El equipo de gobierno del PP y Vox en el Ayuntamiento de Toledo ha sometido a información pública su proyecto para implantar en el Casco Histórico una Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Es un medida para paliar la contaminación urbana de obligado cumplimiento para ciudades con más de 50.000 habitantes a instancias de la Unión Europea, y cuenta con fondos públicos comunitarios para financiar su puesta en marcha. La obligación también se extiende a ciudades con más de 20.000 habitantes que superen los límites de contaminación que pueden perjudicar la salud pública.
Ya ha recibido críticas de la oposición y a ellas se ha sumado también Movimiento Sumar que ha presentado alegaciones. Cree que el proyecto es solo "operación cosmética para dar cumplimiento a una obligación legal", pero sin introducir cambio alguno respecto de lo que ahora existe. En este sentido subrayan que la iniciativa quiere ponerse en marcha "sin garantía de que vaya a servir para reducir la contaminación, que es el objetivo que se debería perseguir".
"El propio portavoz municipal y el concejal de Movilidad han puesto de manifiesto su nula voluntad en esta materia, asegurando que no habrá cambios significativos y que se demorará su aplicación, con moratorias y exenciones para los vehículos contaminantes", según destacan desde el Movimiento Sumar.

De hecho subrayan que, de entrar en vigor, su aplicación se retrasará hasta el año 2030.
"Ni reduce el tráfico, ni se aplican medidas de movilidad ni tiene rigor"
Para Sumar las propuestas de PP y Vox no reducirán el tráfico en la ciudad ya que el proyecto prevé que 26.448 coches diarios sigan entrando en el Casco, y más de la mitad llegan de fuera de la ciudad.
Además, abundan, "se ignoran las medidas del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), que priorizaba transporte público, bici y peatones", su ámbito de aplicación es "limitado" porque se excluyen zonas como Antequeruela, entornos escolares o el Hospital Universitario, "donde la contaminación afecta directamente a la salud".
Desde Movimiento Sumar considera que la justificación que se hace para la declaración del Casco Histórico como Zona de Bajas Emisiones (ZBE) parece correcta, al relacionar contaminación con la etiqueta ambiental de los vehículos que circulan. Sin embargo, apuntan que "no se explica por qué no se incluye en su delimitación la zona de Antequeruela, tal como se preveía en el PMUS, con el correspondiente control de accesos".
Otra de las pegas que apuntan es la "falta de rigor", ya que los estudios de calidad del aire aportados se basan en solo tres meses de datos y creen que son "insuficientes para una decisión de esta envergadura".
Sobre estos estudios de calidad del aire a partir de los datos recabados en las estaciones de control existentes en el propio Casco, Buenavista, Polígono y Santa Bárbara, abunda esta formación política que solo se recogen datos de un periodo de tres meses, de marzo a mayo de 2025 y que a pesar de los pocos datos recabados se aprecia que el Casco Histórico presenta una calidad del aire mejorable o que en los barrios del Polígono y Buenavista se han producido episodios de contaminación por ozono troposférico.
Las propuestas de Sumar
Entre las propuestas que plantearán a través de las alegaciones presentadas está la de reducir de forma progresiva el número de coches privados que circulan por el Casco Histórico "con regulación de aparcamiento y fomento de aparcamientos disuasorios".
Sugieren, además, la protección de entornos escolares y hospitalarios con limitaciones al tráfico contaminante y alternativas seguras de movilidad, además de aplicar la llamada logística "de última milla" con vehículos cero emisiones para el reparto en el Casco Histórico de Toledo.
De otro lado reclaman un calendario "más ambicioso y sin exenciones abusivas" porque el modelo de ciudad "está en juego".
Otra de las propuestas pasa por suprimir el aparcamiento en superficie de no residentes en el Casco (salvo excepciones autorizadas, como por ejemplo personas cuidadoras), derivándoles a aparcamientos disuasorios y subterráneos mediante una gestión de la información que evite circulaciones innecesarias.
También es precisa, dicen, una regulación del aparcamiento para residentes que reduzca y ordene el espacio público destinado al aparcamiento, buscando incluso alternativas en el interior de inmuebles y que la circulación de motorizada de residentes por el interior del Casco Histórico se ordene mediante itinerarios que eviten desplazamientos que atraviesen el Casco.
Para SUMAR Toledo, la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) "debería ser una oportunidad para mejorar la salud y calidad de vida de la ciudadanía, no un mero trámite legal" y que de hacer lo contrario "el PP y Vox desperdician la ocasión de construir una Toledo más habitable y sostenible”.
"Antes de decidir la declaración de una ZBE o de Zonas de especial sensibilidad (ZES) se debería seguir la indicación de la Federación española de municipios y provincias (FEMP) y elaborar un proyecto técnico que contenga una información general que refleje el tipo de zona, una estimación de la superficie contaminada y de la población expuesta y las medidas de mejora de la calidad del aire y de la calidad acústica previstas con su calendario de aplicación".