La aprobación inicial de la ordenanza para la regulación de la actividad turística y convivencia ciudadana en Toledo no ha sido "un camino fácil", tal y como reconoció el Gobierno local. Su paso por el Pleno ha estado acompañada de un controvertido debate que ha puesto de manifiesto la división entre el gobierno municipal, pequeños negocios de turismo y guías autónomos, y la oposición política.
Mientras el Ayuntamiento defiende la medida como un paso necesario para la convivencia en la ciudad, las voces críticas denuncian una discriminación hacia el sector más vulnerable y una ineficacia en el abordaje de la masificación turística causada, a su juicio, por los grandes turoperadores.
"Atacan al eslabón más débil" o "el Ayuntamiento pretende expulsarnos de Zocodover" fueron algunas de las afirmaciones que lanzó sobre las medidas que contempla esta nueva ordenanza Silvia Verde Sierra, guía oficial de turismo, en la intervención que reclamó tener en el Pleno municipal en el que se dio luz verde a la misma.

Verde Sierra se pronunció como representante de empresas toledanas como Ver Toledo, Pasearte de Toledo, Secretos de Toledo, Toledo a Pie, Raíces de Toledo y Paseos por Toledo Mágico, que une a unos 40 guías autónomos que ofertan 'free tours' y que consideran que la normativa les "ataca directamente y de forma exclusiva" al nombrarles, a su parecer, como si fueran "un problema".
"No pertenecemos ni estamos representados por grandes asociaciones de guías que a menudo copan titular en nombre del colectivo, como si todos pensáramos igual", quiso aclarar Verde Sierra, en referencia a la Asociación de Guías de Turismo Oficiales de Castilla-La Mancha, que rechazan los 'free tours' y optan por medidas como la prohibición del uso de megáfonos en las rutas.
Este segmento, explicó la profesional, representa menos del 10% del turismo que llega a Toledo y está compuesto por "viajeros independientes, familias y pequeños grupos", "un modelo sostenible que pernocta, consume en restaurantes locales y compra en el pequeño comercio, aportando valor a la economía local", señaló. "Lo que defendemos va en la misma línea que los vecinos y los comerciantes del Casco Histórico", resalta.
Por el contrario, señala que los grandes turoperadores, "a quienes la ordenanza no menciona específicamente, permanecen solo unas pocas horas en la ciudad sin tiempo para consumir, comprar o quedarse", dejando "solo huella en la saturación, no en la economía local". Por ello, considera que la ordenanza no aborda el "problema real de Toledo, que es la masificación turística".
Puntos de conflicto: Zocodover y los altavoces
Una de las principales quejas de los 'free tours' es la referencia que hace la ordenanza al cumplimiento de la normativa regional y municipal que prohíbe el uso de objetos o soportes materiales -como los paraguas que usan en Zocodover- que actúen como publicidad comercial para atraer la atención en espacios públicos.
Estos guías califican esta medida como una "discriminación arbitraria y directa", señalando que otros negocios, como las terrazas, ocupan espacio público y pagan tasas, mientras a ellos, que solo necesitan "apenas 10 m²", se les niega este derecho. Así, advierten que la aprobación de la ordenanza pone en riesgo empleos y puede llevar al cierre de pequeñas empresas.
"No pedimos privilegios, solo un trato justo, legal y transparente, el mismo que otros reciben. Durante más de 8 años trabajando en Zocodover nunca se nos informó de irregularidades, ahora en agosto y con nuestros asesores de vacaciones, se nos da plazo para alegar la ordenanza", reprocha.
Otro punto álgido es la prohibición total de altavoces. Estos guías consideran que esta medida carece de "justificación técnica objetiva" al no haberse presentado estudios acústicos o ambientales que la respalden. Además, la ven desproporcionada para autónomos y pequeñas empresas que "no pueden asumir el coste de los pinganillos", y argumentan que el uso obligatorio de estos dispositivos reduce la calidad de la experiencia turística al eliminar la interacción directa. Proponen permitir altavoces en horarios razonables (10:00-14:00 y 17:00-19:00) y reducir el volumen máximo.
¿Qué opinan los partidos políticos?
El concejal de Vivienda y Turismo, José Manuel Velasco, ha defendido que la aprobación inicial de la ordenanza abre un periodo de exposición pública para que "todos los ciudadanos podrán aportar sus ideas". Y defendió que el proceso de elaboración ha cumplido todos los trámites, incluyendo la escucha a los colectivos.
Velasco insiste en que la ordenanza "no va contra nadie", "no ataca a nadie ni señala a nadie", sino que "va en favor de Toledo" para reforzar la convivencia entre la ciudad y el turismo. Respecto a los turoperadores, el gobierno señala que ya se intentó controlar su actividad para saber cuántos autobuses llegaban al día mediante una tasa con fines de control, no solo recaudatorios.
Sobre el tamaño de los grupos, Velasco aclaró que el límite de hasta 50 personas es establecido por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, no por el Ayuntamiento. No obstante, la ordenanza sí establece que los grupos de 30 o más personas no podrán circular por tres espacios concretos, y que estos lugares pueden ser ampliados en el futuro para mitigar su impacto.
El portavoz de Vox, Juan Marín, recalcó que la ordenanza "todavía no es definitiva" y se mostró abierto a incorporar nuevas aportaciones a la normativa si mejoran la misma.
Desde la oposición, Izquierda Unida-Podemos (que se abstuvo en la votación para aprobar una ordenanza que incluirá una de sus alegaciones para que sea más inclusiva) y el PSOE (que la rechazó al no incluir ninguna de sus propuestas) han criticado duramente el proceso de elaboración de la ordenanza.
La portavoz del PSOE, Noelia de la Cruz, acusó al Gobierno municipal de "empezar la casa por el tejado" al no haber creado previamente una mesa de turismo o consejo local para un debate y consenso adecuados. Además, criticó que el gobierno haya votado en contra de reducir los grupos a 30 personas (como solicitaban los 'free tours') en toda la ciudad, cuestionando "a quién buscan beneficiar" con ello.
El portavoz de IU, Txema Fernández, lamentó que los grupos políticos no fueran invitados a las negociaciones previas para comprender las posturas de todos los agentes, incluyendo turoperadores y 'free tours'. Su propuesta para combatir la masificación era un límite máximo de 20 personas por grupo y también se mostró a favor de la prohibición de altavoces, considerándola un "problema social" y vecinal.
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