La cineasta Juana Macías llega a CiBRA, el Festival del Cine y la Palabra, para presentar su sexto largometraje: ‘Las chicas de la estación’, un drama basado en hechos reales en el que a través de la ficción denuncia los abusos y la desprotección que sufrieron un grupo de menores tuteladas en un centro de acogida en Mallorca, precisamente cuando más cuidados necesitaban.
El punto de partida de este filme, que llega a las salas españolas el próximo 22 de noviembre tras pasar por el Festival, fue la noticia en torno a una violación que sufrió una menor tutelada en Mallorca en 2019, que destapó una red de proxenetas. La directora ha reconocido que un tema tan complejo como este, que es la explotación sexual de menores y, además, menores tuteladas, le era complicado, por eso tuvo que investigar y documentarse a fondo durante meses, entrevistando a directores de centros y los propios chavales que estaban internos.
“Cuanto más me sumergía en el tema, más me daba cuenta de la complejidad que tiene, me daba curiosidad quiénes eran estas chicas y porqué su familia no las protegían. Esto no es algo que ocurre de manera puntual, sino que está demasiado vertebrado en la sociedad. Para mí es la película más compleja que he hecho”, ha contado la directora en el Auditorio de Toletum a los más de 165 asistentes.
Sobre el objetivo de la cinta, la realizadora ha incidido en que querían “mostrar una realidad y que luego cada uno es libre de sacar sus conclusiones. No hace falta adoctrinar”. Por otro lado, querían “darle voz a estas chicas que normalmente no la tienen”, así como de hacer entender a los espectadores todo el camino previo que estas menores viven y que las coloca en situaciones de las que se pueden llegar a arrepentir.
“No se habla de esto, pero está ahí, lo que pasa es que es incómodo de mirar. De alguna manera, una película te permite empatizar un poco más con los personajes, trascender los hechos y ver a las personas”, avanzaba.
Con el objetivo de dotar de la mayor veracidad al metraje, llevaron a cabo un cásting que duró ocho meses por toda España para dar con las protagonistas que, de hecho, no eran actrices.
Durante meses, trabajaron para que Julieta Tobío, Salua Hadra y María Steelman, crearan “el vínculo que hay entre las protagonistas de la historia. Era importante que la amistad que hay entre ellas se viera real”, ha comentado la directora. Ensayaron sin cámaras, luego con cámaras, para evitar que se sintieran intimidadas y les pidió que aportaran la música que les gustaba y la ropa que se pondrían para salir, tal y como hacen las protagonistas de la película.
A pesar de la crudeza de la película, Macías contaba que las chicas aceptaron sin ningún problema a rodar la película, y que lo importante para la directora es que ellas se sintieran cómodas en todo momento. “Les expliqué que tenían que hacer sentir incómodo al espectador cuando vieran esas imágenes, pero que ellas cuando las estuvieran rodando tenían que estar lo más seguras posibles, y confiaron en mí”, detallaba.
Un libro para despertar las ganas de ver cine
Por otro lado, en la jornada de este lunes, el periodista cultural y director del programa de RTVE 'Días de Cine', Gerardo Sánchez, ha sido el encargado de inaugurar la parte literaria de la XVI del Festival con la presentación de sus memorias cinematográficas llamadas: ‘Memorias de un cinéfilo sarnoso’, un libro que recorre la vida del periodista a través del séptimo arte.
Sánchez contaba que, desde que tiene recuerdo su vida ha estado ligada al cine, por ello es inevitable que todo gire en torno a él, incluso hasta relaciona la más mínima anécdota con alguna escena de alguna cinta. Y es que, desde sus primeras visitas al cine de Usera, donde su abuela le colaba, hasta sus más de quince años como director del programa de RTVE, el periodista ha dicho que se habrá visto la friolera de unas más de 30.000 películas.
“Mi hijo, que es ingeniero informático, y muy cartesiano, me ha hecho una evaluación a la baja, comenzando por cuando empecé a ir a la Facultad. La evaluación es de unas 30.000 películas vistas (aunque son más porque algunas las he visto varias veces). Y en mi colección personal tengo más de 13.000. Aunque llevo desde hace un año o así sin registrarlas en la base de datos. No me da la vida”, contaba entre risas.
Sánchez confiesa que el cine no le vino de casualidad, sino que era algo que ya tenía intrínseco: “No es solo que yo naciera el mismo día en que ‘Los Picapiedra’ comenzaron a emitirse en Estados Unidos, el 30 de septiembre de 1960. Esto lo supe 50 años después. Pero es que yo me crie con los dibujos animados de Hanna-Barbera (y los cartoon de Warner, claro), de forma que los Picapiedra formaban parte de mi vida antes de saber que lo eran con esa conexión atan azarosa como cósmica. Además de que viví durante mucho tiempo en la Calle del Cine”, detallaba.
En ‘Memorias de un cinéfilo sarnoso’, Sánchez sumerge al lector en un viaje íntimo y nostálgico a través de su vida, donde el cine no solo es un pasatiempo, sino una forma de existencia. Con un humor mordaz y una mirada crítica, no solo celebra a sus ídolos, sino que también desenmascara a aquellos impostores que, a su juicio, no han estado a la altura.