Ismael Pinel, biólogo y experto en Genética Clínica y Consejo Genético, es el alcalde (PSOE) de La Puebla de Montalbán desde el año 2019. Afirma que “no hubiera sido alcalde de otro sitio” más que del municipio del que es natural, donde ha vivido una legislatura marcada por la pandemia, ‘Filomena’, un escrache originado por un bulo y, también, por una enfermedad que le hizo plantearse no continuar en el cargo.
En una entrevista con este medio confirma que no va a optar a la reelección como alcalde en las próximas elecciones municipales. La decisión, dice, la tomó en enero de 2022, cuando se vio en el peor momento, firmando documentación del Consistorio mientras permanecía hospitalizado. “Me han tratado de convencer -para continuar- de muchas maneras, pero cuando tomo una decisión…”, señala con firmeza.
Pinel ha estado siempre muy vinculado e implicado con la sociedad de La Puebla de Montalbán, por lo que al jubilarse de su oficio, que le brindó la oportunidad de recibir el premio Reina Sofía de Investigación sobre Prevención de las Deficiencias en 1988, tomó la decisión de trabajar por su pueblo. Por una parte señala que “ha sido estupendo”, aunque también alude a “la ingratitud de liderar un proyecto municipal”.
“Estás con todas las miradas. A lo mejor vas a comprar y te dicen ‘ahora que te veo’...”, señala sobre la cotidianidad de ser alcalde en un pequeño o mediano municipio y recibir los problemas o inquietudes de los vecinos en cualquier salida a la calle. Pese a ello, se muestra satisfecho de la gestión que ha realizado pese a las complicadas y extremas situaciones vividas en esta legislatura.
En este sentido, reflexiona que, habiendo estudiado las pandemias de otras épocas por su profesión, la que le ha tocado vivir como alcalde ha podido ser la más grave de la historia "comparativamente a nivel mundial". Apenas unos meses después de asumir las riendas del Ayuntamiento, Pinel se convirtió “un poco en alcalde-científico” en el año 2020, pues llegó incluso a hacer un estudio genético de los usuarios de las viviendas de mayores para conocer mejor cómo habrían podido lidiar con la COVID-19.
“Cuando la gente me preguntaba, les decía que en un año o año y medio tendríamos la solución. No me creían, pero yo sabía que teniendo el genoma del virus encima de la mesa, solo hacía falta saber cómo le íbamos a atacar. Y efectivamente, en menos de un año teníamos tres vacunas. Buenas, malas o regulares, pero la ciencia, la gran olvidada, nos ha salvado el culo como siempre”, manifiesta Pinel, que reivindica un mayor apoyo a la investigación, así como a la sanidad y la educación.
Pensó en volver a su trabajo en la pandemia
El alcalde, que trabajó con científicos implicados en el desarrollo de la vacuna española contra la COVID-19 como Isabel Sola o Luis Enjuanes, pensó incluso durante los peores momentos de la pandemia en volver a su profesión. “Se me pasó por la imaginación, pero tenía que asumir mi responsabilidad aquí”, señala Pinel, quien fue responsable de la Unidad de Genética de distintos hospitales.
También le tocó vivir a Pinel un polémico episodio a causa del inicio del proceso de vacunación. En los días en los que saltaron diversas noticias relacionadas sobre políticos que se habrían adelantado a su turno correspondiente de vacunación, su concejala de Bienestar Social, Remedios Romero de Ávila, se inoculó también la primera dosis con la remesa destinada a la residencia de mayores del municipio.
Polémica vacunación de una concejala: "Me dijeron que tenía que dimitir"
“Empezaron a llamar a la gente y hubo fallos. Estaba allí la concejala, que se había hecho cargo de la situación puesto que el director de la residencia estaba con COVID. El médico, con muy buen criterio, me dijo que se le iba a poner a la gente que más tiempo pasaba en la residencia”, explica el alcalde, que recalca que la eficacia de la vacuna una vez descongelada era cuestión de horas.
Debido a esta situación, lamenta Pinel, llegaron a decirle que la edil tenía que dimitir. “Dije que si ella tenía que dimitir, yo también, y mi equipo entero se iba. Llevaba razón. El médico asumió la responsabilidad de que había que poner la vacuna y no tirarla”, agregó, al tiempo que recordó “los millones de vacunas que se han tirado después”. “Es el precio que pagamos los europeos, que desechamos cosas necesarias”, añade.
“Habilidad negociadora”
Respecto a su gestión en otras áreas municipales, el alcalde destaca su “habilidad negociadora”. “Otras no tendré”, añade. Y es que, nada más tomar posesión como alcalde, apunta que representantes de la empresa Aqualia -adjudicataria del servicio de abastecimiento y tratamiento de agua-, se reunieron con él para felicitarle por su elección y recordarle que el Ayuntamiento “le debe 2 millones de euros”.
Así, señala que se sentaron para renegociar el contrato con sus ingenieros, revisar qué inversiones no habría acometido la empresa y llegar a un acuerdo para amortizar la mencionada deuda. “Hemos tenido que subir por el IPC, desglosado para que no sea dañino, pero había que hacerlo y ahora no debemos nada. Ahora Aqualia colabora en cualquier evento que hacemos y antes no lo hacía”, explica sobre esta la situación de este servicio público.
Sin damas ni reina
Pinel ha dejado también su impronta en los festejos de la localidad y en algunas tradiciones que, a su juicio, no tendrían que darse, como es el caso de la elección de damas y reina. “O eran niños y niñas o aquí no hacemos nada. Además, cada año se presentaban menos. Soy partidario de que eso no tendría que existir. Se ha de reconocer a la gente que haya hecho cosas por el pueblo, pero no así por las buenas hacer una elección de reina”, recalca el alcalde, que sí defiende la elección de la Melibea que se realiza cada año en lo localidad natal del escritor Fernando de Rojas y que acoge cada año el Festival Celestina.
Un centenar de jóvenes frente a su casa
Precisamente, la gestión de las fiestas patronales en La Puebla de Montalbán también ha generado en esta legislatura un desagradable episodio para Pinel, quien el verano pasado sufrió un escrache en su domicilio originado por la difusión de un bulo a través de las redes sociales. En total, calcula que alrededor de un centenar de jóvenes se presentaron pasada la medianoche en la puerta de su casa para increparle que se hubieran suprimido las ‘preverbenas’ impulsadas por algunos hosteleros de la localidad.
El primer año en el que tomó posesión como alcalde, Pinel se presentó en la primera ‘preverbena’ que se realizaba antes del inicio de las fiestas -no se volvieron a celebrar por la pandemia-. “Un local en la calle -cerrado y al que no podía entrar nadie-, con barras y música. Vi a gente orinando en la calle y le dije al organizador que así no iban a celebrar más. Abres un servicio, contratas a una persona que lo limpie y colaboras”, le trasladó.
En este sentido, precisa que el Ayuntamiento colaboraba en esta actividad cortando la calle al tránsito de vehículos y haciéndose cargo de la contratación de un deejay para el festejo. “Les propuse que en las verbenas que organiza el Ayuntamiento pusieran sus barras pero se ve que no les gustó y pusieron en redes sociales que les habíamos denegado hacer la preverbena. Cortaron y pegaron un escrito -en el que se explicaba por qué se denegaba la realización de las 'preverbenas'- que yo publiqué después completo recordando la inversión que hacía el Ayuntamiento”, indica.
Así, señala que los -dos- hosteleros afectados “vendieron a los chavales que no iba a haber 'preverbena' ni toros… e hicieron una convocatoria a las 23.00 horas en la plaza del Ayuntamiento”. “De allí, fueron a casa del alcalde. Muchos se preguntaban qué hacían ahí. El libro de las fiestas ya estaba impreso, con unas fiestas tremendas. Al día siguiente algunos vinieron a pedir perdón”, recuerda Pinel sobre esta situación que motivó la presencia incluso de televisiones nacionales en La Puebla de Montalbán.