Una habitación limpia, con su cama bien hecha y un baño pulcro es lo que esperamos encontrar cuando nos alojamos en un hotel, del que nos vamos despreocupados por todo este trabajo "invisible" que realizan las trabajadoras de limpieza. Las camareras de piso llevan a cabo una labor esencial para el sector turístico, ese que tanto aporta a la economía del segundo país más visitado del mundo. Ellas, porque es un trabajo feminizado, son "la base" de ese turismo, "el alma" de los hoteles.
No obstante, muchas de estas mujeres, que representan alrededor de un 30% de las plantillas de los hoteles, sufren unas condiciones laborales indignas, con "sueldos de miseria", por llevar a cabo un trabajo muy duro en el que llegan a hacer de 20-25 o hasta 30 habitaciones al día. Son unos de los colectivos más desfavorecidos en la crisis económica con la externalización que han hecho de este servicio cadenas hoteleras reconocidas y que provocó que, desde 2014, comenzaran a organizarse a través de las redes sociales para defender sus derechos bajo la asociación las Kellys, que han protagonizado numerosas movilizaciones desde entonces por ciudades de todo el país.
El duro trabajo que desempeñan día a día, con largas jornadas de trabajo, así como los dolores y enfermedades que acarrea también el esfuerzo físico que requiere su actividad nos sitúan en el escenario que plantea el documental 'Hotel explotación: las Kellys', para dar a conocer la lucha que están protagonizado las camareras de hotel en los últimos años y que se proyectará este jueves, 2 de mayo a las 19.00 horas, en el Centro Cultural Rafael Morales de Talavera de la Reina, en un coloquio organizado por Ahora Talavera y que contará con la directora del mismo, Georgina Cisquella, y la candidata a la Alcaldía de esta formación, Sonsoles Arnao.
"La parte oculta del turismo"
Según explica Cisquella a este medio, este trabajo representa "la cara fea, la parte oculta del turismo". Ellas son el "el motor de la economía" de este sector clave en España y, sin embargo, la subcontratación y externalización del servicio ha fomentado en los últimos años que sea un empleo con salarios más bajos, que apenas superan el mínimo interprofesional, así como las contrataciones temporales y a tiempo parcial, con una merma de los derechos laborales y el incumplimiento del convenio colectivo.
A finales de 2016, las Kellys comenzaron a aparecer en la prensa, que empezaba a dar a conocer un movimiento "muy interesante y peculiar" que llamó la atención de la directora del documental. Cisquella propuso seguir la lucha de estas miles de mujeres y así se dirigió a Barcelona, Madrid, Benidorm y Lanzarote, escenarios de situaciones que, no obstante, ocurren en todo el país. No solo son las camareras de piso, también las cuidadoras a domicilio, empleadas del hogar, limpiadoras... "hacen un trabajo fundamental y son las más invisibles y las peor pagadas".
"La idea es reflejar esas situación de invisibilidad, de discriminación en el trabajo laboral femenino y, por otro lado, poner en evidencia una gran contradicción: que la industria turística, el buque insignia de nuestra economía, se ha aprovechado de la crisis a partir de la reforma laboral de 2012", apunta Cisquella, que indica que las Kellys ya están organizadas también en otras ciudades de España como Fuerteventura, Cádiz o Mallorca.
"Dependen mucho de su sueldo, no pueden jugársela"
En la cinta se expone también la dificultad de este colectivo para organizarse debido a las duras jornadas laborales que hacen estas mujeres, muchas también de familias monoparentales para las que es complicado sacar tiempo en su día a día para emprender un movimiento reivindicativo de este tipo que "no es cómo para los hoteleros". "Dependen mucho de su sueldo, no pueden jugársela", dice Cisquella, que subraya que este documental es también "un instrumento de debate y de conocimiento" sobre la precariedad en el mundo laboral.
"Me enseñaban el otro día una oferta de trabajo en Benidorm, que proponía trabajar ocho horas al día, dándose de alta solo cinco, con un día libre a la semana, que normalmente no es un sábado o domingo, y 700 euros al mes. Una gran parte de la industria se aprovecha de la situación de estas mujeres muchas veces", manifiesta la directora del documental, que recalca que ha podido realizar este trabajo gracias a una campaña de 'crowdfunding' en la que, por ejemplo, participó la cineasta Isabel Coixet con una importante cantidad económica.
"La principal victoria es saber que existen, que hay una categoría que se llama camarera de piso. Se ha conseguido el reconocimiento de alguna enfermedad, pero ellas reclaman pertenecer a las plantillas de los hoteles, no ser externalizadas y poder tener una jubilación anticipada porque es un trabajo muy duro. Cuando llevan 20 años limpiando habitaciones todos los días, casi seguro que tienen algún tipo de lesión", apunta la periodista, al tiempo que asevera que si queremos contar con una industria turística "de calidad, no podemos tener a mujeres fundamentales con condiciones laborales que no son dignas".