Dos instituciones y un objetivo: dar un paso más hacia la plena igualdad de género en la sociedad a través de la literatura. La Biblioteca regional de Castilla-La Mancha y la Biblioteca Luisa Sigea del Instituto de la Mujer de la región, trabajan día a día para visibilizar a las escritoras. Divulgando sus trabajos, así como aquellas obras protagonizadas por mujeres, consideran que la igualdad real entre hombres y mujeres está cada vez más cerca.
“Con esta difusión estamos creando referentes para la gente joven que así puede ver que las mujeres pueden llegar donde se propongan y pueden conseguir lo que los hombres consiguen. Si invisibilizamos las niñas no tienen espejos en los que encontrar referencias”, explica Pilar Callado, directora del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, entidad que gestiona la Biblioteca Luisa Sigea.
“Se suele argumentar que ya somos iguales pero no. Todavía se encuentran algunas resistencias a la igualdad” reconoce por su parte Irene García, una de las coordinadoras del Grupo de Igualdad de la Biblioteca regional.
“Trabajamos para que la igualdad se refleje en todos los ámbitos de la biblioteca”, añade García cuyo departamento fue creado hace apenas un año. Mientras que el morado va calando en su entidad, la Biblioteca Luisa Sigea destaca por su experiencia. Creada en 2007 como centro de documentación y biblioteca, alberga “exclusivamente obras sobre igualdad de género, desde recursos audiovisuales hasta obras literarias”. “Lo llamamos Luisa Sigea para visibilizar a una de las escritoras más importantes de nuestra región”, explica Pilar Callado quien subraya que el fin del centro es precisamente ese: “visibilizar a las mujeres, tanto a las que han escrito como a las protagonistas de la historia y sobre todo también a la literatura feminista”.
Con casi 13 años de diferencia, ambos organismos trabajan diariamente y desde todos sus departamentos para poner en valor a las escritoras, más allá de fechas señaladas como el Día de las Mujeres Escritoras que se celebra este lunes, 19 de octubre.
“La igualdad era un pilar que hasta ahora no habíamos tratado como se debería”
Con una conciencia feminista alimentada desde todas las partes de la sociedad, la importancia que ha adquirido el feminismo dentro de la esfera bibliotecaria del país es, según García, un reflejo del cambio que experimenta la propia ciudadanía.
“Hay una ley que nos obliga a implantar criterios de igualdad como el uso de un lenguaje inclusivo”. Por ello, tal y como explica García, el último Plan Estratégico de la Biblioteca regional ya incluye la búsqueda de la igualdad en todos los ámbitos. “Hasta ahora no se estaba haciendo. La igualdad era un pilar que no habíamos tratado como se debería”, reconoce García.
“En el Plan detectamos donde tenemos que trabajar y hacia dónde queremos ir durante los próximos años”, añade. Áreas como las colecciones a divulgar, el trato entre el personal o el tipo de actividades, son algunas de las que ya cuentan con esa perspectiva de género. “Por ejemplo, trabajamos para que a nivel interno se utilice un lenguaje inclusivo o para, a nivel externo, difundir y visibilizar a escritoras de Castilla-La Mancha u organizar las colecciones siguiendo criterios de igualdad” por lo que las estanterías de la Biblioteca muestran tanto obras de escritores como de escritoras.
Entre los rincones de su sede, situada en pleno Alcázar de Toledo, la ciudadanía puede encontrar desde marzo el denominado “rincón violeta”. “Aquí hay material bibliográfico sobre igualdad, libros específicos que tratan este tema y feminismo, por su puesto”.
El espacio completa su oferta con la “estantería violeta”, una iniciativa de la Consejería de Igualdad que puede verse “en casi todas las bibliotecas de la región”. “Se trata de visibilizar a escritoras y a autores en general que hablen de igualdad o con perspectiva de género”. Así la ciudadanía se encuentra con una presentación “atractiva” que atrae su interés. “Es muy difícil que un usuario venga y pida un libro de tal autora o concretamente epístolas porque es un género que se lee poco. Nosotros lo rescatamos para visibilizarlo y evitar que se pierda”.
Las escritoras han sido relegadas “a rincones y cajones que no se han abierto hasta hace relativamente poco”
La lucha por la igualdad de género puede verse en cada rincón de la Biblioteca Luisa Sigea, desde su página web hasta en sus redes sociales. En todos estos soportes la ciudadanía descubrirá obras de escritoras actuales y del pasado, época en la que fueron silenciadas por el sistema patriarcal.
“Destacamos su talento porque tenemos un potencial de mujeres que han quedado invisibilizadas a lo largo de la historia”. Sus trabajos y obras han sido relegados “a rincones y cajones que no se han abierto hasta hace relativamente poco”. “Nuestro trabajo es sacarlas de esos cajones para que la gente las conozca y subrayar su gran talento, que representa el 50%”.
El Centro de Documentación y Biblioteca surge para recuperar ese talento histórico con firma femenina pero también para visibilizar al actual. “Por ejemplo homenajeamos a Louise Glück, ganadora del Nobel de Literatura, un premio que desde sus inicios ha galardonado a 16 mujeres frente a un total de 101 hombres”.
Durante los últimos meses, tal y como explica Callado, se ha puesto especial atención en tres premios de gran importancia nacional. “Queríamos que toda la población se enterase de que este año Eva García Sáenz de Urturi y Sandra Barneda han recibido el Premio Planeta, de que Elia Barceló ha ganado el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil y de que el Premio Nacional de Poesía ha sido para Olga Novo”.
Durante 2019, tal y como destaca Callado, el número de visitantes del Centro aumentó un 50% respecto al 2018. “Hemos recibido más de 15 mil visitas. Esto significa que hay un interés mayor en consultar este material y que la población se anima a visitar la biblioteca y sus fondos documentales.
Redes sociales, solución para las zonas rurales y medicina frente al confinamiento
“La inmensa mayoría de bibliotecas en Castilla-La Mancha son rurales”, reconoce García cuyo trabajo en igualdad se ha podido difundir gracias a las redes sociales. “Cuando empezamos a trabajar de cara al público tuvimos que encerrarnos en casa por lo que a nivel físico no hemos podido tener repercusión”. “Hemos fomentado mucho el trabajo en redes sociales visibilizando días significativos e incluso a figuras castellanomanchegas, aunque no sean escritoras. Es un contenido que está funcionando muy bien”.
“Las redes sociales nos permiten llegar a todo el mundo rural”, afirma la coordinadora de igualdad coincidiendo así con la directora del Instituto de la Mujer. “Todo nuestro material puede encontrarse en nuestra web y lo difundimos a través de nuestras redes”.
‘La estantería violeta’ se ha convertido en otra herramienta para divulgar la igualdad en los pequeños municipios que, además, pueden solicitar el material de la Biblioteca Luisa Sigea para su préstamo interbibliotecario. “Estamos en Toledo pero nuestros recursos pueden ser solicitados desde cualquier parte”.
“A través de iniciativas se suministran un tipo de fondos que una biblioteca de un municipio pequeño no tiene”, afirma García.
Según Callado, nos encontramos ante “un reto del Gobierno de Castilla-La Mancha y en concreto de la Consejería de Igualdad y del Instituto de la Mujer porque hablamos de una región rural”. Por ello, además de las estanterías violetas, los municipios castellanomanchegos han recibido la visita de bibliobuses. “Acercamos todo el material de la Biblioteca Luisa Sigea a las zonas rurales con estos bibliobuses”.
“Somos una herramienta para que la ciudadanía conozca la literatura escrita por mujeres”
Virginia Woolf, Nuria Varela, Jane Austen, Gloria Fuertes o Towanda Rebels, son algunas de las escritoras que componen las colecciones feministas de unas instituciones literarias que ya se han convertido en referentes de la lucha por la igualdad en este ámbito. “Somos una herramienta para que la ciudadanía conozca la literatura escrita por mujeres”, afirma Callado.
Y es que, entre los lemas del Instituto de la Mujer, parece acertado recordar campañas como “Todas a una” o “Nos hacemos visibles”. El trabajo conjunto de instituciones, profesionales, activistas y sociedad parece dar sus frutos. Cualquier biblioteca de la región puede contar con cuentos que hablan de guerreras, con obras de grandes escritoras de la historia o del presente.
Los tiempos en los que las estanterías acumulaban nombres de hombres cada vez quedan más atrás. La paridad se impone a siglos de oscuridad. Las mujeres protagonizan su propio renacimiento y, aún así, activistas y personal del sector siguen finalizando su exposición de avances con una frase: “Nos queda mucho por hacer”, tal y como recuerda García.