La sostenibilidad y un cultivo respetuoso con el medio ambiente son dos factores que se revelan como clave para el futuro del olivar en España. Alrededor de esta premisa debatieron diversos expertos a lo largo de la celebración de la última edición de la jornada de NaturAceite, organizada por elDiario.es Castilla-La Mancha y su sección Agroalimentaria en la toledana localidad de Mora.
Entre los ponentes que acudieron al evento profesional, se encontraban los catedráticos María José López y Raúl Moral, de las Universidades de Almería y Miguel Hernández, respectivamente, que hicieron un balance del proyecto Life+Regrow, una iniciativa coordinada por el Ayuntamiento moracho con fondos europeos para recuperar las zonas afectadas por la contaminación del alpechín, balsas de residuos que genera la extracción de aceite de oliva.
Es el “oro negro” que queda tras la producción del oro verde. Es lo que defiende María José López, que ha señalado que a través de un estudio de varios años se comprobó que el alpechín, mediante tratamientos sostenibles, lograba ofrecer fertilizantes de gran valor. Este líquido que se genera al extraer el aceite se guardó durante mucho tiempo en balsas que quedaron en desuso, pero cuyos compuestos contaminantes afectaron el suelo a su alrededor.
A través de este proyecto europeo se ha trabajado en las balsas que se quedaron en Mora para intentar buscar soluciones y también beneficios de los sedimentos que se quedaron abandonados en las balsas. Se acordaron para ello estrategias de biorrecuperación 'in situ' con organismos vivos que ayudaron a descontaminar los sedimentos de alpechín y así poder aprovechar estos residuos que genera la industria del olivar.
Gracias a la acción de los microorganismos se logró 'reactivar' el alpechín para su transformación y descontaminación, a través de varias técnicas: arado, fitorremediación, compostaje y vermicompostaje. Fue un éxito: “Todas las estrategias redujeron la toxicidad”. Raúl Moral explicó que se consiguió el crecimiento de vegetación autóctona en la zona, lo que ha permitido llegar a una conclusión inicial de que el alpechín del olivar puede ser una “fuente de posible riqueza para el sector”.
“Cuando se habla de recuperación del alpechín, el segundo nombre es Mora”, concluyó el catedrático.
Un buen producto debe ir de la mano de un buen manejo de su medio
NaturAceite concluyó su edición de 2024 con la mesa redonda 'Buenas prácticas en proyectos sostenibles', en las que se pudo conocer iniciativas de distintos ámbitos con un mismo objetivo: proteger el medio ambiente.
“Creemos firmemente que la producción de un buen producto va a ir siempre de la mano de un buen manejo del medio”, aseveró Faustino Corbel, propietario y gerente AOVE Verde y Amén, una iniciativa familiar de cultivo de olivar que se ha asentado en la provincia de Toledo para empezar “de cero”. Englobado en una metodología y en la firme creencia de “agricultura de calidad”, busca la excelencia a través de la sostenibilidad.
Corbel ha defendido que un cultivo ecológico es realmente “lo mínimo” y debe ir siempre de la mano de un producto que quiera diferenciarse. La finca en Toledo de la iniciativa está dividida en cuatro variedades, aunque solo se comercializan picual y arbequina, por ahora. “El éxito que hemos tenido en la finca viene del convencimiento de que lo que pedimos a la tierra se debe devolver de alguna manera. Si no hay buen manejo del medio, llegará un momento en que la tierra no nos podrá dar”, resaltó.
Trabajar en favor de la naturaleza es más rentable
El director del proyecto Life Olivares Vivos+, José Eugenio Gutiérrez de la Universidad de Jaén, ha explicado que la iniciativa se basa en dos principios “fundamentales”: que trabajar en favor de la naturaleza es más rentable “que hacerlo en contra” y que se debe promocionar la biodiversidad como valor de mercado porque “puede ser un valor diferencial”.
“La biodiversidad es un indicador que no engaña, es la prueba de algodón de la sostenibilidad”, defendió el experto, que aseguró que ya existe un consenso: “La agricultura del futuro será sostenible o no será”. Life Olivares Vivos+ se reivindica como el “mayor estudio” que se ha hecho sobre biodiversidad y olivar, que ha llegado a la conclusión de que la especie es un “excepcional refugio de biodiversidad” y tiene, además, un “potencial extraordinario” para potenciarla.
Además, ofrece el sello 'Olivares vivos', una herramienta a la que puede acceder cualquier agricultor que garantiza un cultivo favorable a la biodiversidad, que es una de las “principales preocupaciones de los consumidores”. “La conservación de la naturaleza está en lo primero que interesa a los consumidores”.
Crear aceite aprovechando toda la energía
La maquinaria que se utilice en la producción también puede ser un elemento crucial para garantizar su sostenibilidad. Es esto lo que explicaba el técnico de Alfa Laval Iberia, José Ángel Blasco, quien expuso diversas propuestas de la empresa patrocinadora del evento para lograr un producto más limpio, con las menores pérdidas posibles, en cuanto a energía y calidad.
Alfa Laval propone de esta manera molinos que permiten la producción de aceite que obtienen aromas más intensos y que evitan el calentamiento puntual de las máquinas, así como una reducción del nivel de oxigenación. “Se trata de molinos que evitan el problema de la energía mal consumida”, señaló Blasco, que además defendió que ayudan a notar la diferencia en la producción.
La empresa también ofrece batidoras eficientes a nivel térmico, y que permiten una movilidad de la pasta a la hora de producir el aceite. Para Alfa Laval el “futuro” del batido del aceite de oliva “recae en una producción en vacío con alta presión, con la cual no hay pérdida de polifenoles por oxidación y se enriquecen los aceites”. “Cuanto mayor sea el contenido en polifenoles, mayor será el atractivo”, zanjó.
Bioproductos con propiedades “muy interesantes”
Finalmente, compareció el técnico de la Cátedra Medio Ambiente de la Universidad de Alcalá, Alejandro Aparicio, quien expuso la producción de los llamados 'bioproductos' que se han realizado de forma experimental en la universidad y a mayor escala con empresas de Guadalajara. Esta producción entra dentro de la filosofía de la economía circular, en cuanto quiere dar un valor nuevo a residuos forestales, de poda, o incluso el hueso de la aceituna y el orujillo.
A través de proceso térmico sin oxígeno se crean varios productos, que pueden tener una base sólida, como en el caso del biochar, o líquida, como es el 'wood vinegar'. En general, ofrecen propiedades “muy interesantes” sobre todo a la hora de paliar el cambio climático, como es el caso del bioachar que puede tener una aplicación hortícola y que funciona como un fijador de carbono muy estable.
La Universidad de Alcalá también ha puesto proyectos en marcha, como es el caso de Biotramuntana en Mallorca, en los que se quiere dar valor a los productos de la tierra y sus especies autóctonas a través de este tipo de bioproductos que pueden dar más valor a las variedades locales.
El "oro líquido", protagonista de la jornada NaturAceite 2024 celebrada en Mora