La DANA que ha golpeado Valencia y otras zonas de Castilla-La Mancha y Andalucía ha generado una ola de solidaridad en todo el país y una marea de voluntarios dispuestos a prestar su ayuda. Ejemplo de ello son los treinta y cinco universitarios del campus de Toledo que se han desplazado esta semana para colaborar en diversas tareas en localidades como Utiel, Chiva, Aldaia y Catarroja.
"La situación más dura la hemos visto en Catarroja. Es como si fuese una guerra, con muebles apilados en calles destruidas, llenas de barro; gente diciendo que lo ha perdido todo...". Son las sensaciones que transmite sobre lo que están vivenciado desde el lunes Hugo Manso Sanz, estudiante del grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (CAFYD) en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).
Junto a otros jóvenes de entre 20 y 24 años, también del grado de Fisioterapia, está colaborando desde el lunes en municipios afectados limpiando calles, edificios o repartiendo comida a personas mayores. Fue el día después de la DANA, mientras iban de camino en autobús a un congreso universitario en Portugal, cuando decidieron que se desplazarían hasta Valencia a echar una mano en los pueblos afectados.
Se organizaron en apenas 24 horas. Vieron que había jóvenes interesados en prestar su ayuda y, a través de WhatsApp y Google Forms, preguntaron por la disponibilidad de vehículos -han acudido con siete coches-. Se coordinaron con ayuntamientos y casas rurales, recaudaron unos seiscientos euros para material de limpieza y productos higiénico-sanitarios y se pusieron en ruta.
Consiguieron plaza para unas 20 personas en dos casas rurales que les ha dejado una vecina de Caudete de las Fuentes. El resto se aloja en dos salones municipales, uno del mencionado municipio y otro en la localidad vecina de Cuevas de Utiel. Por el momento, van a colaborar con vecinos y vecinas de los pueblos afectados hasta este domingo.
Primero estuvieron limpiando calles en Utiel y en la segunda jornada se desplazaron hasta Chiva, donde también estuvieron achicando agua y limpiando calles y casas, en una "con especial urgencia porque la mujer que vivía en ella tenía dificultades respiratorias, estaba conectada a una máquina de oxígeno, y nos agradeció mucho la ayuda", relata Hugo, que es subdelegado de cuarto curso de CAFYD.
El tercer día el destino fue Aldaia, donde estuvieron más de seis horas en el sótano del ambulatorio "subiendo escombros de armarios y de documentación con cubos, a través de una cadena humana". También estuvieron después achicando agua en un aparcamiento subterráneo en muy malas condiciones, sin luz y con poco aire; y ayudaron en las tareas de limpieza de una escuela.
"Supera con mucho lo que se podía ver por la tele o en redes sociales"
Y este jueves estuvieron en Catarroja repartiendo comida a gente mayor. "Desde donde dormimos hasta allí hay una hora de viaje y tardamos casi tres", explica Hugo. Al llegar, no les dejaban entrar, pero con la excusa de que iban a ayudar a amigos y familiares consiguieron acceder a un pueblo donde los vecinos sí reclamaban ayuda. Una vez dentro, repartieron comida de una furgoneta que viajó desde Segovia y pasaba los alimentos a través de las vías del tren -cerradas tras las riada-.
"En las calles en las que había militares organizando se notaba que estaban más ágiles, pero en otras se veía más descontrol a la hora de limpiar barro y facilitar el tránsito de vehículos", agrega Hugo, que asevera que lo que están viviendo in situ "supera con mucho lo que se podía ver por la tele o en redes sociales".
Esta semana no están yendo a clase para prestar una ayuda que bien les podría servir para convalidar varias asignaturas. Están viviendo una experiencia que seguramente les dejará una huella imborrable. "Hay gente muy desolada pero también quien intenta animar. En el ambulatorio se ponían a cantar, intentan sacar ese positivismo de alguna manera", añade.
En este sentido, remarca también que en esos momentos de trabajo y esfuerzo que realizan durante el día no les fatigan mentalmente. "Pero cuando llegas casa y empiezas a pensar en el día te das cuenta de lo duro que está siendo para la gente. Si no estás fuerte te puedes venir abajo", agrega Hugo, ejemplo de la solidaridad y ayuda que muchos jóvenes del país están mostrando tras una de las mayores tragedias que ha vivido el país.
El agradecimiento que manifiestan los estudiantes de la UCLM respecto a la gente que les ha acogido en Valencia es más que recíproco. Todos los días escuchan frases de gratitud y reconocimiento. “Nos dicen cosas como ‘Para que luego digan que sois una generación de cristal’, ‘¡Qué grandes sois, chicos!, ¡qué grandes!’.