Más de 10 mil plantas de marihuana incautadas y una veintena de personas detenidas en una nueva operación antidrogas en la provincia de Toledo

Plantación de marihuana / Fotografía: Guardia Civil

La Guardia Civil, en el marco de la operación 'Hormigueroverde', desarrollada en la provincia de Toledo, ha detenido a 19 personas pertenecientes a una organización criminal dedicada al tráfico de droga. Se trata de 13 hombres, de entre 24 y 45 años, y seis mujeres, de 26 a 45 años, que se enfrentan a ocho delitos de cultivo y elaboración de droga, dos de pertenencia a grupo criminal, nueve delitos de defraudación de fluido eléctrico, nueve de defraudación de agua, ocho de ocupación de inmueble, uno de tenencia ilícita de armas, uno de robo con fuerza en las cosas y un delito de suplantación de identidad.

Además se han intervenido un total de 10.311 plantas de marihuana en avanzado estado de crecimiento, 2.500 gramos de inflorescencias (cogollos), secos y envasados al vacío listos para salir a la venta, y 100 gramos de hachís.

Asimismo, se han incautado dos armas largas de fuego, de las que una de ellas figuraba como robada en la Comunidad de Madrid y material logístico dedicado al cultivo de droga por un valor de 400.000 euros y 1.000 euros en metálico, ha informado la Guardia Civil en nota de prensa.

La operación se inició cuando la Guardia Civil pudo constatar la existencia de un gran número de plantaciones de marihuana en la localidad de Hormigos, cinco de ellas en viviendas del casco urbano y otras cuatro en una urbanización de la misma localidad. De estos nueve domicilios, ocho de ellos estaban ocupados ilegalmente.

Por tal motivo, los agentes procedieron a la entrada y registro de los domicilios. Algunas de las viviendas contaban con altos dispositivos de seguridad, con el fin de proteger las plantaciones de posibles robos de otros traficantes.

Según explican desde la Benemérita, en una de las viviendas la plantación de marihuana se encontraba oculta en un sótano al que se accedía a través de un pequeño agujero en un muro de una dependencia de la planta baja. En otro de los domicilios, el acceso a la plantación se realizaba por una puerta blindada en la parte trasera de la vivienda, a ras de suelo, mediante una trampilla oculta en la habitación de matrimonio. Y en una tercera, la vivienda poseía una puerta blindada de dirección de apertura opuesta a la propia del domicilio, lo que dificultaba enormemente el acceso al interior.