Las familias pueden formarse de muchas maneras. El concepto es tan amplio como el amor que puede acoger. Y es esta calidez, este cariño, lo que se ve en las caritas y la alegría de Manuela y Emma (nombres ficticios), dos hermanas que han sido adoptadas por una familia tras haber pasado por el sistema de acogida familiar. Ahora tienen muchas familias: adultos y menores de todas las edades que no pueden evitar emocionarse al ver sus juegos.
Ellas son dos de los más de 600 menores que están a cargo de familias de acogida en Castilla-La Mancha. Las familias son oasis en los que los menores pueden respirar y recuperarse de sus circunstancias personales. Actualmente, son unas 400 las familias que dan acogida a menores a lo largo de toda la región, pero aún quedan más de 500 niños y niñas en el sistema residencial de la región.
La consejería de Bienestar Social organizó un encuentro entre las familias que acogieron a Manuela y Emma, y la familia que finalmente las adoptó. "Es un momento muy importante para todos", ha declarado Dioni Segovia, presidenta de ASOFACAM, de familias de acogida en Castilla-La Mancha. "Tienen que seguir siendo parte de la historia de su vida", explicaba en el encuentro.
Remedios Vázquez fue una de las madres de acogida que se hizo cargo de una de las hermanas que han sido adoptadas. De lo único que se arrepiente, afirma, es de no haber comenzado con las labores de acogida antes. Comenzó en el 2011 y hasta ahora. De hecho, el primer niño que acogió junto a su familia, ya es su hijo, puesto que está muy avanzado el proceso de adopción.
Sanamos a las criaturas que son víctimas de sus circunstancias, difíciles de entender
"Nos llamaron, nos dijeron que había una necesidad y fuimos dos familias las que dimos el paso adelante". Parece casi de película, pero es la vida real. Dos hermanas que debieron ser separadas durante un año para poder seguir adelante con sus vidas. "A lo largo de este año hemos facilitado en todo momento que las niñas se vieran una vez a la semana, para que no perdieran su vínculo. El objetivo era que las niñas mantuviesen su vínculo de hermanas y que hubiese alguna solución", explica.
Remedios recuerda que su hija de acogida pasó por momentos de gran enfado. "No eres mi madre", le llegó a decir. Pero ella lo tiene muy claro. "No, no soy tu mamá, pero puedo cuidarte como una mamá", recuerda que le dijo a la pequeña. Esta es la historia de las familias de acogida, la de estar, acompañar, sostener y sanar a sus hijos. "Sanamos a las criaturas que son víctimas de sus circunstancias, difíciles de entender. Estamos para sanar", recuerda. De hecho, se han hecho llamar los 'papiyayis' de la niña.
"Cuando los niños están de acogida, están mejor. Entienden muy bien dónde van a ir. Todo el trabajo es de acompañamiento y de darle un canal de expresión a lo que sienten, porque así podemos acompañarlos y ayudarles mejor", resalta.
Luchar contra los tabúes
Remedios reflexiona sobre el principal problema para que no haya más familias que decidan dar el paso adelante: los tabúes. "Hay muchos tabúes en cuanto al acogimiento. Pero es sin duda el proceso más enriquecedor que he podido tener en mi vida", explica.
Y es que nadie "da ni quita" los menores a las familias. Son ellas las que van a recogerlos cuando es necesario y que los entregan cuando así lo necesitan los pequeños. "Esto es tener un impacto en la vida de la criatura, en construir los cimientos para su vida futura, mientras ves como su vida se reestructura y como se restablecen", resalta Remedios.
Por eso, ha hecho un llamamiento a las familias que están dudando a que den el paso, a que sean capaces de ayudar a los menores que lo necesitan. "Lo mejor es que los entregas en mejores condiciones de las que tenían cuando los recibiste. Con la satisfacción enorme de que has ayudado a sentar unas bases para que tengan una vida mejor, a que sean mejor persona", recalca.
Su familia "siempre tuvo la inquietud" de ayudar. "Las personas somos mucho más capaces de lo que pensamos. Y luego tienes el motor diario que es esta criatura", resalta. "Adelante, adelante. Lo haría una y mil veces", zanja. Madres como Remedios y padres como su marido asumen un nuevo rol en el de los menores que han tenido de acogida. Son unos "tíos", explica Dioni Segovia de la Asociación de Familias de Acogida.
Son organizaciones como la suya las que funcionan con acompañamiento, con un equipo multidisciplinar de profesionales y técnicos que explican los distintos protocolos y programas que existen alrededor de la acogida. "Os invitamos a que nos conozcan. Acoger es un acto generoso que transforma vidas", asevera Dioni. También lamenta que existe "mucho prejuicio" y "mucha mala información" alrededor del proceso de acogida. "Pero lo más importante es el trabajo de las familias que acompañan a los niños en su nuevo proceso", señala.
Desde ASOFACAM reivindican que la administración debe escucharlos para mantener este sistema en marcha. "Somos los que tenemos la experiencia y los conocimientos. Cada vez estamos más formados", resalta Segovia. Además, piden más recursos, en concreto en las ayudas que reciben quienes acogen a los menores, y que se "respeten el plazo de las transiciones". "Es muy importante", zanjaba.
Por su parte, Inmaculada Tello, directora general de Infancia y Familia en Castilla-La Mancha, ha resaltado que el sistema siempre incluye un trabajo previo con la familia biológica para que la acogida o tutelaje de los menores no sea necesario. "Lamentablemente tenemos que hacerlo en algunas ocasiones", reflexiona.
El objetivo del Gobierno de España y las comunidades autónomas es el de no tener menores en el sistema de acogimiento residencial para el año 2031. Es decir, en seis años. Un objetivo "muy positivo", explica la directora general, pero también "muy desafiante", porque son muchos los niños y niñas que están en situación de acogida. "Pero es importante que nos pongamos el objetivo", ha resaltado.
Tello ha insistido en que se debe apostar por el acogimiento familiar antes que el residencial, porque es lo más similar a una "familia convencional". De hecho, ahora mismo son 669 los niños, niñas y adolescentes que se encuentran acogidos en una familia frente a los 520 de las residencias. "Es un número alto y por eso hacemos un llamamiento a las familias para que conozcan lo que es un acogimiento", recalca.
Desde la Dirección General invitan a las personas interesadas a que se acerquen a conocer la realidad de las familias, y ha asegurado que la administración acompaña en cada uno de los pasos, desde la tutela, al acogimiento y la adopción. "Trabajamos mano a mano con estas reivindicaciones", recalcaba Tello.
La directora general ha hecho especial hincapié en trabajar con los menores de 6 años; si bien no son muchos, aún hay niños y niñas que siguen en el sistema residencial. "Lo mejor es que estén en acogida familiar", resaltó. Para ello, algunos de los requisitos son garantizar la estabilidad, no solo económica, porque se ofrecen ayudas, sino emocional para dar "cariño" a los menores como si fueran "un hijo o una hija más".