La Red Ciudadana del Tajo da por hecho que el Plan de la Cuenca del Tajo que se conocerá este martes no respetará los caudales ecológicos en el río previstos en el borrador previo a la modificación que han sufrido, "algo canallesco", según han manifestado a la puerta del Ministerio de Transición Ecológica.
Este martes 29 de noviembre los colectivos de la Red Ciudadana del Tajo y de la Plataforma de los ríos madrileños y el río Tajo se han congregado frente a la puerta del Ministerio mostrar su inconformidad, pues lamenta que las "negociaciones de última hora con las regiones de la cuenca del Segura hacen que el Ministerio para la Transición Ecológica incorpore cambios que condicionan el buen estado en el eje del río Tajo".
En este sentido, aseveran que el plan incumple las obligaciones emanadas de las sentencias del Tribunal Supremo, de 11 de marzo de 2019, en relación al establecimiento de caudales ecológicos con todos sus componentes en todas las masas de agua de la cuenca.
Y es que, recuerdan el plan pospone a 2027 el establecimiento de los caudales ecológicos mínimos en 19 masas de agua del río Tajo (entre los embalses de Bolarque y Valdecañas), algo que, según las sentencias del Tribunal Supremo deberían haber tenido desde 2016.
Además indican que los caudales de crecida, tasas de cambio y caudales máximos "solo se establecen en 15 embalses de la cuenca, cuando deberían estar fijados en todos los puntos donde haya regulación. Todas estas carencias han sido alertadas desde estudios de la Universidad de Castilla-La Mancha".
El colectivo recuerda que, según las últimas modificaciones, el plan actual permitiría que a partir de 2026 su control se ciña al estado de las masas de agua tanto en el Tajo como el Segura. De esta forma serían las comunidades las que en caso de mejorar el estado de las aguas tanto del río Tajo como del mar Menor pudieran reservarse el derecho de esas dotaciones de agua, lo que podría acabar aminorando el caudal debido a los trasvases.
Objetivos ambientales
Dicho plan se incluye dentro de los objetivos medioambientales que se pretenden alcanzar antes de 2027 y que las asociaciones y organizaciones de la Red del Tajo han rechazado por incumplir las sentencias previas del Tribunal Supremo que abogan por el establecimiento de caudales ecológicos con todos sus componentes.
Una guerra del agua entre instituciones que las propias organizaciones en favor de la protección del Tajo han calificado de "canallesco e inentendible" frente a las puertas del Consejo Nacional del Agua.
"El caudal ecológico no es algo tan simple como abrir un grifo", recuerda Alejandro Cano en representación de los colectivos de la Red del Tajo tras admitir que este tipo de caudales bien cuidados son los que convierten los torrentes en ríos sanos capaces de proteger toda la biodiversidad de los que vivimos alrededor.
Es esta complejidad la que ha impedido cumplir con la sentencia del Supremo de 2019 y con los todos los componentes de estos afluentes ecológicos como son la diferenciación de caudales dependiendo de la estación, el libre desarrollo de la diversidad biológica de las riberas y el establecimiento de caudales de crecidas y generadores que provocan la propia restauración del río.
A todo ello se suman las quejas de las organizaciones por el escaso tiempo del que disponen para estudiar las nuevas disposiciones de este plan hidrológico cuyos condicionantes "quedan abiertos al Ministerio de turno de 2026", afirma el director de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha, José Manuel Martínez.
Del mismo modo, además de "la gravedad que supone no respetar estos caudales ecológicos", la Red Ciudadana del Tajo también pone la mira en la ampliación y modernización de los regadíos que podría suponer "un incremento encubierto del consumo de agua" y que supone una "falta de realismo en cuanto a los recursos hídricos existentes, ha explicado Alberto Fernández, responsable de Políticas de Aguas de WWF.
En definitiva, los colectivos de la Red del Tajo y de la Plataforma por los ríos madrileños y el río Tajo consideran este plan del Tajo "decepcionante, que no cumple con las necesidades ambientales de la cuenca pero que sí atiende las del Segura, e injustificado en sus planteamientos, que incumple varias consideraciones legales así como las sentencias del Tribunal Supremo de 2019".