La llegada de la primavera trae consigo, aparte del hermoso florecer de las plantas, un progresivo aumento de las temperaturas y un incremento de horas de sol que, de no tomar las precauciones adecuadas, pueden suponer un riesgo para la salud. Para protegernos del sol, una de las acciones más recurridas es situarse en sitios con sombra que, por lo general, son más complicados de encontrar en amplios espacios abiertos como puede ser el patio de un colegio.
En este sentido, para los niños, que tienen aún una piel más delicada que la de los adultos, es importante resguardarse del sol en estos meses de primavera y verano en los que, en ciudades de interior como Toledo, puede llegar a ser agobiante y dañino. En el horario en el que disfrutan de su recreo en el colegio, lo usual es querer salir al patio a jugar. Sin embargo, las altas temperaturas pueden ser un problema para que puedan disfrutar de su media hora de descanso entre las clases.
¿Qué podemos hacer para que puedan salir al patio y estén protegidos del sol? Esa es la pregunta que se hicieron algunos de los padres de los niños del colegio público San Lucas y María de Toledo y a partir de la cual se ha desarrollado un proyecto conjunto entre alumnos de 6º curso de Primaria de este centro y estudiantes de 2º curso de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en esta ciudad, con la intención de crear espacios de sombra en el patio del recreo y que se ha traducido en decenas de ideas, bocetos y maquetas para conseguirlo.
Así, han nacido propuestas para todo tipo de gustos en los que el material reciclado y la tela han sido un elementos recurrido en las estructuras que han presentado y que son tan dispares como una nube hinchable, cobertizos que recorren el patio o una especie de sombrilla gigante que pueda abrirse o cerrarse en función de la zona en la que dé el sol.
“Aquí hay un problema de soleamiento tremendo en los meses de verano. Es un patio muy pequeño con un gimnasio abajo y con la imposibilidad de poner árboles de hoja caduca, que podría ser una solución”, explica José María Crespo, uno de los profesores de la Escuela de Arquitectura y padre de uno de los niños que acuden a este colegio en el que suelen apostar por novedosas actividades y proyectos como este, el cual presentan en una exposición -hasta el 20 de mayo- en el Centro Cultural de San Marcos.
"Que no quede aquí"
Con esta premisa, el trabajo comenzó a gestarse en ambos centros con un estudio del patio y la puesta en común de ideas para crear una infraestructura que pudiera ensombrecer este exterior del San Lucas y María y que, también, pudiera desmontarse para que en los meses de invierno se pueda aprovechar el calor del sol. Los profesores y los estudiantes de Arquitectura han trabajo mano a mano con estos alumnos en su colegio y estos también han ido a la Escuela de Arquitectura para ver los proyectos de los universitarios.
Una experiencia “muy divertida” que “todos han disfrutado mucho” y que, no obstante, esperan que “no quede aquí”. “Este es el resultado de un montón de ideas más o menos realistas. Dejamos volar la imaginación porque, a veces, las cosas irrealizables te dan ideas para hacer otras muchas cosas”, subraya Crespo, quien insiste en que “la historia no debería acabar aquí y tendría que poderse realizar”.
Desde luego, si no se llevara a cabo, no va a ser por la falta de imaginación de todos estos alumnos. “Han tenido en cuenta aspectos bioclimáticos, la vegetación, las energías renovables como placas solares… Con 11 o 12 años tienen una conciencia sobre la sostenibilidad o el respeto al medio ambiente mayor que los adultos”, resalta el profesor de la Escuela de Arquitectura, que también valora el trabajo y los proyectos que han llevado a cabo sus estudiantes de 2º curso cuando todavía no han completado ni la mitad de su formación.
Conexión entre creadores
De entre las curiosidades que ha dejado esta experiencia, cabe destacar dos proyectos que han sido muy similares entre sí y que, sin embargo, uno ha sido diseñado por una alumna del colegio y otro por un estudiante de Arquitectura. Se trata del proyecto de la alumna de 6º de Primaria Begitu Merchan, que fue reconocido como la maqueta ganadora del concurso de ideas y plantea una especie de dos gigantes sombrillas de colores, con hojas independientes y movibles.
Un proyecto que a Begitu le llevó “una semana” idear y que se le ocurrió “al ver un paraguas de colores en una tienda”. “Tiene una altura que permite a todos los niños jugar al fútbol o a otros deportes en el patio del colegio sin que se estropee” la infraestructura, destaca la alumna, que apunta que le gusta “elaborar cosas nuevas y el diseño”, por lo que no descarta estudiar en el futuro una carrera como arquitectura.
La involucración que han tenido en esta iniciativa ha sido muy satisfactoria también para la tutora de 6º curso, Ana María Gómez, que destaca que, gracias a la cooperación y a la puesta en común de ideas, se han elaborado proyectos “muy interesantes” que también espera que se puedan llevar a cabo en un futuro y permita a los niños salir en los meses de verano a jugar en el patio a una temperatura más agradable y sin la incidencia directa de los rayos del sol. Una idea que siempre ronda en las calles de Toledo cuando se acerca el Corpus en estas fechas y se cubren con toldos las calles del recorrido que se hace y que, lamentablemente, retiran cuando más aprieta el calor veraniego.