El grupo Cota 667 Arqueología y Patrimonio, un equipo compuesto por diversos especialistas que ejercen como gestores de patrimonio cultural, está desarrollando durante este mes julio un programa de prácticas externas con cinco alumnos de la Facultad de Humanidades del Campus de Toledo en el que llevan a cabo trabajos arqueológicos en distintos yacimientos de la provincia de Toledo y también de la Comunidad de Madrid.
Jaime, Marta, Alba, David, Aithor, Lidia y Lucía aprenderán durante este mes de julio, una época propicia para llevar a cabo este tipo de tareas arqueológicas, los entresijos y la mecánica de las excavaciones arqueológicas en enclaves como las Cuevas-Bodega del Cerro del Castillejo de Méntrida, el yacimiento de Los Hitos en Arisgotas -una pedanía de Orgaz- o el Cerro de la Mesa, que pertenece al municipio de Alcolea del Tajo. En ellos, podrán aproximarse a períodos como la Protohistoria, la Monarquía visigoda, la época moderna o la Guerra Civil española.
Lo hacen de la mano -aunque trabajando "como uno más"- de los directores de los proyectos que hay en estos yacimientos y con parte del equipo de Cota 667, compuesto por arqueólogos e historiadores que, además de seguir descubriendo y divulgando el patrimonio cultural, se marcan como objetivo contribuir al desarrollo del turismo rural y de experiencias en las localidades que albergan estos riquezas, además de darlas a conocer también entre los vecinos de las mismas.
Según explica a toledodiario.es Ángela Crespo Fraguas, miembro de Cota 667 como licenciada en Humanidades y doctoranda de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), estas prácticas son la antesala del trabajo que luego se desarrolla durante la mayor parte del año en el laboratorio analizando y procesando los materiales y elementos que localizan en las excavaciones arqueológicas. "Los chicos se formen en nuestro equipo. También durante el curso haciendo trabajo de gabinete relacionado con el dibujo arqueológico o inventariado, trabajos tan importantes como los otros -de excavación-"
Así, esta especialista en patrimonio histórico apunta que "lo que menos dura es la excavación". "Puedes estar un mes excavando y un año trabajando con lo que sale en la excavación. Se trata de conocer diferentes tipo de materiales y el verano es el tiempo propicio para hacer las exvacaciones, hace calor pero con la lluvia no se puede trabajar", afirma Crespo, que coordina estas prácticas y otros cursos que también llevan a cabo con la Universidad Complutense de Madrid (UCM) o la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) junto a sus compañeros de Cota 667.
¿Qué labores desempeñan en los yacimientos?
Aparte de las labores propias que se llevan a cabo durante el resto del año, así como la preparación de congresos y coloquios que suelen programarse en el otoño para dar a conocer las investigaciones que hacen en yacimientos como los mencionados, los estudiantes de la Facultad de Humanidades se formarán también en la documentación, la prospección y la propia excavación arqueológica, con las técnicas propias de este trabajo de campo.
Desde las 8.00 horas y hasta las 14.00 horas -aparte de otros trabajos que también llevan a cabo por las tardes-, los futuros humanistas se reúnen con el equipo en los yacimientos que están trabajando, en los que también se dividen para trabajar en distintos grupos. Como comentábamos, uno de ellos está en las Cuevas-Bodegas del Cerro del Castillejo, en Méntrida. Se trata de unas cuevas de la que, aunque todavía no pueden ajustar temporalmente con precisión, sí saben que están ahí desde, al menos, el siglo XVII. En este espacio están rehabilitando documentación arqueológica que posteriormente puede ser expuesta en los museos como parte del patrimonio etnológico de la provincia.
Por su parte, en Los Hitos, los estudiantes van a poder excavar algunas de las tumbas halladas en este yacimiento y que datan del siglo VII, así como también aprenderán "trabajo en fino de excavación de estructuras, canales y estancias del complejo" en el que el arqueólogo Jorge Morín está dirigiendo en los últimos años un proyecto de recuperación y rehabilitación de este patrimonio histórico, auspiciado también por la empresa Aunema.
En el Cerro de la Mesa, un yacimiento que tiene restos de distintos períodos históricos comprendidos entre siglos VI y II a.C., con elementos de la Edad de Hierro o la del Bronce. En esta campaña van a estudiar la fortificación de la muralla que tiene el poblado y, en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Mérida, van a acondicionarla para poder realizar después pruebas con un magnetómetro, un instrumento que mide la fuerza y la dirección de un campo magnético y que es de utilidad para descubrir restos metálicos. "Se trata de una técnica no invasiva que permite distinguir distintos tipos de estructura", precisa Crespo.
Además, en este último yacimiento, el equipo de Cota 667 continúa trabajando en las investigaciones de otros elementos de fortificación del poblados como los bastiones, por medio de un equipo dirigido por Teresa Chapa Brunet (UCM), Juan Pereira Sieso (UCLM), Cristina Charro Lobato (UCM y el CSIC de Mérida), Sara Maldonado Muñoz (UCLM) o la propia Ángela Crespo.
Por último, otros los rincones de la provincia de Toledo donde afianzarán sus prácticas será en Añover de Tajo, en el yacimiento de San Gregorio, que mantiene estructuras construidas en la Guerra Civil.
En definitiva, se trata de trabajos que quieren dar a conocer y que la sociedad conozca un poquito mejor la manera de trabajar en la arqueología. Por ello, también han programado diversas jornadas de puertas abiertas para que los interesados puedan acercarse a charlar con este equipo multidisciplinar y conocer las labores que desempeñan en este trabajo "real a pie de campo".