El servicio de Geriatría del Complejo Hospitalario Universitario de Toledo ha atendido a más de 500 pacientes de edad avanzada con enfermedad cardiaca valvular en la Unidad de Fragilidad del Hospital Virgen del Valle, desde que en 2018 se pusiera en marcha para preparar la intervención quirúrgica de esta patología con el fin de mejorar su calidad asistencial.
"Lo que pretendemos en esta consulta multidisciplinar, en la que participan además de geriatras, cirujanos cardiacos, cardiólogos y anestesistas, es ofrecer al paciente anciano el mejor tratamiento posible para esta enfermedad, que mejore su calidad de vida tras la intervención quirúrgica a la que se someterá por esta enfermedad cardiaca", ha explicado la doctora Ana Alfaro, responsable de esta unidad en el Hospital Virgen del Valle.
Según informa el centro, las válvulas cardiacas regulan el flujo de sangre en el interior del corazón. Cuando no funcionan bien se producen alteraciones en el flujo lo que causan fatigas, síncopes, angina de pecho, entre otras. Esta patología se puede tratar con fármacos para aliviar los síntomas y el tratamiento definitivo solo puede ser cambiando o reparando la válvula de forma quirúrgica o a través de un catéter
La doctora Alfaro ha recalcado que esta patología es muy prevalente en las personas de edad avanzada, "por ello en la unidad realizamos una intervención pre-quirúrgica con el fin de preparar al paciente con ejercicios y un programa nutricional para mejorar la calidad de vida de los pacientes tras la cirugía".
De igual modo, ha destacado también la importancia de evaluar la fragilidad de forma estandarizada en pacientes ancianos con valvulopatía severa sintomática para realizar una buena evaluación del riesgo quirúrgico y decidir entre un equipo multidisciplinar de profesionales el mejor procedimiento terapéutico a realizar.
"En la consulta valoramos la atención post quirúrgica de aquellos pacientes que tras la intervención se detecta que son frágiles, llevando a cabo de forma individualizada un entrenamiento con ejercicio físico durante dos meses con el fin de mejorar la funcionalidad, calidad de vida y pronóstico de estos pacientes", ha añadido.
Pacientes de ingresos prologados o con caídas de repetición
Además de los pacientes con enfermedad cardiaca, en la Unidad de Fragilidad se atiende a pacientes de ingresos prologados o con caídas de repetición para poder establecer un programa que mejore su calidad de vida.
Esta especialista ha precisado que "la fragilidad es una condición de vulnerabilidad que hace que ante situaciones estresantes, como son una intervención tengamos peores resultados de salud".
Para la doctora Alfaro, "los beneficios se centran en mejorar la calidad asistencial peri-quirúrgica de los pacientes ancianos con patología valvular severa para ser un centro de referencia a nivel nacional, dado que en la actualidad somos pioneros en este campo".
En torno a un 23 por ciento de las personas mayores presenta fragilidad, aspecto que se relaciona con la edad y con la presencia de enfermedades neurológicas como la demencia, el párkinson, los accidentes cerebrovasculares, el trastorno cognitivo o depresivo y otras enfermedades como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, y que resulta modificable mediante intervenciones de salud.