En su trayectoria musical, el grupo toledano Mallo ha tenido que finalmente aceptar que la música que hacen es "pop disfrazado de rock". El cantante del grupo, Javier Arroyo, llega incluso a reflexionar: "Todavía a día de hoy no sabría definir qué es realmente la música indie; se nos ha calificado como tal pero seguimos sin saber qué es". Mallo, el grupo compuesto por Leire (batería), Elena (teclados), Gabriela (bajista), Gonzalo (guitarrista) y Javi (voz), es uno de los que actuarán en el festival 'Aperitindie', organizado por el Ayuntamiento de Toledo.
"Nos encanta que se cuente con gente de aquí. Aunque nosotros parecemos una banda joven, pero tenemos más años que la tos. Pero hay gente joven haciendo cosas, iniciativas guais en la provincia y 'Aperitindie' es un acierto, demuestra que el Ayuntamiento confía en sus artistas. Aunque todavía queda mucho por hacer", recalca el cantante. Y explica que es trata de artistas que, finalmente, tienen en sus manos la responsabilidad del futuro de la música.
El problema de Toledo, reflexiona, es que hay "complejo de ser el barrio sur de Madrid". "Para el arte, pero para todo lo demás también. Es la sensación que tenemos, que efectivamente cuando tienes un proyecto artístico de cualquier tipo, y quieres desarrollarlo piensas en tu ciudad y cómo te acogerá. Pero si el modelo está enfocado al turismo y no se puede vender al turismo masivo, el proyecto finalmente tienes que apoyarlo con tu dinero y con el dinero que te de alguien, pues es poco viable y al final te lo llevas a Madrid. Crear escena local tiene mucha dificultad", explica. Y es algo, explica, que se ha visto siempre en Toledo. "Se fomenta el turismo, pero no la escena local. Pero te vas a otra ciudad y ves una efervescencia continua", recalca. Nombra, entre otras, a Salamanca, Burgos o Cuenca.
Mallo lanzó justo antes de la pandemia, su último disco, que también se llama 'Mallo'. "Lo tenemos muy controlado, no hemos podido ensayar mucho, pero tenemos muchas ganas de sentir el escenario, estar al aire libre y tocar", recalca Javi. Ofrece un pop "más oscuro y más enérgico".
Están orgullosos de que más de la mitad de sus componentes sean mujeres. "El arte es político", recalca Arroyo. "Si pudiéramos, tendríamos más mujeres, pero es complicado. La presencia femenina es algo importante, porque hay un sector conservador dentro del musical que dice que se deja a grandes artistas masculinos, pero nosotras creemos que hay que darle voz a todas las personas que quieren hacer cosas. Cuando se nos ha ido un miembro y hemos tenido que elegir entre un gran batería y una gran batería, lo hemos tenido claro. Creemos que el arte es política", afirma.
La música y la pandemia
Mallo, al igual que todo el mundo, se vio muy afectada como banda por la pandemia. "Aunque hay gente que sí vive de la música, trabajando como músico o de la música en directo o en estudio, hemos conocido muchos testimonios de mucha gente. La conclusión está clara: la precariedad en el sector ya estaba antes y ha aumentado durante la pandemia", recalca Arroyo. Así lo han visto gracias a la sección 'Música envenenada' que tienen en Onda Polígono.
Para el grupo fue difícil, porque sólo la mitad estaba en Toledo durante los meses más fuertes de la pandemia. "Tuvimos que plantear alternativas para reencontrarnos y buscar otras maneras de expresarnos, desde luego por obligación, no porque quisiéramos", afirma.
Y una vez comenzó a haber más posibilidades para tocar, vieron que era "mucho más difícil" hacer música en directo. "Las condiciones eran más limitadas, y a fin de cuentas seguíamos en pandemia. La cosa estaba regulinchi", recalca. Además, no sólo eso, sino que las condiciones de las salas han ido cambiando, cuando éstas han podido abrir en Toledo. "Antes las condiciones eran muy chulas, ellas se llevaban una comisión de tus entradas y tú tenías tu espacio. Pero se ha ido adoptando la dinámica en la que se paga un fijo. Es una de las maneras de tener seguridad para las salas, pero pasa que esta seguridad la están dejando de tener los artistas", lamenta.
"Finalmente, la consecuencia de la pandemia es que muchas bandas cada vez lo tengamos más difícil para tocar en directo, y que sea todo cada vez más complicado", concluye.