Una vez más, los hermanos Carlos y Roberto Valle, cineastas manchegos, han entrado en la carrera de los Premios Goya con 'Semillas de Kivu', un corto documental que narra la historia de las mujeres que sufrieron violaciones durante la guerra de la República Democrática del Congo. Una descripción muy resumida de un potente trabajo que ha pasado victorioso por varios festivales como Abycine y la Semana Internacional del Cine de Valladolid, entre muchos otros. El cortometraje ha sido dirigido por Carlos Valle y Néstor López, producido por Roberto Valle y la guadalajareña Pilar Sancho.
“Acabar el año con una nueva nominación a los Goya, pues sí. Es una buena manera de acabar el año. Es una pasada”, explica en conversación telefónica Carlos Valle. El orgulloso cineasta manchego recuerda que la primera nominación a los premios más importantes del cine español llegó a finales de 2021, con el corto de animación 'Nacer'. “Entonces pensábamos que la siguiente iba a llegar dentro de mucho tiempo. No así. Conseguir dos nominaciones en cuatro años es increíble”, resalta.
Pero también resalta que se debe a un enorme trabajo. “En realidad, no podemos extrañarnos”, explica. Hacer 'Nacer' ya supuso un trabajo titánico para los jóvenes cineastas, pero 'Semillas de Kivu' ha sido “todavía mucho más”. Siete años de trabajo, con viaje al Congo incluido, con una “serie de dificultades”, que acabó en el premiado trabajo gracias a una “serie de milagros”.
Milagros, que es justamente como llaman al médico que opera a las mujeres víctimas de violencia sexual durante la guerra. “Él también ha sido un rayo de luz para nosotros. Pero también lo ha sido poder ir a grabar y que no nos pasara nada, a nosotros ni al equipo”, explica Valle, que resalta que la nominación al Goya es una situación “mejor imposible”.
Captar la belleza en el horror
Junto al profundo trasfondo social que aborda 'Semillas de Kivu', Carlos Valle resalta que lo que el equipo quería captar también era la belleza. “Somos directores de cine. Y por encima de todo queríamos darle mucha importancia a captar esta belleza que hay, a pesar del dolor, que es mucho, y la violencia. Queríamos detenernos en la esperanza y en la belleza que rodea el drama”.
En 'Semillas de Kivu', las mujeres víctimas de violaciones ofrecen testimonios “muy duros”. Y llegar hasta el punto de poder captarlos ha supuesto también mucho esfuerzo y valentía por parte de los cineastas. “Hubo un momento en el que hay que tomar decisiones difíciles, arriesgarse. Pero estábamos muy comprometidos con la historia”, asegura Carlos Valle.
La reivindicación del cine 'made in La Mancha'
Con trabajos como 'Semillas de Kivu', los cineastas han querido demostrar una vez más que el séptimo arte no es exclusivo de grandes 'hubs' como Madrid o Barcelona, sino que puede venir de otros lugares, como Consuegra, su localidad natal.
“La prueba es 'Semillas de Kivu'”, asegura Carlos, porque se trata de “cine comprometido que viene del mismo lugar desde el que hemos contado otras historias, más cercanas”, como puede ser 'Nacer'. Lo que pretenden los manchegos es ayudar a través de la narración de sus historias. “Y la mejor manera es visibilizar los problemas y poner el foco en lugares en los que normalmente no se presta tanta atención”, reflexiona el creador.
Y la nominación a los Goya supone un nuevo empujón para seguir haciendo este tipo de cine. “Esto es un impulso para todo el equipo, a nuestras ganas de seguir trabajando y no cejar en un empeño tan importante como es el de seguir haciendo cine”, recalca. Él mismo, recuerda Carlos, estaba en un momento de agotamiento a “todos los niveles”, tras los siete años de trabajo.
“Son momentos muy delicados, por lo que conseguir todo lo que hemos logrado en apenas dos meses, con once nominaciones en diversos festivales y más de una decena de premios, nos anima, nos ayuda y nos impulsa a seguir confiando en lo que hacemos y en pensar en proyectos mayores”, resalta.
El salto al largometraje
En 2025, los hermanos Valle cumplen diez años dedicándose profesionalmente al cine. Y es el momento de dar el paso y ya entrar en el mundo del largometraje. “Y queremos que esto sirva de inspiración para poder ayudar a otros cineastas de la región, sobre todo los que están luchando para salir adelante”, explica.
“Uno de mis objetivos principales también como productor y miembro de la asociación de productores de Castilla-La Mancha es precisamente poner herramientas sobre la mesa y potenciar lo que somos y lo que hacemos aquí para crear un tejido industrial cada vez mayor y con más garantías de producir cine y hacerlo con calidad”, asegura Carlos Valle.
Y por eso, de alguna manera, la nominación es para toda la región. “Unida a muchos otros factores, hará que la región crezca a nivel cinematográfico, para que se puedan producir largometrajes de cineastas que han crecido y han vivido toda la vida aquí y que pueden llegar a triunfar a nivel internacional”, afirma.
Y esto no solo incluye a Pedro Almodóvar, resalta, sino también a otros cineastas como Juan Vicente Castillejo, albaceteño que también ha conseguido una nominación a los premios Goya con su cortometraje 'Los 30 (no) son los nuevos 20'. “Es excepcional”, asevera Valle, que también resalta a Mabel Lozano, la toledana que repite una segunda nominación al Goya en 2025.
En el futuro de los hermanos Valle no solo está el hacer cine, sino promocionarlo, como ha ocurrido este pasado verano con su iniciativa 'A la luz del cine' que fue todo un éxito en su localidad natal, Consuegra. “Nuestro objetivo es promover y divulgar la cultura cinematográfica de los cineastas”, resalta Carlos Valle. “Conseguimos llegar a la gente y crear un entorno idílico, lleno de cine y ojalá podamos repetirlo en años venideros, no solo en Consuegra, sino en otros lados de la región. Castilla-La Mancha entera puede ser un gran plató de cine”, recalca.
Los hermanos Valle preparan para los próximos días una serie de proyecciones de 'Semillas de Kivu'. El próximo 24 de enero se podrá asistir a una proyección especial, con un 'making of' de imágenes inéditas del rodaje y un coloquio posterior con los directores. Además, los fondos irán en beneficio de la Fundación Kirira, que trabaja contra la mutilación genital femenina.