Los estragos de la pandemia no dejan de hacerse notar en Castilla-La Mancha. Esta comunidad autónoma rompió en 2021 la tendencia descendente que venía experimentando desde 2016 y registra año una tasa AROPE (el indicador que recoge la proporción de población que se encuentra en riesgo de pobreza o con privación material severa) del 32,5%, con, 665.000 personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social. Con respecto al año pasado, registra un incremento de 1,8 puntos y se agregan 36.000 nuevas personas esta situación.
Son los datos que arroja el XII Informe “El Estado de Pobreza: Seguimiento de los Indicadores de la Agenda 2030 UE (2015-2021)” que ofrece una radiografía actualizada del impacto de la pobreza y la exclusión social en España y en Castilla-La Mancha. Se ha presentado en Toledo en el marco de la conmemoración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza y han detallado las cifras Adolfo Patón, presidente de EAPN-CLM y Juan Carlos Llano, sociólogo y autor del Informe.
Según detalla este estudio, a lo largo del último decenio Castilla-La Mancha ha soportado tasas muy elevadas de riesgo de pobreza y/o exclusión social, siempre muy por encima de la media nacional y en lugares relativamente elevados en el orden regional. Sin embargo, en 2020 se produjo una buena evolución de los indicadores, lo que en todos ellos aproximó la región a los valores medios nacionales.
Este último año se han incrementado con cierta intensidad las tasas AROPE, de pobreza y de pobreza severa y muy levemente la tasa de privación material social y severa (PMSS) y se ha reducido el porcentaje de personas en hogares con baja intensidad de empleo (BITH).
Una situación de "cierta ambivalencia"
Con estos resultados, precisa EAPN, Castilla-La Mancha “mantiene una situación de cierta ambivalencia”: por una parte, obtiene tasas por encima del conjunto territorial en los indicadores AROPE, de riesgo de pobreza y de pobreza severa, pero en aquellos indicadores que muestran el tamaño de los grupos en situación más extrema (PMS y BITH) la evolución es mejor y sus valores se sitúan por debajo de la media nacional.
De hecho, el informe culmina afirmando que la cantidad de gente pobre es algo menor que el año pasado, pero es “mucho más pobre” y, por el lado contrario, se reduce el porcentaje de la población más rica pero, a cambio, “sus ingresos son mucho más elevados”. Es decir, los años de la COVID han producido un importante incremento de la desigualdad en Castilla-La Mancha.
Concretamente, la cifra de la tasa AROPE, ubicada en el 32,5%, es superior a la media nacional, que es del 27,8%, y sitúa a la región en una posición intermedia en el conjunto de comunidades autónomas: la segunda por encima de la media nacional e inferior a Murcia, Canarias, Extremadura, Andalucía y las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Otro dato significativo es que en el último año la brecha de género se ha ensanchado a su valor máximo en el periodo a causa del importante incremento de 2,5 puntos porcentuales en la tasa femenina. Entre los varones, la tasa también ha aumentado, pero solo lo ha hecho en 9 décimas, un tercio del primero. En términos absolutos hay en Castilla- La Mancha 313.000 varones y 352.000 mujeres en situación de pobreza y/o exclusión social.
Respecto a la edad, las personas de 65 años o más registraron hasta 2018 unas tasas AROPE notablemente más bajas que el resto de los grupos. Sin embargo, en los últimos tres años han sufrido un importante incremento que la ha llevado hasta del 35%, cifra que durante los dos últimos años es la más alta entre los grupos de edad.
Gasto en vivienda
Otra cuestión estructural muy importante en la generación de pobreza es la intensidad del gasto que deben afrontar las familias para cumplir con sus necesidades de vivienda. En Castilla-La Mancha, el 7,8 % de la población tiene gastos de vivienda superiores al 40% de su renta disponible, sin embargo, entre las personas pobres la cifra se triplica y alcanza al 25,1%.
Además, debe destacarse que el 19,2% de las personas pobres gasta en vivienda más de la mitad de su renta, lo que supone un aumento de 9,1 puntos con respecto al año anterior. Por otro lado, en el año 2021 la tasa de pobreza severa, esto es, el porcentaje de personas que viven en hogares con un ingreso máximo de 530 euros mensuales por unidad de consumo, en Castilla-La Mancha es del 11,9 % (244.000 personas en datos absolutos).
Este dato refleja un notable crecimiento con respecto a la situación del año pasado: la tasa de pobreza severa sube 2,5 puntos porcentuales. En este sentido, Castilla-La Mancha sufre un incremento en la diferencia con la media nacional: desde cifras prácticamente iguales entre el país y la región, ahora la comunidad autónoma supera en 1,8 puntos porcentuales la media nacional de pobreza severa.
El grupo de personas con gasto elevado en vivienda siempre ha sido muy grande entre las personas pobres. En cualquier caso, el problema del gasto en vivienda para todos los años ha registrado en los indicadores de la región valores muy por debajo de los que se miden a nivel nacional. En este sentido, para 2021, por ejemplo, el 9,9% de la totalidad de personas residentes en España, es decir, 2,1 puntos porcentuales más que en la región, mantiene en un elevado gasto en vivienda.
Con respecto a las personas pobres la diferencia es notablemente más acusada: para el conjunto del territorio nacional, el 36,2% de las personas pobres afrontan un gasto elevado en vivienda, cifra que es algo más de 11 puntos superior a la registrada en Castilla-La Mancha.