Segundo intento, desde 2016, para declarar Refugio de Fauna al embalse de Finisterre, situado sobre el río Algodor en los términos municipales de Mora, Tembleque, Consuegra y Turleque, en la provincia de Toledo.
El lugar cuenta con una gran riqueza ecológica en flora y fauna, especialmente aves acuáticas migratorias. Todas ellas utilizan el embalse durante el periodo reproductor o durante la invernada. Solo en acuáticas invernantes se han contabilizado hasta 30 especies, 21 de ellas incluidas en el Catálogo Regional de Aves Amenazadas.
Este refugio de fauna incluirá también zonas no ocupadas por el agua en las que viven los conejos, presas de un ave en peligro de extinción como es el águila imperial ibérica que en los últimos años está considerada como especie reproductora en esta zona de la provincia de Toledo.
Ahora, la Dirección General de Medio Natural y Biodiversidad acaba de publicar una Resolución por la que se somete a información pública el expediente cuyo procedimiento se inició en febrero de 2016 y todavía no se ha culminado.
Es la manera de que el lugar sea considerado como ‘zona sensible’, una figura de protección incluida en la Ley de Conservación de la Naturaleza castellanomanchega.
Ya en la primera la Memoria Justificativa que se realizó para convertir a esta zona en Refugio de Fauna - que data de 2016- se detalla que el embalse fue declarado como zona de caza controlada en 1989 y debería haberse convertido en coto de caza en virtud de la normativa cinegética regional de 2015, aprobada por el Ejecutivo de Dolores de Cospedal poco antes de las elecciones autonómicas aquel año.
De zona de caza a lugar protegido, salvo excepciones por sobrepoblación
Sin embargo, el Gobierno regional progresista de la pasada legislatura y el actual, de mayoría socialista, considera que la situación del lugar y las especies que alberga “aconsejan el cambio de figura legal”, convirtiéndolo en refugio que permita a la fauna estar al margen de la actividad cinegética para no perturbar sus condiciones de vida.
El lugar es también hábitat para conejos, liebres y jabalíes y, en estos casos, la condición de Refugio de Fauna no excluirá la posibilidad de que puedan autorizarse “capturas excepcionales” para el control de población que evite daños en terrenos agrícolas del entorno del embalse.
Y si se prohíbe la caza con excepciones, también se apunta que otras actividades como la pesca u otras actividades en el embalse requerirían de “control” para compaginarlas con “la preservación de las condiciones de tranquilidad necesarias”.
La nueva Memoria Justificativa que ahora se conoce es “prácticamente” idéntica a la de 2016. En ella se recuerda que el expediente ya fue sometido en dos ocasiones al Consejo Asesor de Medio Ambiente de la región (tanto en 2016 como en 2018) y que los motivos para dotar de mayor protección a la zona se mantienen.
De forma especial se pide prestar atención a los ejemplares de focha común porque su censo “ha disminuido de forma importante” en los últimos cuatro años y, añade el informe técnico, aunque la situación “no es preocupante, debe ser estudiada”.
El proyecto estará sometido a información pública para posibles alegaciones hasta el próximo 23 de febrero de 2020 y está disponible en el tablón de anuncios electrónico de la Junta castellanomanchega.
Ecologistas en Acción pidió demoler la presa en 2018 por "inservible"
Curiosamente, en el año 2018, Ecologistas en Acción incluyó dentro de su al embalse de Finisterre, que pertenece a la cuenca del Tajo, y pidió su demolición.
La presa, que fue construida en 1977, puede almacenar hasta 133 hm3 -que nunca se han alcanzado según la organización ecologista- y fue concebida para abastecer de agua a la Mancomunidad del Algodor que incluye a 45 municipios.
Denunciaron a la infraestructura por "ineficaz" y por tener un alto impacto sobre el río Algodor provocando un "deterioro notable del cauce y del bosque de ribera original".
Al otro lado, el agua del embalse en el que habitan las aves acuáticas que se quiere proteger como refugio. Todo un dilema.