Un momento insólito, aunque esperado. La ciudadanía de Ocaña, una de las poblaciones con más habitantes de Toledo, sabía que el epicentro de su Semana Santa, su plaza Mayor, debería estar en silencio durante las solemnes celebraciones de estos días.
Los tradicionales sonidos que marcan esta fiesta, considerada de Interés Turístico Nacional, se apagaron en el momento de entrar y salir de esta gran plaza que es también Bien de Interés Cultural. No obstante, fueron las intensas lluvias de estos días las que afectaron más a las procesiones previstas que el 'silencio' impuesto por las medidas cautelares que ratificó el pasado mes de enero el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJCM).
Todo comenzó con un auto judicial dictado en julio de 2023, a raíz de la denuncia de dos vecinas de una vivienda de la plaza. Dicho documento decretó la suspensión provisional de las actividades en la plaza que superasen los “límites ordinarios” de ruido, silenciando así el corazón de las celebraciones en el pueblo.
Primero fue la Navidad, y ahora tocaba la Semana Santa. El auto señalaba a diversas actividades, desde los eventos festivos y musicales “de cualquier índole”, hasta conciertos o actividades “multitudinarias con música y sonido”. Ergo, también las bandas de música de la Semana Santa que acompañan a las procesiones.
Múltiples son las comitivas que recorren la ciudad durante estas solemnes celebraciones, y algunas pudieron enfrentarse a la lluvia y el viento que trajo la borrasca ‘Nelson’.
"La lluvia no nos ha dejado procesionar"
"La medida cautelar parecer ser que dio más miedo de lo que realmente sucedió. La lluvia no nos ha dejado procesionar", explica Álvaro Cuenca, presidente de la Junta de Cofradías de Ocaña, que indica que todas las procesiones programadas en Ocaña atraviesan la plaza Mayor, "donde se concentra la cultura y la tradición, y más con la plaza tan bonita que tenemos".
Pese a que la mayor parte de las procesiones no pudieron realizarse por la lluvia, las que sí lo hicieron pudieron sortear las medidas cautelares sin que afectase notablemente a la celebración de las mismas. Las bandas de música tocaron desde la calle Mayor, que desemboca en la plaza Mayor, mientras los cofrades de las hermandades participantes desfilaban por la misma.
"Prácticamente ha sonado igual que si estuvieran dentro", apunta Cuenca sobre "la única alteración" que han tenido estos actos que se realizan para representar lo vivido por Jesucristo en los últimos días de su vida.
Los procesiones que se realizaron entre el 23 y el 25 de marzo, tanto la infantil del Sábado de Pasión como la del Domingo de Ramos y el Lunes Santo, se hicieron con normalidad. También llegó a celebrarse por completo la del Viernes Santo por la noche.
Sin embargo, otras de las procesiones más grandes, que cuentan con centenares de participantes, como las del Martes y Jueves Santo, tuvieron que recortar el recorrido previsto e incluso llegaron a tener que realizar corriendo parte del traslado procesional de Jesús de Medinaceli.
El Domingo de Resurrección sí salió la procesión pese a las posibilidades de lluvia que se daban. La banda tocó el himno nacional desde la calle aledaña y la sirena que se toca desde el Ayuntamiento -ubicado en la plaza Mayor- se realizó mediante un altavoz fuera de la plaza.
Solo una hermandad modificó el recorrido
Tan solo una hermandad, la de la Santa Mujer Verónica, según explica el presidente de la Junta de Cofradías, modificó el itinerario previsto el Miércoles Santo -aunque no llegó a celebrarse- para no atravesar la plaza Mayor desde la salida que hacen con la imagen en la Iglesia de Santa María de la Asunción hasta su llegada a la Iglesia de Santo Domingo.
Desde el Ayuntamiento lamentaban antes de Navidad que el auto que imponía las medidas cautelares llegaba como un “jarro de agua fría” al silenciar lo que consideran el “corazón de la ciudad”. El Gobierno municipal recurrió el auto, pero las apelaciones fueron rechazadas por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, que ratificó la denuncia de ambas vecinas.
El Tribunal recordaba en enero de este año que las medidas cautelares no impedían la realización de eventos festivos y musicales. Eso sí, en otra localización distinta a la plaza Mayor. Y el lugar deberá permanecer así, en silencio, hasta que haya una sentencia firme.