Que malo es tener que escoger entre lo malo y lo peor, o como dicen otros, entre susto o muerte.
Pues algo de esto es lo que ocurre con el SESCAM del PPSOE. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen, pero al final lo desgracian. Eso seguro.
En este tema, el del servicio sanitario de nuestra región, el PP representa la “muerte”, y nada más grato a su ideario necrófilo que un servicio público difunto que requiera con urgencia un enterrador privado.
¿Pero qué decir en el otro extremo del espectro neoliberal, del PSOE, tan próximos entre sí que se complementan como hermanos siameses (PPSOE)? Pues que representa el “susto” y la poca sorpresa (aunque los hay que repiten), porque así, como quien no quiere la cosa, y haciendo por debajo de la mesa lo que critica del PP en voz alta (gran hipocresía), acaba dando carta de naturaleza a los destrozos del gobierno del PP. Tan útiles para criticarlos como para mantenerlos en vigor.
En descargo del PP hay que decir que cuando de chiripa accedió al gobierno de nuestra comunidad (y le duró poco porque entró en él como elefante en cacharrería), el PSOE le entregó un SESCAM en quiebra, fruto de una gestión que peor ni adrede. Sobre todo en la Atención primaria, un espacio laboral tipo cortijo donde todo vale.
En aquel entonces, camino de la quiebra, el SESCAM del PSOE gestionaba con una alegría descocada, y en su atención primaria lo hacía del siguiente modo: El descanso entre jornadas, que algunos ilusos llaman “libranza” posguardia, se computaba y retribuía como tiempo trabajado, pero solo al EAP, que es el que gobierna en los despachos.
Nada resulta más placentero e improductivo que un tiempo de descanso que se retribuye como tiempo trabajado. Esto llevado al ámbito de la energía equivaldría a la fusión nuclear, y en el plano mitológico, al cuerno de la abundancia. Lastima que sea mentira, y que a donde conduzca sea a la quiebra, ya que se trata de un fraude de jornada y de dinero público.
Pues bien, en aquel entonces alegre y descocado, tamaña hazaña de gestión se consideró insuficiente, así que se contrataron “correturnos” para hacer el trabajo que dejaban de hacer los que trabajaban descansando. Como ven, la libranza posguardia, perseguida con avidez en nuestra atención primaria, equivale a un oxímoron además de a un fraude.
Como por una parte se pagaba al responsable legal de hacer el trabajo (y lo hacía descansando en su casa), y por otra parte se pagaba al correturnos que lo hacía de verdad, el fraude se multiplicó por dos y la quiebra aceleró así su carrera irrefrenable. Solo esperaba la ocasión propicia para manifestarse, y la ocasión llegó.
Algunos del gremio aún recordarán aquellos días de rumores terribles que anunciaban falta de paga al mes siguiente por vacío existencial de las arcas de tesorería. Y también aquellas reuniones a la desesperada de nuestra Atención primaria, con el PSOE aún en el poder y con el Estado mayor en plan “sálvese quien pueda, pero los hombres hechos y derechos primero”, en el que se llegaban a acuerdos y se desplegaban listas (de víctimas) para despedir profesionales a mansalva, entre ellos los correturnos. El PSOE preparó y diseñó la hecatombe, y el PP sobrevenido al gobierno de la Comunidad la ejecutó. Es decir, el descargo que decíamos del PP dura poco, porque aquel desastre servido en bandeja por el PSOE (que por cierto fue el que sentó en nuestro país las bases legislativas para la privatización de la sanidad) le vino muy bien al nuevo gobierno para acometer con ímpetu sus objetivos liquidadores, buscando siempre el negocio y el beneficio de sus amigos, que veían en la sanidad un campo a explotar.
Digamos algo sobre los “correturnos”
Fueron los primeros en caer porque estaban en una situación “falsa”, ya que realizaban el trabajo que era responsabilidad legal de otros cumplir: los que “trabajaban” descansando. Fueron, en ese momento, la manifestación de una figura laboral que aparece y desaparece como el Guadiana, con ese u otro nombre, y que caracteriza a nuestro medio laboral como bananero y tercermundista. Con permiso de los sindicatos del sector.
“Correturnos”, “chicos para todo”, “sustitutos de cabecera”, en resumen, basura laboral aplicada a grandes profesionales en nuestra Atención primaria de cortijo.
¿Y ahora donde estamos? Pues en un momento de “revival”, pues en cuanto el PSOE logra que decaiga la vigilancia con ayuda de algunos colaboradores sindicales dóciles, vuelve a las andadas.
Creo que ahora los van a llamar (a los antiguos correturnos) “sustitutos fidelizados” o algo así, y algunos sindicatos se felicitan del logro. A mayores, y en una suerte de pirueta laboral, en vez de proponer que el EAP cumpla su jornada legal (como todo el mundo), declarando el fraude de la falsa libranza posguardia, van a proponer un suma y sigue con el que seguir llenando la bolsa y arruinando el servicio.
Deja vu. Quiebra a la vista
De nuevo la Administración y algunos sindicatos del sector se ponen de acuerdo para ignorar y ocultar los dos elementos clave del deterioro de nuestra Atención primaria: por un lado el incumplimiento de la jornada laboral por parte del EAP con las listas de espera que esto arrastra, debido a un mal modelo organizativo (el de la “libranza” posguardia), y por otro la sobrecarga asistencial de los PAC, los puntos de urgencias de nuestros centros de salud, que rebosan de pacientes desatendidos.
Esto empezó a funcionar así en el año 2008, y sus tristes consecuencias no han hecho recapacitar a nuestros gestores, que son de ideas fijas, como sus beneficiarios. En otros servicios, sin embargo, si hubo reflexión y rectificación, y se buscaron modelos alternativos, en primer lugar por la ineficacia del modelo que se dejaba atrás, pero también porque la ley hay que cumplirla (y la jornada) y el dinero público es sagrado.
Debido a que se oculta la realidad del problema, las soluciones que se proponen para resolverlo son falsas y de dudosa legalidad.
La moda de este verano va a incluir (entre otros disparates) añadir al EAP cuatro horas de asistencia fuera de la jornada ordinaria, por supuesto con sus retribuciones extras (más extracción de money).
Si pensamos que debido a un modelo absurdo, en un solo semestre y en una sola gerencia de nuestra Atención Primaria se retribuyen como “tiempo trabajado” 65.000 horas de consulta que “no se trabajan”, la solución lógica (y legal) habría sido no la que se menciona más arriba (una retribución extra más que añadir a la saca), sino exigir que se recuperen o se cumplan las horas que se deben, que ya están pagadas: 65.000 en un solo semestre y en una sola gerencia de la atención primaria de nuestra Comunidad.
¿Qué diremos de la carrera profesional, tan en boca de todos? Pues, para no faltar a la verdad, diremos lo siguiente: En el plano fenoménico, es decir el de la superficie aparente, el director de RRHH del SESCAM dijo en una reunión reciente que acometerán con prontitud el tema, se supone que para pagarla.
Sin embargo en el plano del noúmenos y de la realidad profunda y verdadera, nos consta de primera mano que el SESCAM y su dirección están recurriendo ante el Tribunal Supremo las sentencias ganadas por los profesionales interinos en el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, que reconoce su derecho al cobro de esta carrera profesional, y eso en base a una jurisprudencia que ya es sólida tanto a nivel nacional como de Europa. Más hipocresía y doble lenguaje. Como se nota que el dinero con que juegan en los tribunales y arriesgan costas estos gestores, no es suyo.
Este ensañamiento contra los derechos de los trabajadores interinos, unos derechos que la justicia europea reconoce y urge a respetar, dice mucho de Page, su SESCAM y su PSOE.