Quizás no se llevaron tantos aplausos como el personal sanitario cuando la COVID-19 nos confinó en nuestros domicilios, pero han estado desde el inicio de la misma en la primera línea. Los trabajadores y trabajadoras de supermercados son los otros héroes de la pandemia, personal esencial que sigue garantizando a la población el suministro de productos de primera necesidad.
Así lo sigue haciendo también Unide en el Casco Histórico de Toledo, una sociedad cooperativa con 75 años de experiencia y que no deja de ser, a su vez, un supermercado de barrio, del barrio más antiguo de la capital regional. Sus puertas están abiertas de lunes a domingo en el mercado de abastos, un edificio que cuenta ya con más de un siglo de historia.
Durante estos meses, Unide ha reforzado sus protocolos de seguridad, ha impulsado su servicio de reparto a domicilio en toda la ciudad y está apostando por la sostenibilidad mediante el reciclaje, animando a su clientela a usar el menor plástico posible o mejorando su iluminación, según explica a este medio Nuria Fernández-Pacheco, responsable de relaciones externas y comunicación de este establecimiento que cuenta con una quincena de empleados.
En su momento, también se vaciaron las estanterías de papel higiénico y se notó el incremento del consumo en productos como la lejía, aunque nunca llegaron a estar desabastecidos. "Hemos tenido prácticamente de todo", resalta Fernández-Pacheco sobre el servicio que han ofrecido en estos meses de pandemia en los que ningún trabajador de Unide ha dado positivo ni ha estado que estar confinado a causa del coronavirus: "Pensamos que muy mal no lo debemos estar haciendo pero tocamos madera porque de momento vamos bien".
Protección a los mayores
La responsable de comunicación de Unide señala que en el supermercado llevan un estricto control de los aforos para que nunca haya aglomeraciones y destaca la ayuda que prestan a las personas mayores para que hagan su compra con comodidad y seguridad. En este sentido, afirma que en este 2020 ha crecido el servicio a domicilio que realizan de manera gratuita y que está siendo demandado por muchos clientes del Casco Histórico.
Además, Unide colabora con el Ayuntamiento de Toledo para repartir la compra a las personas que lo necesiten. Tras establecer contacto con los Servicios Sociales durante el confinamiento para ofrecer su ayuda en este sentido, ahora han llegado a un acuerdo de colaboración mutua para atender las necesidades que se puedan requerir en la adquisición de productos de primera necesidad.
Respecto a los servicios que se ofrecen en Unide, Fernández-Pacheco indica que uno de los puntos fuertes del supermercado es su oferta de alimentos frescos en sus puestos de carnicería, charcutería, pescadería o frutería. "Tenemos calidad. Nos suministran cuatro o cinco veces a la semana", subraya la responsable, que afirma que durante estos meses también se nota que "la gente cocina más y consume este tipo de productos".
Así, cree que esta Navidad, que será "muy de estar en familia", "se cocinará mucho". Por su parte, Unide ha arrancado ya su campaña con los típicos productos de estas fechas y decorarán la tienda para "intentar que haya también un poquito de alegría" en estas fechas. Alegría que también les gustaría impulsar en el propio mercado de abastos con iniciativas de consumo o promoción de productos, al igual que se realiza en espacios similares de otras ciudades, para que sea "un sitio más social".
"Cuando estábamos confinados la tensión era visible"
Preguntada por cómo están afrontando las distintas medidas especiales que están implantando las autoridades sanitarias en base a la evolución de la pandemia en la ciudad, valora que ahora trabajan mejor gracias a las rutinas que van adquiriendo y las pautas establecidas para hacer las compras, que fueron más complicadas de asumir en los meses de confinamiento. En esa época, dice, "la tensión era visible, se palpaba en el cliente y en nosotros".
En estos meses, Unide ha ganado también nueva clientela que "quizá no conocía el supermercado" y que debido a las restricciones en la movilidad al inicio de la pandemia han hecho sus compras en este establecimiento del Casco Histórico, un barrio con unos 11.000 habitantes censados que está notando la ausencia de turismo y el cierre de comercios pero que sigue contando con este servicio esencial.