Calculaban que habría unos 600 metros cúbicos (m3) de residuos de amianto en la parcela de Laguna de Arcas -propiedad de la Junta- situada en el Polígono de Toledo, pero tras el comienzo de las labores de retirada el pasado mes de febrero los trabajadores de la empresa Tragsa han detectado restos de este material contaminante en una distancia de hasta 4,5 metros de profundidad.
Esta dificultad podría suponer un cambio de planes en los trabajos de retirada en esta parcela, según explica el viceconsejero de Medio Ambiente, Agapito Portillo, quien, preguntado por esta información que adelantaba La Tribuna de Toledo, subraya que si "la complicación técnica es muy enorme por que los restos están muy profundos, alomejor habría que tomar otra decisión, puramente técnica", que, no obstante, "se evaluará cuando la carpa se mueva tres veces más" con el objetivo de conocer con más exactitud todos los residuos que haya.
En este sentido, cabe recordar que esta carpa de seguridad se fabricó a propósito para estas labores de retirada ya que no posibilita la salida de aire desde la misma y, por ende, la posible exposición de fibras de amianto en el aire fuera de la misma. La idea era realizar hasta un total de diez movimientos de la carpa, uno por semana.
"Ubicada la carpa la primera vez, donde más se pensaba que podría haber, la profundidad de los residuos era mucho mayor de lo que se estimó, hasta 4,5 metros, por lo que el volumen de residuos, si todo fuera así, se incrementaría un montón. En principio, la previsión técnica de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural es seguir retirándolo pero habrá que verlo", dice Portillo, que apunta que han dado cuenta de esta situación a la Plataforma Mi Barrio Sin Amianto y a la Asociación de Vecinos el Tajo. Este movimiento, agrega el viceconsejero, es "lento" y se está efectuando en una parcela de 7.000 metros cuadrados (m2).
Procedimientos judicializados
Por otra parte, preguntado por los procesos de retirada de amianto que afectan a otras parcelas del Polígono y que están judicializados tras la negativa de los propietarios a hacerse cargo de esta actuación y la intención de la Junta de poder actuar en ellos de manera subsidiaria, Portillo señala que están esperando a que el juez se pronuncie para saber si pueden actuar en estos terrenos.
Uno de los dos procedimientos está en el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJCM), quien tendrá que determinar si la Junta puede entrar a la parcela privada para retirar los residuos de amianto. En unos días, señala el viceconsejero, termina el plazo para que los titulares contesten al requerimiento por lo que, "con arreglo a la contestación que den, el juzgado deberá emitir una resolución". "No sabemos en qué sentido -será la resolución, pero esperemos que nos dejen actuar subsidiariamente. Tenemos el proyecto de obras diseñado, a la espera", agrega.
La opción "más segura es el sellado"
"Lo que ha pasado en Laguna de Arcas, con la cantidad incrementada de residuos, nos ha ratificado que la mejor decisión, con los medios y técnicas que existen ahora, la más segura para el medio ambiente y la salud pública, es proceder al sellado. Los movimientos de tierra se minimizan al máximo y ninguna fibra de amianto se dispersa en el medio ambiente", ha resaltado también Portillo respecto a las labores iniciadas para terminar con un problema de más de 90.000 toneladas enquistado en el barrio del Polígono desde hace dos décadas.