Hace un par de semanas echó el cierre la Tienda del Pozo, una apuesta por el comercio de los vecinos para los vecinos que comenzó poco después de la pandemia y que tanta vida dio a la calle Pozo Amargo, otrora un destacado lugar comercial toledano.
Detrás de esta aventura está Raquel, a quien tenemos que agradecerle todo lo que ha hecho por el barrio estos años. Seguramente, el apoyo ciudadano no ha sido suficiente para mantener abierta esta tienda, el 'colmao' de la zona, que quiso mantener viva una tradición de este local que ha sido una tienda durante varios años antes de que Raquel tomara el mando.
Esperemos que vuelva a ser una tienda.
Raquel, alhaja, muchas gracias por toda tu alegría y por todo el esfuerzo que has hecho para mantener a flote un negocio que ha sido mucho más que un punto de recogida de paquetes o donde comprar la cena, la barra de pan o la comida del gato. Personas como tú son las que le dan vida a barrios como el nuestro. Echaremos de menos tu cara sonriente, la de tu madre y la de tu hija.
Por ahora, nos queda reflexionar, una vez más, sobre qué barrio queremos. Si uno lleno de Carrefoures o de familias como la de Raquel.