Celebramos hoy el Día Mundial del Turismo. Lo hacemos en un momento difícil y complicado, cuando debemos conjugar la prevención sanitaria con el impulso a la recuperación de un sector económico fundamental para España, Castilla-La Mancha y, como no, para la ciudad de Toledo. Nuestra capital es referencia nacional e internacional del turismo cultural y, por mucha incertidumbre que en estas semanas podamos plantearnos, así va a seguir siendo. Y lo será, porque todos estamos obligados a generar la confianza necesaria para recuperar los niveles de actividad turística anterior a la irrupción de esta pandemia.
Cuantos expertos analizan en estas semanas las perspectivas futuras del sector turístico, coinciden en diagnosticar que su futuro post-COVID pasa por conjugar dos aspectos fundamentales: sostenibilidad y proximidad. Al primero de ellos nos obliga, además, nuestro compromiso colectivo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible contemplados por Naciones Unidas en el marco de la Agenda 2030, implicando apuestas por luchar contra el cambio climático, preservar la identidad cultural de los destinos y un uso eficaz de los recursos turísticos disponibles. En cuanto a la proximidad, concepto mucho más amplio que el meramente referido a cuestiones geográficas abarcando también a la cercanía en el trato, la no masificación o la personalización dada a los visitantes, Toledo cuenta con muy buena base para recuperar velocidad de crucero. A estas dos premisas se suman la apuesta por la calidad y por un desarrollo razonable y una firme gestión materia de seguridad frente al virus que recientemente ha sido reconocida por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
Sé que el sector turístico de nuestra capital lo está pasando mal. En estos últimos meses he mantenido encuentros y reuniones con muchos de sus representantes y de otras actividades comerciales interrelacionadas. Puede resultar un tópico, pero esta crisis debe abrirnos horizontes a nuevas oportunidades. La oferta turística que ofrecemos al mundo es de primera calidad. Nuestros valores patrimoniales son reconocidos y únicos, constituyendo una potente locomotora que en cuanto recupere velocidad todos notaremos sus beneficios. Pero ese vector debe ser alimentando, complementado y enriquecido. Es la hora de hacer un esfuerzo extra para desarrollar acciones que fomenten el dinamismo y modernización de todos los agentes implicados en la actividad turística, pensando, sobre todo, que nuestros visitantes van a ser cada vez más exigentes, tanto en cuestiones relacionadas con la seguridad sanitaria como con el uso de las nuevas tecnologías o sus inquietudes personales sobre qué motivos les traen hasta Toledo, qué expectativas tienen cuando llegan aquí, cómo se los están pasando y, sobre todo, qué valoración final hacen de su estancia entre nosotros.
Es seguro que las nuevas generaciones de viajeros serán diferentes y por tanto hemos de preparar respuestas adecuadas a ello. En Toledo llevamos años trabajando con la Secretaría de Estado de Turismo en el SICTED (Sistema Integral de Calidad Turística en Destino) y son numerosos los establecimientos y entidades que han sido acreditados por el mismo. Eso habla muy bien del esfuerzo continuado por consolidar unos estándares de primer nivel. También nuestro Patronato Municipal de Turismo ha sido repetidamente reconocido con sus distinciones y premios. Pero con ser importantes estas recompensas, hoy, en estos momentos, hay cuestiones materiales que preocupan mucho más.
Para responder a ellas, durante el mes de agosto, nuestro Ayuntamiento realizó una campaña nacional de publicidad bajo el mensaje de “Toledo Abierto”, sumándose a los esfuerzos realizados desde el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad por incentivar las visitas a las mismas. Permanece abierta, hasta final de mes, nuestra convocatoria de ayudas económicas a autónomos y pymes de las que pueden beneficiarse una buena parte del sector. Cara al año 2021, hemos suprimido la tasa de apertura de establecimientos y comercios, a la vez que bajaremos impuestos como el IBI.
Es hora, por tanto, de arrimar el hombro. Las recientes celebraciones de la Noche del Patrimonio, el programa “Cultura Abierta” o el Festival Internacional de Jazz han demostrado que con responsabilidad todos podemos seguir disfrutando de Toledo, de sus espacios públicos, de sus encantos y de sus numerosos recursos. El ejemplo es perfectamente extrapolable a las actividades relacionadas con el turismo. Se dice que, si se quiere, se puede. Por ello, en este Día Mundial del Turismo 2020, traslado un mensaje de solidaridad y apoyo a cuantas empresas, comercios, instituciones, entidades y profesionales conforman el gran tejido turístico de la ciudad de Toledo. De ésta, estad seguros, saldremos.