambre para pedir a la Junta que cumpliera su compromiso de construir un instituto.
Durante la protesta de estas pasadas semanas, visité a su alcalde, Agustín Jiménez, para conocer la problemática y transmitirle todo el apoyo de Movimiento Sumar Castilla-La Mancha.
Aproveché la visita para reunirme con las militantes de Movimiento Sumar del vecino pueblo de Ontígola y me contaban que la situación de Noblejas se repite en su propio municipio.
Ontígola, no dispone de instituto y muchas personas jóvenes tienen que desplazarse a localidades próximas, en muchos casos, a la vecina Aranjuez (Madrid), para lo que necesitan empadronarse en dicha localidad. Esta situación provoca que Ontígola tenga más gente viviendo de la que rige en el padrón municipal y por tanto se pierden o se dejan de crear servicios en el municipio.
Este panorama impacta directamente en la sanidad. En Ontígola sólo disponen de un médico y de una enfermera durante toda la semana, y un pediatra, una vez al mes en una localidad de unos 5.000 habitantes censados y con una estimación de unos 9.000 habitantes reales.
La sanidad y la educación son competencias directas de la JCCM y deben ser atendidas con el esmero que se merecen.
No hablamos de partidos, ni de intereses, sino de justicia social, de mejorar la vida de las personas. Nuestros vecinos y vecinas merecen poder estudiar en su pueblo y ser atendidos como ciudadanos de primera.
La falta de impulso educativo de la JCCM no se queda en estos dos ejemplos, sino que otros municipios como Argés (7.000 habitantes) o Borox (4.250 habitantes) tampoco cuentan con instituto. Este último, por cierto, no sólo no tiene instituto si no, que el colegio tiene unas muy malas condiciones, de sobra conocidas por la Junta de Comunidades ya que se pusieron en contacto con ellos hace tiempo.
Este artículo sólo tiene una finalidad, recordar que la política debe servir para estar al servicio de las personas y dejar claro, que la educación debe ser uno de los pilares fundamentales de nuestra tierra. Aprovechando que soy maestra y que la vuelta al cole está próxima, voy a dejar deberes: reflexionar sobre los beneficios que supondría un instituto en las localidades anteriormente citadas, y por qué no, construir alguno.