Noticias Toledo y Provincia | Toledodiario

Toledo | Ultimas noticias de actualidad

Tu diario de Toledo y provincia

  • Portada
  • Toledo
  • Talavera
  • Provincia
    • Illescas
    • Seseña
    • Torrijos
  • Opinión
  • Deportes
  • Cultura
  • El Martes
  • Cómplices
    • ¿Qué hacer en Toledo?
    • Eldiario.es C-LM
    • ¿Quiénes somos?
    • Política de privacidad y cookies
Agenda

Los toledanos que pasaron por el campo de concentración de Albatera: Amós, Sixto o Virgilio, nombres que no han caído en el olvido

Valgan estas referencias como recuerdo y reconocimiento a cuantos toledanos pasaron por este campo de Albatera, que desde febrero de 2023 está declarado como “Lugar de Memoria Democrática”

18/08/2025 Enrique Sánchez Lubián

Foto: Francisco Sánchez. Archivo Municipal de Alicante

Miles de personas se desplazaron al puerto de Alicante en los últimos días de la guerra civil con la esperanza de poder embarcar en alguno de los barcos que zarpaban. Eran personas que querían salir de España para salir su vida y el lugar se convirtió en una ratonera: solo algunos pocos lo consiguieron.

Tras la entrada en la ciudad de las tropas italianas de la División Littorio, las detenciones fueron masivas, siendo internados los prisioneros en lugares como el castillo de Santa Bárbara o los campos de concentración de los Almendros y Albatera. Este último fue considerado como uno de los más duros que utilizó el franquismo. El toledano Sixto Agudo, dirigente comunista apresado allí, recordaba que en él llegaron a congregarse unas 12.000 personas, entre quienes el hambre, la sed y la ausencia de letrinas causaron estragos. Como él, decenas de toledanos pasaron también por aquel siniestro lugar. De algunos de ellos se habla en esta entrega de la serie “2025, año de memoria y libertad”.

El campo de concentración de Albatera, en el término municipal de San Isidro, fue inaugurado en octubre de 1937 por el gobierno de la República con la pretensión de convertir hectáreas de saladares en terrenos laborables. Su capacidad estaba calculada para unos 3.000 reclusos. Finalizada la guerra, sus dependencias fueron utilizadas por las autoridades franquistas como campo de clasificación de prisioneros hasta octubre de 1939.

Luis Vidal. Biblioteca Nacional

Vigilados por Regulares de Melilla

Durante algunos de esos meses, la vigilancia del campo fue encomendada al 2.º Tabor de Regulares de Melilla, tropas marroquíes que impusieron el terror entre los allí congregados, no dudando en disparar a los reclusos que se acercaban a sus límites. En sus “Memorias”, Agudo comentaba que algunos internos evitaban acudir a hacer sus necesidades a las letrinas, por temor a ser tiroteados por los vigilantes del campo, pensando que podrían intentar evadirse desde ellas. El toledano recordaba, también, el terror que les producía ser castigados a “la parrilla”, recinto de unos diez metros cuadrados, a pleno sol, rodeado de alambradas donde los presos permanecían sin comida ni mantas para la noche, siendo vigilados de cerca.

Nacido en Torrijos en 1916, al iniciarse la guerra civil, Sixto Agudo residía en Toledo. Su domicilio se encontraba en el número 36 de la Avenida de Pablo Iglesias, nombre que por entonces recibía la calle Real del Arrabal, donde su padre era dueño de una churrería. Con apenas veinte años, ya era dirigente local y provincial de la Juventud Socialista Unificada. Al finalizar la guerra, fue internado en Albatera, recorriendo luego otros campos, hasta recalar en un batallón de prisioneros en Mallorca, del que huyó en 1940.

Refugiado en Francia, fue internado en los campos de Gurs y Argèles-sur-Mer, siendo destinado a una compañía de trabajadores forzados. Durante la ocupación nazi, formó parte del XIV Cuerpo de Guerrilleros Españoles y de las Fuerzas Francesas del Interior. Con la finalidad de reorganizar el partido comunista en España, regresó clandestinamente a nuestro país.

En 1944 fue detenido en Sevilla, siendo condenado a muerte por un consejo de guerra, pena que le fue conmutada por la de treinta años de prisión, de los que cumplió dieciséis en diferentes prisiones. Quedó en libertad condicional en 1961, marchando de nuevo a Francia, donde perteneció al Comité Central del PCE. Muerto Franco, regresó a España, instalándose en la provincia de Huesca y continuando su actividad política como diputado comunista, primero, y de Izquierda Unida, después, en las Cortes de Aragón. En 1987 fue elegido alcalde de la localidad oscense de Alcampell, cargo que desempeñó durante ocho años. Falleció en Lérida el 29 de junio de 2004.

Carretero, líder de los comunistas toledanos

Natural de la localidad conquense de Landete, Virgilio Carretero Maenza nació el 26 de enero de 1902, cursando la carrera de Derecho. Con el título de abogado bajo el brazo, se estableció en Toledo, comenzando a militar en las Juventudes Socialistas en 1918. Tras la fundación del PCE en 1921, se convirtió en su principal organizador en la capital provincial. Desde la Unión Local de Sindicatos, llegó a presidir la Casa del Pueblo de Toledo, impulsando la publicación del semanario “El Proletario”, como órgano de la misma.

Tanto durante la Dictadura de Primo de Rivera como durante la II República, fue detenido en numerosas ocasiones. Una de las más llamativas aconteció en 1927, cuando la policía le retuvo en Port Bou al regresar de un viaje de formación política e instrucción militar en la URSS. En su poder se le incautó una cantidad de dinero que debía entregar a la esposa de Jesús Ibáñez, un comunista asturiano que vivía en Moscú haciendo traducciones para las autoridades rusas.

Tras el fracaso y represión de la revolución de Octubre, en 1934, formó parte de un grupo de abogados especializados en la defensa de los detenidos por esos sucesos, asistiendo a más de un centenar de ellos. Llegadas las elecciones generales de febrero de 1936, en representación del PCE estuvo en la candidatura del Frente Popular por Toledo, no obteniendo acta de diputado.

Al iniciarse la guerra civil, tuvo responsabilidades en la organización de suministros en la ciudad de Toledo, experiencia que le sirvió para incorporarse como consejero de abastecimientos a la Junta de Defensa de Madrid. Luego, en julio de 1937, fue nombrado gobernador civil de Córdoba. Detenido en Albatera, consiguió huir a Francia, donde falleció en los años cuarenta, en fecha no determinada. La causa instruida contra él por las autoridades franquistas no se archivó hasta finales de 1951, figurando en ella, hasta entonces, como “en paradero desconocido”.

“Amós Acero, una vida por Vallecas”, de Cástor Bóveda

Acero: “Lo doloroso sería morir culpable”

Para algunos toledanos, el campo de Albatera fue la antesala de su posterior ejecución. Amós Acero fue uno de ellos. Nacido en Villaseca de la Sagra en 1893, hijo de un jornalero, con grandes sacrificios familiares y la ayuda económica de un vecino del pueblo, estudió Magisterio en Madrid. No le fue fácil conseguir plaza de maestro, por lo que trabajó tanto como auxiliar de farmacia en Villaseca y Valdepeñas, y como cobrador en una carbonería de Madrid.

Su bagaje familiar y su precaria experiencia laboral acrecentaron su conciencia social, ingresando en la UGT y en el PSOE en 1920, protagonizando mítines y actos políticos en la ciudad de Toledo y municipios de la provincia en defensa de las sociedades obreras, significándose en la lucha contra el caciquismo.

A mediados de 1927, recibió desde el partido socialista una oferta de trabajo en una escuela laica que llevaba el nombre de “Pablo Iglesias” en el entonces pueblo de Vallecas, donde organizó clases nocturnas para jóvenes obreros.
En aquellos años, Vallecas era un municipio cuyo crecimiento se sustentaba con la constante llegada de inmigrantes, conviviendo en un entorno modesto pleno de carencias, donde Amós se sintió obligado a dar un paso adelante en su compromiso político, pensando, desde su formación de maestro, que la acción pública debía ejercerse con espíritu transformador.

Así, en abril de 1931, con la proclamación de la II República, fue elegido alcalde y poco después, en el mes de junio, diputado en las Cortes Constituyentes, en las que participó activamente en la denominada “ley de los maestros laicos”.

Sus responsabilidades parlamentarias cesaron a finales de 1933 con el triunfo de la CEDA en las elecciones generales de aquel año. Meses después, en octubre del 34 y a consecuencia del movimiento huelguista convocado por las organizaciones socialistas, fue cesado de su cargo municipal, desde el que tuvo especial interés por desarrollar políticas en favor de la infancia (escuelas públicas, comedores o colonias escolares) y el entendimiento entre sus vecinos. Tras el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936, retornó a su puesto de alcalde.

Durante la guerra civil, Acero procuró evitar desmanes en su municipio, ayudando a personas de “derechas”, evitando saqueos en conventos y firmando salvoconductos a quienes veían peligrar su vida. Fue miembro del Socorro Rojo Internacional. En marzo de 1939, marchó hacia Valencia con la intención de salir de España por el puerto de Alicante. No lo consiguió y terminó en Albatera, mientras su familia permanecía en Vallecas.
Procesado, pese a los numerosos testimonios presentados a su favor durante la instrucción del sumario, fue condenado a muerte, siendo fusilado en la madrugada del 16 de mayo de 1941 en las tapias del cementerio de La Almudena. En la última carta que escribió a su familia: “No me duele morir siendo inocente, lo doloroso sería morir culpable”.

A Amós Acero, en Vallecas, aún se le recuerda con admiración y respeto. Un parque, un monumento y un colegio público llevan su nombre en ese, hoy, barrio madrileño.

Luis Vidal. Biblioteca Nacional

Sentencias de muerte cumplidas

Anastasio Ramírez Madrid, ferroviario natural de Miguel Esteban y tercer teniente de alcalde en Alcázar de San Juan durante la guerra en representación de la CNT, fue fusilado en esta localidad manchega el 8 de abril de 1940, un año después de su detención en Alicante. Tenía 50 años y dejaba cuatro hijos. El juez Deogracias León Molina, encargado del Registro Civil, certificó como causa de su muerte: “traumatismo”.

Nacido en La Torre de Esteban Hambrán, de cuya Agrupación Socialista había sido fundador, el zapatero Pedro Caballero Bermúdez ejerció la alcaldía de dicho pueblo entre febrero y octubre de 1936, mes en que se trasladó a Madrid. En las últimas semanas de la guerra, se incorporó al ejército republicano. Tras ser detenido, un consejo de guerra celebrado en Toledo el 17 de junio de 1940 le condenó a muerte. Fue fusilado en Talavera de la Reina el 12 de noviembre siguiente. Idéntico final tuvo un paisano suyo, Marcelo Papell Merino, ajusticiado en 1942, también en la ciudad de la cerámica.

Llamativo es el caso de Primitivo Carpintero Mollejo, de La Villa de Don Fadrique, carnicero nacido en 1905. Durante la guerra civil, entre agosto de 1936 y julio de 1937, fue alcalde de La Villa. Una vez detenido en Albatera, pasó por distintas prisiones españolas. La última de ellas fue la de Carabanchel, desde la que salió para ser fusilado el 14 de diciembre de 1944. Tenía 38 años. Otros dos hermanos suyos, Juan y Vicente, compartieron con él cautiverio en Albatera, mientras que un cuarto, Pablo, había muerto en Madrid en octubre de 1936.

Nacido en Consuegra, en 1894, Eladio Romeral Iglesias, carpintero de oficio, fue elegido alcalde de Mora al proclamarse la II República. Era miembro de la Sociedad Obrera de la UGT y de la Agrupación Socialista. Durante la guerra fue concejal y, de nuevo, alcalde. Tras pasar por Albatera, fue condenado a pena de muerte, siendo fusilado el 16 de noviembre de 1939 en Mora. Osmundo Gómez Mendoza, comerciante de Villatobas, fue pasado por las armas el 25 de mayo de 1940 en Ocaña.

Un año después, el 5 de julio, fue ejecutado Julio de Mora López, maestro de obras, natural de Consuegra, quien desde los cinco años residía en Madrid, donde llegó a ser secretario del Círculo Socialista del Norte. Durante la guerra, y bajo órdenes de Largo Caballero, desempeñó distintas labores administrativas, de información militar y de prensa, llegando a ser nombrado comandante. Además de en Albatera, también estuvo en el campo de los Almendros y en distintas prisiones madrileñas, la última de ellas, la de Porlier.

quieneseran.blogspot.com y Fundación Pablo Iglesias

De la cárcel al maquis o a la clandestinidad

A José Manzanero Marín (La Villa de Don Fabrique, 1911) le conocían, entre otros apodos, como “El buen mozo”. De niño trabajó como pastor, siendo luego jornalero, albañil y empleado de una bodega. Con diecisiete años, ingresó en las Juventudes Comunistas. Por su participación en la conocida huelga de segadores de La Villa, en 1932, fue condenado a veintiún años de prisión, acusado de asesinar a un propietario local. Amnistiado tras el triunfo del Frente Popular, el inicio de la guerra le pilló en Madrid, trabajando en una panadería. Su paso por el ejército republicano le llevó por distintos frentes, encomendándosele la formación de una división de guerrilleros en Extremadura, llegando a ser secretario general del PCE en aquellas tierras.

Como miles de sus compañeros, quedó atrapado en el puerto de Alicante. Desde Albatera fue trasladado a Quintanar de la Orden, donde fue condenado a muerte y de cuya prisión se escapó la noche antes de su fusilamiento. Le acompañaron doce presos más, siendo capturados en pocas horas todos ellos menos él y Julián Muñoz, recluso de Quero. Consiguieron contactar con una partida de maquis en la zona de los Montes de Toledo, que se mantuvo activa hasta mediada la década de los años cuarenta y que él llegó a liderar. Por entonces, Muñoz ya había muerto en un enfrentamiento con la Guardia Civil. Tras estar un tiempo escondido, Manzanero consiguió pasar a Francia, muriendo en París en febrero de 2010.

En el maquis estuvo también Cecilio Martín Borja, comunista natural de Toledo, quien durante la guerra llegó a dirigir una brigada del ejército republicano. Condenado a quince años de prisión, al acceder a la libertad condicional se incorporó, en Zaragoza, a la organización clandestina del PCE. Fue detenido en varias ocasiones, manteniendo férreo silencio en sus declaraciones, consiguiendo ser puesto en libertad o evadirse. Dada su experiencia, el partido le encomendó el control y organización de la Agrupación Guerrillera Manchega, que actuaba en la zona de las lagunas de Ruidera. En octubre de 1947, cuando asistía a una cita en una portería de Madrid, fue abatido por la policía en una emboscada.

Valentín Collado Tapiador fue un ferroviario nacido en Almonacid de Toledo. Miembro de la UGT y del PSOE, en 1931 fue nombrado presidente de la Casa del Pueblo de Ciudad Real. Represaliado por la revolución de Octubre, durante la guerra perteneció al Comité de Defensa de dicha capital, fue consejero en aquella diputación y teniente de alcalde de su ayuntamiento, ostentando distintos cargos orgánicos en la organización socialista y colaborando en el periódico “Avance”. Tras su paso por Albatera, estuvo preso en Orihuela, accediendo a la libertad condicional en mayo de 1941 al ser sobreseída su causa.

Esas circunstancias no le doblegaron, incorporándose a las organizaciones socialistas en la clandestinidad, siendo detenido, de nuevo, en 1943 y condenado a la pena de treinta años, que cumplió en distintas prisiones. En septiembre de 1949, estando internado en Ocaña, quedó en libertad, volviendo a ser detenido cuatro años después cuando militaba en el clandestino Sindicato Nacional Ferroviario. Esta tercera detención se produjo tras la desarticulación de la séptima Comisión Ejecutiva del PSOE en el interior, presidida por Tomás Centeno. Cumplió dos años de prisión, nuevamente, en Ocaña.

Foto cedida por Isabelo Herreros

García Valdés, fundador de CCOO y candidato al Senado

Compromiso es, desde luego, un término adecuado para definir el comportamiento de Trinidad García Vidales, nacido en Mascaraque en 1907 y vecino de Ocaña. Militante de la UGT, en 1936 se afilió al partido comunista, desempeñando distintos cargos en su estructura provincial. Durante la guerra solo tuvo responsabilidades administrativas en servicios de abastecimiento. Fue detenido en Alicante, ciudad a la que se había trasladado para estar junto a sus hermanas. Desde Albatera pasó por las cárceles de Orihuela y Toledo

Al quedar libre, marchó a Madrid y se incorporó al Comité Central del PCE en el interior, dirigido por Jesús Bayón. Se le nombró responsable de asuntos sindicales, encomendándosele, también, formar un Comité Regional de Castilla. Detenido de nuevo, en un juicio celebrado en Alcalá de Henares en octubre de 1944 se le condenó a treinta años de prisión. Trabajador de la construcción, fue uno de los fundadores del ilegal sindicato Comisiones Obreras. En mayo de 1969, el Tribunal de Orden Público volvió a procesarle.

Trinidad falleció en Madrid el 2 de mayo de 1988. Veinticinco de sus ochenta años los había pasado en prisión. En las primeras elecciones democráticas tras la muerte de Franco, las constituyentes de 1977, fue candidato al Senado por el PCE en la circunscripción de Toledo, obteniendo 48.419 votos. No fue elegido.

Al maestro Juan Francisco Aguado Morejón, nacido en La Torre de Esteban Hambrán el 26 de junio de 1907, las urnas sí le fueron favorables una vez restablecida la democracia. En 1983 fue elegido concejal socialista de Móstoles.
Tras aprobar las oposiciones de Magisterio en 1929, ejerció en varios colegios de Madrid y Burgos. En agosto de 1936 fue nombrado director interino del Grupo Escolar “Francisco de Quevedo” de la capital. Pertenecía a la dirección provincial de FETE (Federación Estatal de Trabajadores de la Enseñanza) y estaba afiliado al partido socialista desde 1932. Durante la guerra se alistó en la Agrupación de Artillería del Batallón “Félix Barcena”, conformado por la UGT, llegando a ostentar el grado de comisario y formando parte del Estado Mayor del ejército del Centro. Salió del campo de Albatera para ser internado en la prisión valenciana de Porta Coeli.

Sometido a consejo de guerra en junio de 1941, se le impuso una pena de veinte años y un día de reclusión. Estuvo preso en Madrid, Santiago de Compostela, Pontevedra y Burgos, accediendo a la libertad en enero de 1946. Restablecida la democracia, regresó a la militancia política en el PSOE histórico que lideraba Rodolfo Llopis, integrándose, luego, en la Agrupación Socialista de Móstoles, localidad donde falleció en 1992, ocho años después de ser elegido concejal.

Isabelo López, retratado en la prisión de Toledo

En noviembre de 1940, Isabelo López Barroso, antiguo concejal socialista del ayuntamiento de Toledo, se encontraba preso en la cárcel de los Gilitos, actual sede de las Cortes Regionales de Castilla-La Mancha. Allí, un compañero, le hizo un retrato, dibujo que, por cortesía del historiador Isabelo Herreros, reproducimos en esta entrega.
Nacido en Layos, en 1885, al cumplir los veinte años ya militaba en la UGT y en el PSOE, formando parte de la primera ejecutiva de la Federación Provincial Socialista, constituida en 1933. En la capital provincial regentó una posada en el barrio de Santa Bárbara, conocida popularmente como el “Parador de la Rosa”.

Como otros protagonistas de estas líneas, fue detenido y encarcelado por su participación en la revolución de Octubre de 1934. Días antes de celebrarse el consejo de guerra contra él y otra veintena de acusados por esos sucesos, en enero de 1936, huyó de la ciudad. Amnistiado tras el triunfo del Frente Popular, regresó a Toledo. Al iniciarse la guerra, era delegado gubernativo de la barriada de la Estación, participando en la evacuación de Toledo a la entrada de las tropas franquistas en los últimos días del mes de septiembre.

Como es sabido, a partir de esa toma, las instituciones provinciales se radicaron en Ocaña. Como representante de la Federación Provincial Socialista, Isabelo formó parte de ellas. El 28 de febrero de 1939 asistió en esa localidad a la última sesión de la Diputación republicana. Faltaba tan solo un mes para que finalizase la guerra y fuese confinado en Albatera.

A mediados de agosto de 1939 fue trasladado a Toledo para ser sometido a consejo de guerra, que le condenó a la pena de muerte, luego conmutada por la de treinta años, cumpliendo tal sentencia en distintas prisiones madrileñas. Logró la libertad condicional en diciembre de 1945, falleciendo en Madrid el 6 de abril de 1969.

ilamon-toral.blogspot.com

Un campeón de boxeo entre rejas

Nilamón Toral Azcona, nacido en Dos Barrios en 1908, fue admirado tanto como boxeador como militar. En la primera de estas facetas, consiguió ser campeón de España amateur en los años veinte; en la segunda, el historiador Ramón Salas Larrazábal le consideraba como uno de los mejores jefes de las milicias republicanas durante la guerra.
Una vez que dejó el boxeo, emprendió varios negocios, entre ellos una fábrica de harinas en la localidad madrileña de Valdemoro. Allí se encontraba el 18 de julio de 1936, organizando grupos de voluntarios que llevó en sus camiones al frente de Somosierra. Miembro del partido comunista, fue ascendiendo de grado durante la guerra, participando en varios frentes y llegando a ser teniente coronel de milicias.

Detenido en Albatera, sufrió prisión hasta 1944. Lograda la libertad condicional, quiso incorporarse a un grupo guerrillero en la zona de Córdoba, pero le detuvo la policía, volviendo a prisión. Estuvo encarcelado durante diecinueve años; de ellos, dos los pasó incomunicado en el penal de Burgos. Falleció en Madrid en 1983, habiéndose ganado los últimos años de su vida laboral como trabajador de una empresa constructora.

Cerramos esta entrega con otro nombre más: Ricardo Castro Sierra, natural de Villasequilla, quien trabajó como ferroviario en Alcázar de San Juan.

Militante de las Juventudes Socialistas y la UGT, tras el golpe de Estado de julio del 36, se incorporó a las milicias republicanas, marchando al frente de Extremadura. Luego, fue instructor de milicias y agente de policía. Tras ser detenido, un consejo de guerra celebrado en Madrid le condenó a la pena de muerte, que le fue conmutada por la de treinta años. Estuvo preso en Alcázar de San Juan, Ciudad Real, Porlier y Ocaña, donde en abril de 1946 salió en libertad condicional.

Se ganó la vida con una pequeña carbonería del Alcázar y distribuyendo cervezas. Un hijo suyo, Emilio Castro Palomares, tuvo diversas responsabilidades en el PSOE y en la UGT, siendo senador y director de la Fundación “Largo Caballero”. En 1999 el Ministerio de Trabajo le concedió, a título póstumo, la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.

Valgan estas referencias como recuerdo y reconocimiento a cuantos toledanos pasaron por este campo de Albatera, que desde febrero de 2023 está declarado como “Lugar de Memoria Democrática” por la Generalitat Valenciana. Un lugar del que Marcos Ana, en el libro “Los campos de concentración de Franco” de Carlos Hernández de Miguel, recordaba cómo veía llegar a los falangistas buscando a gente de sus pueblos: “nos formaban, iban seleccionando a los que querían y se los llevaban. Todos acababan en una fosa”.

Arqueólogos, forenses e historiadores trabajan desde hace años para localizar dicha fosa, pues, una vez cerrado el campo, sus dependencias fueron totalmente derruidas.

En el año 2004, la Universidad de Alicante comenzó a desarrollar el proyecto “Archivo de la Democracia”, en el que se puede consultar un listado de los presos que pasaron por el campo de Albatera.

Relacionado:

  • regleta luz electricidad
    Sin luz en los barrios toledanos de La Legua y Vistahermosa por problemas en la red eléctrica
  • 04 Planta general dos campos_page-0001 (1)
    Luz verde al anteproyecto del campo de fútbol Carlos III en Toledo
  • protesta manifestacion concentracion palestina israel
    Activistas de la Marcha a Gaza denuncian retenciones de varios toledanos en Egipto
  • Ramón Gaya
    El Archivo Municipal conserva almanaques toledanos del exiliado Ramón Gaya

Publicado en: Destacado, Noticias Toledo

Entradas recientes

  • Limitaciones temporales de actividad en el medio natural de Castilla-La Mancha por el riesgo de incendios
  • Tres incendios forestales simultáneos en El Casar de Escalona
  • Los toledanos que pasaron por el campo de concentración de Albatera: Amós, Sixto o Virgilio, nombres que no han caído en el olvido
  • Declarados dos incendios en Fuensalida y El Casar de Escalona
  • Multitudinaria pelea en las fiestas de San Román de los Montes con unas setenta personas involucradas

Además

Declarados dos incendios en Fuensalida y El Casar de Escalona

Dos camiones cisterna y 10.000 litros de agua embotellada donada para los vecinos de Navalmoralejo y La Estrella, afectados por el incendio

El Extra de Verano de la ONCE deja un millón de euros en Toledo

Movimiento Sumar: hay muchos municipios con menos población que Noblejas que tienen IES

Pelea multitudinaria en Villaminaya que deja dos heridos por arma blanca

Extinguido el incendio que obligó a confinar a los vecinos de Calera y Chozas

El Hospital de Parapléjicos de Toledo investiga el uso de polímeros de elastina para limitar los daños medulares

Espectáculos de calle, la actuación de Paco Candela o la orquesta Panorama, en la oferta de las fiestas de Illescas 2025

Copyright © 2025 — Toledodiario.es • Contactar: redaccion@toledodiario.es • tlf: 925 220 640 • c/Santa Fe, 14,2ª Toledo • Más noticias regionales en eldiarioclm.es •

• Información sobre privacidad y uso de cookies • Quiénes Somos •
Noticias Toledo y Provincia | Toledodiario
Toledodiario.es solicita tu consentimiento para usar tus datos personales con estos objetivos:
Utilizamos tecnologías como las cookies para almacenar y/o acceder a la información del dispositivo. Lo hacemos para mejorar la experiencia de navegación y para mostrar anuncios (no) personalizados. El consentimiento a estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o los ID's únicos en este sitio. No consentir o retirar el consentimiento, puede afectar negativamente a ciertas características y funciones.
Funcional Siempre activo
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario para el propósito legítimo de permitir el uso de un servicio específico explícitamente solicitado por el abonado o usuario, o con el único propósito de llevar a cabo la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
Preferencias
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para la finalidad legítima de almacenar preferencias no solicitadas por el abonado o usuario.
Estadísticas
El almacenamiento o acceso técnico que es utilizado exclusivamente con fines estadísticos. El almacenamiento o acceso técnico que se utiliza exclusivamente con fines estadísticos anónimos. Sin un requerimiento, el cumplimiento voluntario por parte de tu proveedor de servicios de Internet, o los registros adicionales de un tercero, la información almacenada o recuperada sólo para este propósito no se puede utilizar para identificarte.
Marketing
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad, o para rastrear al usuario en una web o en varias web con fines de marketing similares.
Administrar opciones Gestionar los servicios Gestionar {vendor_count} proveedores Leer más sobre estos propósitos
Ver preferencias
{title} {title} {title}