La actividad rehabilitadora y revitalizadora del Casco Histórico es la principal función que se atribuye al Consorcio de Toledo, entidad de referencia en todo lo relacionado con la puesta en valor del patrimonio toledano. En este sentido, su actual gerente, Jesús Corroto, señala que asumen la responsabilidad de "ayudar a la gente que quiere vivir" en este barrio, en el que la vida residencial se está viendo afectada por el incremento de la actividad turística desde hace años.
Tres años y más de cuatro meses después de su nombramiento oficial como responsable de esta institución pública, en cuyo Consejo de Administración están representados el Estado, la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento, Corroto hace balance de la gestión que han llevado a cabo en este tiempo, que tiene como reciente hito la inauguración del Corral de Don Diego.
Aborda también los retos que se plantea el Consorcio de cara a los próximos años, en los que quiere rehabilitar al menos un edificio en desuso al año que pueda destinarse a futuros residentes del barrio. Al mismo tiempo, apuesta por continuar restaurando y protegiendo patrimonio, impulsando la oferta cultural y colaborando a lograr un "equilibrio entre el turismo con los residentes en el Casco Histórico".
Pregunta: ¿Qué sensaciones quedan tras tres años de intenso trabajo para poder inaugurar el Corral de Don Diego?
Respuesta: Realmente el proceso sigue con la colaboración de la ciudadanía. Hemos abierto varias líneas en internet, en Instagram o en info@salonrico.es, donde este espacio tiene que tener una continuidad de colaboración y de ese uso por parte de la ciudadanía. Seguimos en el proceso, no es como otras obras en las que se interviene en una capilla o unas pinturas murales, y en las que terminas y haces unas visitas guiadas, que son importantes, pero sigues con otra historia. Este proyecto tiene continuidad, lo interesante y excepcional es que se ha abierto este nuevo eje y que al mismo tiempo la ciudadanía está pidiendo hacerlo suyo.
En esta continuidad también se incluyen las cinco viviendas que comenzó la EMV y que ha concluido el Consorcio. ¿Serán de alquiler o de alquiler con opción a compra? ¿Qué plazos manejan para que puedan estar habitadas?
El Salón Rico tiene una cesión de 20 años del Ayuntamiento al Consorcio; Trastámara 9 es un edificio propiedad del Consorcio; Corral de Don Diego 3, que es el edificio administrativo y la entrada al zaguán, es propiedad del Ayuntamiento, y las viviendas eran propiedad del Ayuntamiento. Para poder gestionar y licitar las obras por parte del Consorcio, el Ayuntamiento las cedió temporalmente. El edificio eran unos forjados, una estructura y una cubierta, por lo que podían ser viviendas u oficinas. Los vecinos lo que querían eran viviendas. Terminamos la obra, la constructora tiene que hacer los repasos y en septiembre estarían disponibles. Vamos a entregarlas al Ayuntamiento. El otro día el presidente del Consorcio, el alcalde, Carlos Velázquez, dijo que iban a ser de alquiler. Será la EMSV o el propio Ayuntamiento quien diga si son de alquiler con opción a compra u otro tipo de alquiler.
¿Cuándo se abre al uso público la galería abovedada situada debajo del edificio residencial del Corral? ¿Para qué usos?
Quiero trasladar mi agradecimiento a la propiedad privada de los locales comerciales y de las bóvedas, que son dos hermanas, Inmaculada y Pilar Jiménez. Estamos analizando la posibilidad de hacer un convenio de cuatro años con ellas para que restauremos las bóvedas, con la posibilidad de alargarlo otros cuatro más, y que se puedan utilizar dentro de este espacio cultural para después devolverlas a las propietarias.
La complejidad de este proyecto -el conjunto del Corral de Don Diego-, como bien dijo el presidente regional, Emiliano García-Page, no era tanto de presupuesto sino de gestión de cuantos propietarios, usos administrativos y urbanísticos y conexiones hay. Toda la gestión era bastante compleja. Eso realmente ha llevado a un equipo del Consorcio muy profesional a poder gestar el éxito de esta inauguración. Los plazos también eran importantes. Sobre el tema arqueológico, si no hubiéramos hecho toda la excavación en área con colaboración de la Junta y del Ayuntamiento, no hubiéramos sabido cómo estaban fisuradas las bóvedas- Y al llegar a esos niveles aparece el patio del Salón Rico de don Diego García de Toledo del siglo XIII. Salen los parterres, la alberca… todo estaba como solapado. Era un puzle en el que si tirabas de uno de los cajones se abría el de al lado. Bajabas una persiana y se abría otra puerta. Las gestiones han sido complejas y yo creo que hemos salido airosos.
El pasado islámico de Toledo asoma en el Corral de Don Diego
Después de un proyecto así, ¿hay alguna iniciativa que pueda ser de similar calado de cara a los próximos años? ¿El nuevo equipo de Gobierno toledano ha marcado sus prioridades en este sentido?
En las reuniones que tenemos con Santiago de Compostela y Cuenca, los tres consorcios vinculados al Ministerio de Hacienda, lo que nos indican es que los proyectos tienen que ser estructurales y estratégicos para la ciudad, y tienen que aprobarse por Consejo de Administración, de tal forma que estén al margen de los ciclos políticos. Creo que es uno de los éxitos de este Salón Rico. Ha habido una continuidad y un apoyo de las cuatro administraciones independientemente de si hay uno u otro color político. Lógicamente la iniciativa sale cuando yo tomo las riendas del Consorcio pero este proyecto se impulsa porque está aprobado en Consejo de Administración.
Creo que tenemos que seguir en la línea que estamos trabajando y ahora tendríamos que sacar definitivamente adelante los edificios que están en desuso en la ciudad para poder destinarlos a familias que quieran vivir en el Casco. Nos llega esa información de que hay gente joven quiere vivir en el barrio. Sería mi siguiente paso objetivo, que todos los años pudiéramos encadenar la rehabilitación de un edificio y que podamos dar 6, 10, 12 o 20 viviendas cada año para que la gente joven que quiera vivir en el Casco pueda apuntarse a una lista de demandantes de vivienda. No sería un proyecto puntual sino a largo plazo, donde se pudiera, en diferentes barrios de la ciudad, abrir un proceso de regeneración de cada uno de los edificios abandonados que existen.
Los proyectos del Consorcio tienen que estar al margen de los ciclos políticos. Creo que es uno de los éxitos de este Salón Rico"
Ya están redactados los proyectos de edificios en Callejón de San Pedro y Niños Hermosos, para rehabilitar los mismos a cambio de viviendas para los propietarios y destinar otras a nuevos residentes. ¿Cuándo comenzarán las obras? ¿Se podrán comprar?
Tenemos esos proyectos que prevén 6 viviendas en Callejón de San Pedro y 10 en Niños Hermosos. Estamos innovando. En otros Cascos de España no se está haciendo esta colaboración público-privada. Es complejo jurídicamente y tenemos que cerrarlo muy bien porque nos miran otras administraciones de muchas ciudades. En Niños Hermosos está estructurado que en el reparto, las dos hermanas que son propietarias del edificio adquieran una vivienda concreta cada una.
En estos dos proyectos tienen una subvención del 30% ya aprobada por el Consorcio. Se dispone de esa estructura financiera. El problema es jurídico para encajar las bases reguladoras de selección de nuevas familias; saber cómo encaja con los propietarios originales y cómo se hace ese trámite administrativo, jurídico, de notaría, de registro y de catastro. Hay que establecer unas bases reguladoras públicas y que sean procesos coherentes de la Administración General del Estado. El Consorcio dispone de una colaboración exhaustiva con la Abogacía del Estado. Se están viendo las aristas para no tener problemas jurídicos de ningún tipo. Ese es el escollo que tenemos ahora mismo.
¿Siendo optimista, cuando cree que estas viviendas pueden ser una realidad?
Siendo optimista quiero que en el Consejo de Administración de diciembre tengamos que esas bases reguladoras. Ojalá pudiera ser antes.
El Consorcio participó en la ordenanza para regular viviendas de uso turístico que se incluye en la Modificación Puntual 32 que comenzó a tramitarse el año pasado. El equipo de Gobierno tachó de “chapuza” la redacción de la misma en el último pleno municipal. ¿Está de acuerdo con esta afirmación?
Es un tema que se está tratando a nivel mundial. No voy a entrar en esa polémica. Hace unos días he tenido una reunión en el Ministerio de Hacienda con el Consorcio de Santiago de Compostela, donde han aprobado una normativa con la que intentan revertir la situación. Sabemos que en Barcelona se ha propuesto que dentro de diez años los apartamentos turísticos vuelvan a ser viviendas para familias, y en Nueva York se han restringido en muchísimas comunidades. Es decir, está pasando en todo el mundo. En septiembre del año pasado, en el Foro de la UNESCO que se celebró en Riad (Arabia Saudí), Venecia estuvo a punto de salir de la lista de Patrimonio Mundial. Están diciendo que tenemos que equilibrar el turismo, es un poco el objetivo de este tipo de iniciativas. Tenemos que equilibrar el turismo con los residentes en el Casco Histórico de Toledo. Ese es el trasfondo y es en lo que tenemos que trabajar todas las administraciones y todos los ciudadanos.
¿Qué regulación cree necesaria para las viviendas de uso turístico en la ciudad?
Habrá que ver si -la normativa- es por zonas, qué ratios o ejes turísticos, también con proyectos como el del Mercado de Abastos o la Mezquita de Tornerías. Todo tiene que ir en la misma línea, la película tiene que tener el mismo hilo conductor. Puede haber opiniones en una dirección o en otra pero lo que está clarísimo a nivel mundial es que tenemos que proteger las ciudades históricas y las personas que quieren vivir en ellas. El resto puede ser interpretable.
Se está haciendo un análisis de cuántas licencias se han solicitado, cuántas están operativas y qué saturación hay por barrios. Con la información vía satélite, georreferenciada, se detallarán parcelas catastrales, y tendremos que trasladarlo a una ley que sea coherente. Los técnicos entenderán que no puede haber un piso en la parte alta, que todo el día haya maletas arriba y abajo, yo creo que eso lo entiende todo el mundo. Habrá que ver si donde ya no hay ejes comerciales -los alojamientos turísticos- pueden estar en planta baja, pero que en sitios con proyectos para recuperar el comercio no los haya.
Lo que está clarísimo a nivel mundial es que tenemos que proteger las ciudades históricas y las personas que quieren vivir en ellas"
¿Pero considera que la normativa que se elaboró sigue siendo válida?
Creo que es un documento base que no debería tirarse a la basura. Es un documento que está abierto a opiniones y esa era la filosofía. De hecho estaba en proceso de recogida de alegaciones. No se puede decir que no vale para nada. Tiene su valor porque ya venía del arquitecto municipal que falleció, Ignacio Álvarez, que para mí era una de las personas con más sabiduría del Casco Histórico en todos sus procesos técnicos. Todo eso se va adaptando después de la pandemia y al final sale un documento que lo que pretendía era aportar un equilibrio y poder repensar qué queremos paralizando las licencias. Vamos a ver si tiene que establecerse un límite del 15% como en Santiago, de un 20% como se propuso o de un 10%. Yo creo que la ciudad tenía que apostar por decir ‘hasta aquí’, y ahora vamos a repensar, pero no tirar a la basura lo que se ha hecho.
El incremento de estos alojamientos turísticos es uno de los principales problemas para la falta de vivienda residencial en el barrio, así como también influye en el aumento de los alquileres. ¿Cree que declarar como zona tensionada de alquiler la ciudad puede ser beneficioso para incrementar la oferta residencial en el Casco Histórico?
El que se haya tomado la decisión por parte del presidente del Consorcio de que estas cinco viviendas sean de alquiler yo creo que abre un poco esa línea. Estamos trabajando para analizar otras intervenciones en el Casco para que puedan ir en esta línea. Con vistas al año que viene estamos viendo cuántos edificios están abandonados o cuántos podrían llegar a estarlo. Este año ha habido 155 solicitudes de familias empadronadas que siguen confiando en el Consorcio para arreglar sus viviendas. Para mí ese es el termómetro que nos da que en los últimos tres años estamos alrededor de 150 familias cada año que quieren seguir viviendo en el Casco. Nosotros no tenemos responsabilidad en el tema del alquiler para decir qué tiene que serlo y qué no, pero sí que la tenemos para ayudar a la gente que quiera vivir en el Casco.
Recientemente se han anunciado nuevas subvenciones en especie para rehabilitar zonas comunes de seis edificios residenciales. ¿A cuántos beneficiarios va a llegar esta línea de ayudas?
Es una línea de ayudas de 300.000 euros. En los últimos años se han presentado entre 7 y 15 solicitudes para edificios. El 85% lo aporta el Consorcio y el 15% se reparte entre los propietarios. Son, por ejemplo, patios que en ocasiones no están del todo salubres. Retiramos cableado, adaptamos instalaciones o ponemos en uso elementos patrimoniales y, de repente, esa casa tiene otro aspecto y el patio toledano vuelve a tener su esencia.
Todos los años 300.000 euros es una gota importante que las comunidades de propietarios saben que tienen ahí y que está estructurada. Dependiendo de si hay una comunidad que necesita unos 100.000 euros pues quizás hay para 3 o 4, pero hay otros años en los que ha habido seis beneficiarios como este año. Licitamos la obra, hacemos la gestión de la licencia o estamos pendientes del tema arqueológico, no se tienen que preocupar de todo el dolor de cabeza que normalmente da rehabilitar zonas comunes en el Casco Histórico de Toledo.
También aporta el Consorcio subvenciones para la rehabilitación de zonas comerciales, ¿es otra herramienta clave para impulsar la vida residencial?
Hoy pasaba por la Farmacia de Lorenzana, en la que están restaurando una fachada preciosa, en madera, con filigranas… es una maravilla que haya pedido subvención para restaurarla y consolidarla. Desde el Consorcio tenemos que mantener esa imagen histórica de comercio tradicional. Para nosotros ese tipo de ejemplo es fundamental.
¿Qué porcentaje del Casco Histórico ha de ser necesariamente rehabilitado todavía y por qué?
A final de año podremos precisarlo con datos. Con el estudio que está haciendo el Ayuntamiento y los datos que estamos trabajando gracias a la ayuda de una subvención de fondos europeos, este año tenemos once profesionales de primer empleo -arquitectos, arqueólogos, periodistas y diseñadores- que nos ayudan con el trabajo del día a día. Con esta ayuda creo que podremos a final de año tener una foto y una radiografía con datos más exhaustivos.
Una de las tareas pendientes que tiene Toledo es la actualización del Plan Especial del Casco Histórico. ¿Cuáles serían a su juicio las líneas principales que tendrían que marcarse en este documento?
La propia UNESCO ha cambiado el foco o la evolución, también un poco después de la pandemia, la masificación turística y el cambio climático, que nos lleva a que el Casco Histórico tiene que ser sostenible. No podemos tener impactos visuales como en el tema de los tejados con placas solares. Eso es un tema crucial en todos los cascos históricos. Pero tiene que haber otras iniciativas y tecnologías para que sean las viviendas sean sostenibles. El tema de la sostenibilidad tendría que tratarse de alguna manera en esas intervenciones. En el Salón Rico se ha instalado aerotermia. Ojalá pudiéramos tener esa energía que alimenta la aerotermia de fuentes renovables, entonces el Casco Histórico tendría ese equilibrio. Habrá tecnologías que saldrán dentro de poco y tendremos que estar vigilantes para poder tenerlas.
En la parte más patrimonial del Plan Especial se hace mención al plan de color. El propio redactor del plan de color nos felicitó por cómo hemos actuado. Si hay una fachada barroca la mantenemos, o si es azul como la de finales del XIX de la calle Plata, que se pudo descubrir gracias a unas catas. En otras ciudades no hay esas directrices y a nosotros nos da riqueza. En Hombre de Palo se restauró imitando los suelos hidráulicos y es preciosa también ese tipo de fachadas, que son únicas casi en España. Ni en Italia vi esa riqueza que tenemos y que hemos sabido guardar. No es un plan para tirar a la basura, es muy bueno y hay que reestructurarlo. Hay que hablar de ciudadanía, de espacios verdes, de nuevos ejes, seguramente de aparcamiento o de coches eléctricos. Hay que trasladarlo a qué se necesita ahora mismo para la ciudadanía que quiere vivir en el Casco.
No podemos tener impactos visuales como en el tema de los tejados con placas solares, pero tiene que haber otras iniciativas y tecnologías para que las viviendas sean sostenibles"
¿El Consorcio está colaborando en la búsqueda de ese gran aparcamiento que el alcalde ha anunciado que quiere poner a disposición en el Casco?
Estamos colaborando en esa línea. Igual que la gente quiere vivir en el Casco, a lo mejor hay que dar posibilidades a quien quiera tener un coche eléctrico para que pueda tener una carga en un aparcamiento donde esté esa energía limpia. Quizás no se pueda tener el garaje debajo de casa pero sí en ciertas zonas relativamente cerca, y tener un coche así para tener un Casco limpio de emisiones de CO2. Es prioritario ayudar a parar el cambio climático y a que seamos conscientes de ello. Es nuestra responsabilidad.
¿Hay algún espacio que cumpla condiciones para poder albergar aparcamiento?
Después del verano o a finales de año podremos saber las posibilidades que tenemos. Estamos hablando de un aparcamiento de entre 70 o 90 plazas.
Hace unos meses que se celebró el Congreso Internacional de Conventos. del que salieron interesantes propuestas. ¿Cree que en Toledo podría darse un caso similar al de las monjas de Belorado?
Una de las conclusiones de ese Congreso es que tendría que haber una especie de entidad para colaborar con los conventos. Nosotros seguimos repartiendo 180.000 euros en bienes de interés cultural de todo tipo, entre ellos a los conventos. Ahora estamos con las pinturas murales de los Carmelitas, en San Clemente o hemos ayudado a las Jerónimas de San Pablo. Esa continuidad está estructurada y consolidada. Y desde el punto de vista humano, más de las personas, se ha realizado una Asociación de Amigos de los Conventos con la que hemos tenido reuniones y trabajamos en paralelo de tal forma que ya se están haciendo acciones importantes. Sabemos que se están tomando medidas para que el convento de Santa Clara tenga un uso.
Las propias comunidades que todavía residen en esos conventos tienen un teléfono directo 24 horas por si tienen un problema de salud, económico o administrativo. Con esta asociación hay un análisis administrativo de cada uno de los conventos para facilitar también la gestión de subvenciones o ayudas de todo tipo. Las congregaciones que viven en los conventos de clausura de la ciudad ahora tienen un hilo conductor para que se sientan acompañadas. Es un hilo conductor muy coherente y que nació de la codirección de ese congreso -con el Arzobispado, el Consorcio y dos instituciones universitarias (UCLM y Universidad de Sapienza)-. Creo que hay un diálogo y comunicación con todos los conventos muy fluida.
Organizan también numerosas actividades culturales, ¿a quién van más dirigidas, a turistas o a residentes?
Estoy convencido de que el 90% de las personas que estuvieron en la inauguración -del Corral de Don Diego- con Blanca Paloma eran de Toledo. Seguramente porque esa información llegó a foros de ciudadanía de Toledo y no a touroperadores. Creo que en la gran mayoría de nuestros espacios culturales hay personas que trabajan en la ciudad y que existe una red de asociaciones y entidades vinculada a Toledo. El año pasado tuvimos más de 150.000 visitas y no sólo empadronados en la ciudad, también vienen muchos colegios. Tenemos convenios con los guías también, que enseñan cualquiera de los espacios que gestiona el Consorcio. Hay gente que viene buscando otro Toledo, o el patrimonio como el que hay en las Cuevas de Hércules, un edificio de primer nivel. Llevamos más de 20 años y nos podemos sentir muy orgullosos. El Consorcio lo que potencia es el conocimiento de los espacios culturales para la ciudadanía toledana pero también está abierto al turismo, no es excluyente.