La Dirección Provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Toledo ha publicado una Resolución por la que se formula el informe de impacto ambiental para una macrogranja porcina en el municipio toledano de La Pueblanueva con capacidad para 1980 cerdos y cuyo promotor es Marcos Rodríguez Sánchez.
Considera este departamento que el proyecto de esta explotación intensiva de cebo de ganado porcino "no necesita someterse a una Evaluación de Impacto Ambiental Ordinaria, por estimarse que no tiene efectos significativos sobre el medio ambiente".
El proyecto se ubicará en suelo rústico, en una tierra de cultivo en barbecho dentro de una parcela que, dice la Junta, "no se encuentra incluida en la Red de Áreas Protegidas de Castilla-La Mancha ni de otras figuras reconocidas de conservación de los recursos naturales"
En la zona ya existen otras explotaciones porcinas pero el Gobierno regional considera que "la acumulación con otros proyectos no supone un efecto sinérgico negativo, al situarse la explotación de ganado porcino mas próxima a una distancia de 1,5 kilómetros". Tampoco afecta a montes de utilidad pública ni a vías pecuarias.
Sin embargo, el proyecto se localiza en zona de dispersión de águila perdicera, definida en el Plan de recuperación de Castilla la Mancha y es también una zona de importancia del águila imperial ibérica y del buitre
negro, dos especies recogidas en las categorías de “en peligro de extinción” y “vulnerable” respectivamente, en
el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla-La Mancha. Pese a ello, dice la Junta, "no son de
esperar afecciones significativas sobre éstas especies ni sus hábitats".
En cuanto a otro tipo de afecciones, se explica que no afectará al dominio público hidráulico ni a sus márgenes de protección, ya que el arroyo de Valdepicazo, que discurre a 430 metros de la parcela, está a una distancia de 700 metros de la ubicación propuesta para la balsa de purines (aunque curiosamente y así lo cita la resolución, el término municipal de La Pueblanueva está incluido en la zona declarada como vulnerable a la contaminación por
nitratos de origen agrario Madrid-Talavera-Tiétar".
La distancia al núcleo de población es superior a 3 kilómetros y tampoco "se espera" afección a bienes patrimoniales.
Medio Ambiente reconoce que durante la fase de funcionamiento de la explotación se producirá "impacto" sobre el suelo por la producción y almacenamiento de purines y sobre la atmósfera por emisiones de gases, partículas, olores y ruidos pero puntualiza que se trata de "impactos recuperables con las medidas que contempla el documento ambiental" y se concluye que el potencial impacto del proyecto "tendrá una extensión reducida, durará mientras se desarrolle la actividad y será fácilmente reversible a la situación previa, una vez que ésta finalice, siendo por tanto compatible con el medio".