Hacer el Camino de Santiago puede ser un auténtico deleite, pues las múltiples opciones que hay en rutas xacobeas aportan paisajes de ensueño, un impresionante patrimonio histórico-artístico y la oportunidad de poder degustar una rica gastronomía.
Además, los peregrinos que completan el Camino de Santiago coinciden en que supone un auténtico viaje interior que hace crecer como persona. Y a buen seguro estarán muy de acuerdo con las siguientes recomendaciones que te vamos a ofrecer para que tengas la mejor de las experiencias.
Hablamos desde de la correcta elección de ruta teniendo en cuenta tus capacidades y la época del año en la que vayas a realizar el recorrido, hasta de sopesar las posibilidades de obtener soporte y asistencia para el Camino de Santiago, con un buen servicio de este tipo que puedes encontrar hoy en día.
¡Allá van todas nuestras recomendaciones!
Conoce todas las opciones en rutas y elige la más adecuada para ti
Existen muchas rutas hacia Santiago de Compostela: el Camino Francés, el Portugués, el del Norte, la Vía de la Plata… Cada una con sus encantos y atractivos especiales. Pero también con sus particularidades y exigencias.
Para la mayoría, el número de kilómetros a realizar suele ser el motivo principal de criba, pero igualmente habría que atender a criterios como la orografía del recorrido, el tiempo que suele hacer en la época del año prevista para el viaje e incluso el grado de masificación de la ruta.
En este sentido, puede merecer la pena probar con rutas menos conocidas como el Camino Francés desde St Jean Pied de Port, que además antes de llegar a Pamplona ofrece la posibilidad de contemplar toda la majestuosidad de los Pirineos desde Roncesvalles.
Prepárate físicamente antes de salir
Eligiendo la ruta adecuada y con una buena planificación el Camino de Santiago puede ser apto para personas de cualquier edad, sin que haga falta que tengan un gran nivel de forma.
Pero siempre va a resultar deseable un entrenamiento previo, ya que hablamos de recorrer etapas de entre 20 y 30 km diarios.
Es bueno acostumbrar al cuerpo a estas caminatas, empezando a adaptarse unas semanas antes del inicio del viaje con recorridos que sean progresivamente más largos, preferiblemente con el mismo calzado que tengas pensado llevarte, pues si lo estrenas en el Camino probablemente padecerás ampollas.
Con esta preparación, tus piernas y espalda se irán acostumbrando a los esfuerzos, una adaptación fundamental en aras de evitar lesiones, dolores y hasta pequeñas molestias que te impidan disfrutar al máximo de la experiencia.
Elige bien tu equipo
Lleva solo lo básico pero todo que te va a resultar imprescindible: ropa ligera y de secado rápido, un buen chubasquero, cantimplora, botiquín y elementos de aseo personal.
Los bastones no son un extra accesorio, considerando lo que te pueden ayudar en las subidas y cómo descargan las rodillas.
Es fundamental no llenar tu mochila de cosas innecesarias para aligerarla si tienes que cargar con ella. Y lo ponemos en condicional, porque hay soluciones para no hacerlo que te desvelaremos enseguida…
Valora contar con soporte para hacer el Camino de Santiago
Actualmente hay servicios disponibles que se encargan de toda la parte organizativa y logística, ofreciendo posibilidades tan sugestivas como reserva de alojamientos, traslado de equipaje entre etapas o asistencia ante cualquier eventualidad que pueda surgir.
Tener todos estos aspectos cubiertos es bastante práctico y cómodo, para que te puedas enfocar tan solo en lo verdaderamente sustantivo de la experiencia.