El vigilante toledano de seguridad del Metro, Daniel Galán, ha decidido abandonar la huelga de hambre que comenzó hace unas tres semanas, el pasado 11 de diciembre, debido a problemas de salud que, ha asegurado a EFE, están siendo "incapacitantes" físicamente. Es uno de más de medio millar de trabajadores que lleva dos meses sin cobrar por parte de la empresa Seguridad Integral Canaria (SIC).
"Lo dejo a sabiendas de que no hemos conseguido nuestro objetivo, que era simple y llanamente cobrar nuestras nóminas", ha manifestado a la agencia el toledano que vive en el barrio del Polígono y que ha estado siendo controlado por los profesionales del Samur. Galán ha reconocido que si bien se siente fuerte "mentalmente" ha sufrido una merma "considerable de energía" por lo que no puede llevar una vida normal, según apunta EFE.
"No puedo pasar la pensión a mis hijas y la madre de mis hijas tampoco ha cobrado", reconocía ante eldiarioclm.es, Galán. Ante la desesperación de no llegar a fin de mes decidió ponerse en huelga de hambre para reivindicar “que nos paguen nuestro salario”. Mientras tanto, se mantenía gracias a su actual pareja, y el sueldo que gana en el Ayuntamiento de Toledo.
Lleva 15 años trabajando como vigilante de seguridad en el Metro de Madrid y ha asegurado que no se arrepiente de la protesta y espera que haya servido para "remover conciencias". Igualmente, ha asegurado que seguirá acudiendo a todas las manifestaciones que se convoquen para reivindicar el pago de las nóminas los 550 trabajadores que llevan dos meses sin cobrar.