La Universidad de Castilla-La Mancha acoge los días 4 y 5 de julio el curso de verano: ‘Las mujeres en la cooperación al desarrollo: más allá del enfoque de género’, dirigido tanto a alumnos y alumnas de la UCLM, profesionales y personal voluntario de la Cooperación Internacional y el Tercer Sector, como al público en general interesado en la temática.
“Nos parece importante visibilizar a las mujeres como tales en todos los ámbitos, y también en el de la Cooperación. Muchas veces se habla en masculino y las mujeres en su diversidad están participando mucho desde diferentes ámbitos. Nos parece importante poner en femenino ese trabajo y visibilizarlo”, explica Rocío Aránzazu Baquero, profesora de la Universidad y una de las directoras del curso.
El objetivo principal del curso es analizar el papel de las mujeres en el ámbito de la cooperación al desarrollo e indagar sobre diferentes propuestas que incorporan en enfoque de género en las diferentes fases de los proyectos y sectores temáticos. “Es fundamental su papel, sin hacer de menos al de los hombres. Creo que el trabajo de la cooperación es imprescindible”.
“Muchas veces las brechas salariales, las desigualdades o ciertas consecuencias de la pobreza tiene una componente de género muy importante y además casi todos los financiadores te exigen que contemples el trabajo en género porque son conscientes de que esas dificultades entre las mujeres existen. Por eso nos parecía importante visibilizarlo tanto en un lado como en otro”, asegura Aránzazu.
¿Qué papel juegan las mujeres en el mundo de la cooperación?
El curso, que se celebra en el salón de grados de la Facultad de Ciencias Sociales de Talavera de la Reina, está también dirigido por María Idoia Ugarte Gurrutxaga, vicepresidenta de Médicos del Mundo en Castilla-La Mancha y profesora de la UCLM. “Hay bastante sesgo hacia las mujeres, generalmente en lo social la participación de las mujeres es mayor que la de los hombres. Es un tema también cultural y en el ámbito de la cooperación también se arrastra este sesgo y hay mucha personal de ONG que son mujeres”.
“Lo más importante es poner en valor el esfuerzo de las mujeres como contribuyentes a los éxitos de la cooperación al desarrollo internacional. Que quede claro que la participación de las mujeres implica también visiones diferentes, abordar temáticas desde lugares diferentes que generalmente no se han hecho”, explica Rocío Aránzazu Baquero.
Ambas directoras del curso han intentado huir de las ponencias magistrales en este curso y han optado por un sistema más interactivo. “La idea es huir de este tipo de ponencias, hay algunas pero se hará una exposición y habrá una interacción con los participantes. Se pretende que el resto sean mesas de debate y que haya mucha interacción entre los ponentes y los participantes”, concluye Rocío.