Esta semana la policía Nacional ha liberado a tres mujeres sometidas por una red de prostitución que operaba en Torrijos (Toledo). Según informaciones, las mujeres eran captadas aprovechando situaciones vulnerables y de necesidad económica. Así eran engañadas para viajar con la promesa de un falso trabajo, contrayendo deudas que no podían devolver y que una vez en España se veían obligadas a saldar a través de la prostitución en pisos y locales.
Que tres mujeres hayan sido liberadas resulta una cifra muy pequeña para la realidad del consumo de prostitución en España, si tenemos en cuenta que, según Naciones Unidas el 39% de los varones españoles ha pagado en alguna ocasión por consumir prostitución y somos el tercer país de Europa.
Los consumidores, los prostituidores, son hombres con los que nos cruzamos todos los días en nuestro entorno, uno de cada tres hombres explota a mujeres como las liberadas en Torrijos.
La violencia, la cosificación, la explotación sexual de mujeres sucede en el portal de al lado, en pisos y casas como las nuestras, como nuestros hogares. Pisos donde las mujeres son aisladas y descontextualizadas para evitar que puedan crear vínculos e intentar salir de situaciones de explotación que se asimilan a la esclavitud.
No queremos mirar a otro lado y fingir que no está pasando. Nuestro objetivo como parte de la sociedad, como izquierda transformadora tiene que centrarse en abolir esta esclavitud incompatible con la igualdad entre hombres y mujeres, en generar y trasladar a la sociedad la conciencia de que la demanda y el consumo de prostitución es una forma de complicidad a favor de la explotación sexual de mujeres y niñas y que es obligado reforzar las políticas de igualdad para crear condiciones laborales y sociales que eviten que mujeres sin recursos y/o en situación de exclusión social puedan verse inmersas en situación de prostitución.
Queremos que los hombres estén de parte de las mujeres y se impliquen en la lucha por la abolición del sistema prostitucional y de su lucrativo negocio, no consumiendo prostitución, pero también denunciando y señalando a consumidores y explotadores. Un trabajo desde la conciencia y desde la consideración de que ningún ser humano debe ser comprado ni vendido.
Isabel Álvarez, responsable del Área de Mujer de IU Castilla-La Mancha