16 de noviembre de 2020. En plena crisis sanitaria por la COVID-19, con Toledo en nivel 3 de restricciones (el más duro a excepción del confinamiento) y con más de un centenar de asistentes, incluidos los medios de comunicación, se ha inaugurado el nuevo Hospital de Toledo.
Dieciséis años después de que la Junta de Castilla-La Mancha convocase el proceso para la construcción del nuevo centro hospitalario, la inauguración se ha celebrado sin grandes fastos y entre medidas de seguridad, debido a la situación de emergencia sanitaria.
Los Reyes de España han sido los encargados de inaugurar este complejo, cuya parcela tiene más de un kilómetro de longitud, acompañados del presidente regional, Emiliano García-Page, que acudía arropado por todo el Consejo de Gobierno y del ministro de Sanidad, Salvador Illa.
El acto se celebraba coincidiendo con el inicio del traslado al centro de los primeros servicios sanitarios, en este caso los correspondientes a Rehabilitación y será el próximo 30 de noviembre cuando llegue el primer paciente al nuevo hospital.
Será “una transición escalonada de menos nivel de emergencia al último, que será el de urgencias”, ha explicado el presidente, a lo largo de los próximos meses de forma que el centro esté operativo en el verano de 2021 aunque García-Page advertía: “Si empeora la situación, el traslado se detendrá para atender la emergencia”.
En los alrededores del centro se concentraban decenas de vecinos, sobre todo del barrio del Polígono que mostraban, en la misma medida su satisfacción con “el aspecto” del centro como su preocupación porque la cuestión de los accesos, y el consiguiente problema de movilidad que se avecina, no esté solucionado.
También colectivos como Mi Barrio Sin Amianto o la Plataforma Pro Servicios en Tomelloso se manifestaban a las puertas del centro para hacer visibles sus reivindicaciones.
Entre las autoridades que han asistido al evento estaba también el presidente de las Cortes regionales, Pablo Bellido, la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, que ayer mismo podía abandonar el confinamiento tras el positivo de su jefe de Gabinete o el presidente de la Diputación, Álvaro Gutiérrez.
Un cortejo escaso para lo habitual en estos casos en el que también se encontraba el ex presidente José María Barreda, bajo cuyo mandato se gestó el macrohospital o el presidente del Grupo ACS, Florentino Pérez (la empresa se encargó de las obras en una UTE junto a Acciona y OHL) al que Emiliano García-Page pedía “que la liquidación de las obras sea fácil”, después de un proceso repleto de “controversia y batalla”, según decía el propio presidente regional.
Al acto acudían también los máximos dirigentes de Ciudadanos, Carmen Picazo y Paco Núñez, del PP, quien después de anunciar que no acudiría al acto terminó por recular “por respeto y lealtad” a la Corona.
García-Page se refería hoy de forma indirecta a la posición del PP en todo el proceso de gestión del nuevo hospital en el turno de agradecimientos, entre ellos a los toledanos por “su paciencia” o a los Reyes de España por su "serenidad en esta España del siglo XXI que atraviesa, como el mundo entero, por momentos muy difíciles”. Una actitud "serena" que también ha atribuido al ministro Illa por la gestión de la pandemia "en una relación asimétrica" con las comunidades autónomas.
Hay que recordar que Dolores de Cospedal paralizó las obras al llegar a la Presidencia de la Junta en el año 2011 y que las retomaría después con intención de privatizar el centro hospitalario. “La forma de agradecer a quienes se opusieron es no mencionarlos”, zanjaba el presidente regional, mucho menos incisivo y más breve de lo que suele ser habitual en sus discursos. “Tendría que haber estado acabado en 2012”.
¿Cómo será la nueva infraestructura?
El nuevo hospital “es una catedral para curar lo físico”, aseveraba García-Page, quien ha identificado al centro hospitalario con “la esperanza” que, en su opinión, sugiere que “el éxito de España como país está en el éxito del sistema sanitario”.
Esta nueva infraestructura, que estará completamente operativa el próximo verano, dará cobertura al área sanitaria más numerosa de la comunidad autónoma, que integra a más de 434.000 habitantes de los 116 municipios de la provincia de Toledo que tienen este hospital como centro de referencia.
A él estarán adscritos el Hospital Virgen del Valle, la Unidad de Cirugía Mayor Ambulatorioa con sede en el Hospital Nacional de Parapléjicos y los Centros de Especialidades ‘San Ildefonso’, el de Illescas, el de Ocaña y el de Torrijos.
Sobre el centro toledano, García-Page ha confirmado que se mantendrá en su actual sede en el barrio de Palomarejos mientras que “a medio plazo, en los próximos años”, los servicios que están en el Valle y en Parapléjicos pasarán a integrarse en el nuevo complejo.
La superficie construida de este complejo equivale a 34 campos de fútbol, con más de un 70% dedicada a usos asistenciales. El Hospital de Toledo, que será universitario, albergará tres nuevas especialidades. En concreto, medicina nuclear, radiofísica y oncología radioterápica.
Tiene unos 5.900 metros cuadrados destinados al Bloque Quirúrgico, más de 8.000 metros cuadrados para Unidades de Cuidados Intensivos, 30.000 metros cuadrados para Hospitalización Convencional, casi 6.500 metros cuadrados para el servicio de Urgencias, más de 3.100 para el área de Diagnóstico por la Imagen, 13.467 para Consultas y Gabinetes de Exploración. Además, dispone de 51.000 metros cuadrados de aparcamiento.