El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha decidido renunciar a celebrar la nueva concesión de la línea de autobús entre Madrid y Toledo, debido al descenso generalizado en el país del número de pasajeros. La licitación pública para renovar el contrato de concesión de este transporte público comenzó, mediante resolución, el pasado 16 de diciembre de 2019. Sin embargo, tras la situación de emergencia de salud pública, dicho proceso ha quedado anulado, tras haberse suspendido e interrumpido los plazos para los distintos procedimientos administrativos.
Desde el Ministerio explican que los motivos para la decisión derivan de la "persistencia de las consecuencias de de la crisis sanitaria derivada de la COVID-19", y que ha tenido "especial" afección al transporte público. Lo que calculan desde la cartera ministerial es una "drástica reducción" de la demanda de los servicios regulares en autobús en un 76%, de media en todo el país, desde que se declaró el estado de alarma.
Ante esta situación, adjudicar esta línea no sería "viable económicamente" ya desde su inicio, ya que no se podría prestar el servicio en las condiciones que se fijaron al momento de licitar una nueva concesión, que ocurrió antes de la pandemia, y que fueron las que tomaron en cuenta los licitadores a la hora de presentar sus ofertas.
Servicio "garantizado"
Sin embargo, y a pesar de la situación, desde el Ministerio aseguran que la prestación de servicios está garantizada a través del contrato actual, que se mantendrá hasta que se produzca la nueva licitación. Este servicio, además, está sometido a la normativa del Real Decreto-ley 21/2020, que señala que los servicios de transporte público de viajeros de competencia estatal por carretera que estén sujetos a un contrato público deberán ajustarse los niveles de oferta a la evolución de la recuperación de la demanda, con objeto de garantizar "la adecuada prestación del servicio," facilitando a los ciudadanos el acceso a sus puestos de trabajo y a los servicios básicos, y atendiendo a las medidas sanitarias que puedan acordarse para evitar el riesgo de contagio del COVID-19.
En julio, la Mesa de contratación encargada de esta concesión propuso la adjudicación del contrato a la agrupación de empresas integrada por Transportes Bacoma, S.A.U. y Autocares Samar, S.A.. Sin embargo, debido a la renuncia a celebrar el proceso, seguirá siendo Next Continental, filial de ALSA, la que siga a cargo del servicio.
"Ni un solo turista"
Fuentes de UGT reconocen que efectivamente, el número de pasajeros ha bajado, y es que ya no se sube "ni un solo turista" a los autobuses, que eran el principal público de la línea. Además, recuerdan que la situación mantiene a todos los taquilleros de ALSA en ERTE, con lo cual los conductores siguen viéndose afectados por la situación, ya que se ven obligados a cobrar también los billetes a pasajeros que desde Toledo sólo pueden pagar con efectivo o comprar por internet.
Desde el sindicato recuerdan que las cifras de pasajeros de la línea Madrid-Toledo ha llegado a reunir a dos millones de viajeros en seis meses, pero que ahora la mayoría de los y las usuarias son personas con abono de transporte, como estudiantes o trabajadores, por lo que hay recaudación en efectivo, pero no tanto como antes.