Tras llevar los sonidos de su arpa por escenarios de toda Europa, Latinoamérica o China, entre muchos otros, la artista madrileña Sara Águeda estará en Toledo este miércoles, 3 de agosto, con un concierto en solitario enmarcado en el programa 'Los veranos del Museo del Greco'.
La pinacoteca vibrará con la música antigua que Águeda ha recuperado de la historia para convertirla en su profesión.
"El concierto es con un arpa de dos órdenes, uno de los instrumentos más importantes del Siglo de Oro español. En España se usó hasta principios del siglo XVIII", explica la artista en una entrevista con este diario. Este tipo de arpa, que se ha convertido en su herramienta de trabajo, era parte fundamental de celebraciones litúrgicas y corrales de comedias.
Por ello, "el público va a ver algo muy divertido y muy agradable, con tonos de amor y desamor, de historias graciosas, algo que también es peculiar porque tocando y cantando se intenta recrear el mundo teatral de la música", detalla. "Es bastante curioso y la gente se queda muy contenta cuando sale del concierto", al que ha denominado 'El arpa de nuestra tierra' y es que el arpa de dos órdenes es literalmente de nuestro país.
Este instrumento "está presente en todos los mundos artísticos de los siglos XVI y XVII" y, a pesar de su antigüedad llegó a manos de Águeda cuando solo tenía seis años. "Empecé con seis años pero no se porqué ni cómo, quizá la escuché en la televisión o la radio, pero me dio muy fuerte, quería tocar el arpa y estuve insistiendo mucho hasta que me dejaron... Desde entonces hasta hoy he hecho toda la carrera de arpa clásica y luego me especialicé en arpas históricas".
Sin embargo, convertir lo que empezó siendo su hobbie en su profesión no estaba en sus planes. "De pequeña nunca hubiera dicho que iba a ser artista, o que me iba a dedicar a la música, porque empecé tan pequeña que formaba parte de mi vida, era mi extensión, me divertía, me lo pasaba bien, siempre me gustaba estudiar y sentarme al instrumento", asegura.
"Yo fui a la Universidad mientras continuaba con mis estudios de música y nunca tuve la sensación de que iba a ser mi destino final", cuenta. Sin embargo, hace ya casi dos décadas que su arte se ha convertido en su trabajo. "Fue en 2005 cuando entré en la Compañía Nacional de Teatro Clásico, donde trabajaba con música en directo, subía al escenario... fue tan apasionante y me encantó tanto ver cómo encajaba la música con los textos, que de repente decidí dedicarme a esto", asegura la artista musical.
"La música antigua sienta muy bien"
Tal y como cuenta Águeda, una de las principales razones que han hecho del arpa su profesión son las buenas sensaciones que crea, tanto para quien la toca como para quien la escucha. "La música antigua es entretenida, agradable, divertida y sienta muy bien".
"El arpa tiene la peculiaridad de que es un instrumento muy voluminoso y además tiene una parte ensoñadora. Ir a un concierto de arpa es una experiencia bonita", asegura.
Sin embargo, "el arpa es un instrumento raro, no la tocamos demasiada gente, ni la clásica ni las históricas", reconoce la artista quien considera que nos encontramos en un buen momento tanto para este instrumento como para la música antigua en su conjunto. "De un tiempo a esta parte la música antigua ha tenido una acogida bastante fuerte" debido al relevo generacional y a la economía. "En la música antigua con 15 personas ya puedes conseguir un buen resultado, es un formato asequible, mientras que para la música clásica necesitas un espacio grande donde quepa toda una orquesta sinfónica de unas 100 personas", explica.
Así, la organización de conciertos como el de este miércoles es una "opción más económica" que además pone en valor "un legado de los más ricos de Europa".
Y es que, tal y como recuerda Águeda, el arpa fue la protagonista de la cultura española durante tres siglos. "Muchos compositores ponían música a obras teatrales, por ejemplo, Juan Hidalgo era el compositor de la música que acompañaban a las obras de Calderón de la Barca, música escrita para arpas de dos órdenes, única y exclusivamente".
¿En solitario o en grupo?
Desde que se subiera a los escenarios en 2005, Sara Águeda ha producido cinco discos y ha participado en más de 40 de otras agrupaciones. Un reflejo de su trabajo ya que ofrece conciertos tanto en solitario como en grupo. "Es totalmente diferente pero a mi me gusta mucho tener esa combinación", afirma la artista quien explica la gran diferencia entre estos dos tipos de actuaciones. "Cuando tocas con más gente, con otros instrumentistas, la visión de la música es muy diferente a cuando actúas solo. Yo incido mucho en la música española e italiana, pero si toco con grupos hay que incluir la variedad de cada uno, desde la música inglesa a la española policoral", detalla.
"Además el rol del arpa también es diferente cuando estás sola o con una agrupación. En solitario he construido una parcela de intimidad con mi instrumento, pero no me gustaría dedicarme a tocar sola porque me gusta compartir escenario con otros músicos de los que siempre se aprende", añade.
Durante el confinamiento debido a la pandemia de la COVID-19, la artista se dio cuenta de que su pasión por la música no radicaba en los escenarios sino en el simple hecho de tener un arpa entre sus manos.
"Venía de una época muy dura, de muchos conciertos y giras, y me vino muy bien el punto de descanso del confinamiento... fue bastante curioso porque pensé que iba a echar de menos el escenario, pero fue un regalo para mi el poder estar en casa 3 meses estudiando", asegura. Y es que Águeda aprovechó el confinamiento para estudiar "porque cuando estás en el mundo profesional vas estudiando un poco para los conciertos que tienes, y pocas veces se da la casualidad o la fortuna de decir: tengo un mes para estudiar lo que quiero, leer cosas nuevas, porque me apetece… esa situación, afortunada o desafortunadamente, en la vorágine de conciertos no se suele dar".
"Me di cuenta de que no echaba de menos subirme al escenario, teniendo un arpa para mi ya está bien. Tengo la necesidad de tener un arpa cerca, de tocar y hacer música", subraya.
La vuelta a la normalidad en el mundo de la música
Tras los peores meses de la pandemia de coronavirus, Águeda regresó a los escenarios, una "vuelta fue muy emocionante" pero "rara". Además de comenzar haciendo conciertos sin público, las dificultades para viajar se convirtieron en una característica de sus giras fuera de España. "Los viajes eran muy pesados, por el pasaporte Covid, las PCR, las mascarillas… ya viajar con instrumentos era difícil y ahora con el Covid más aún".
"También me resultó difícil tocar sin ver las caras, las sonrisas, esa falta de humanidad, nos ha costado a todos un poco", añade Águeda quien explica como las mascarillas también dificultan el trabajo musical. "Cuando me puse la primera vez la mascarilla para tocar fue muy curioso porque no oía nada. Y es que resulta que en la nariz y la boca también tenemos muchos resonadores, el sonido no solo entra por los oídos, y se notaba que no íbamos juntos cuando tocábamos en grupo porque no nos oíamos bien", explica.
Actualmente, tanto la artista como las agrupaciones tocan sin mascarilla aunque reconoce que "ha habido que acostumbrarse a tocar de manera diferente y ha sido extraño".
Recuperando esa normalidad, Águeda estará este miércoles en el Museo del Greco en el que será su primer concierto en solitario en Toledo. "He tocado más veces aquí, he grabado incluso discos en la Catedral", recuerda.
Puedes consultar todos los detalles del concierto de Sara Águeda en Toledo en nuestra Agenda Cultural.