“Sin duda la fiesta del Corpus Cristi es una fiesta de gran plasticidad que está presente tanto en los espacios como en las gentes, creando paisajes urbanos y humanos solo posibles en ella”, asevera Sagrario Martín-Caro, para decir que “la plasticidad procede de la magia, de la luz que se recrea en los colores y los proyecta en un nuevo aire que la inunda”. Así se pronunció Sagrario Martín-Caro, la directora de la Escuela de Arte de Toledo durante el pregón que ofreció del Corpus en este año 2019, una festividad sobre a la que dedicó su tesina, en concreto a las solemnidades del Corpus del siglo XVI.
¿Qué significó ser pregonera del Corpus para usted?
El pregón fue una sorpresa en los primeros momentos. Al principio te da un poco de vértigo. ¡Qué ilusión! Te preguntas si serás capaz de hacer un pregón para los toledanos y toledanas, y que sea a la vez el adecuado. Pero lo más importante, es un reconocimiento a mí personalmente y a la Escuela. Es uno de los momentos más especiales que yo he vivido. Estoy muy orgullosa y agradecida a la Escuela de Arte y a la Junta pro-Corpus, porque me lo han puesto muy fácil.
Es una experiencia única y estoy encantada de haberlo hecho y haber colaborado en la fiesta. Creo que fue un pregón que le llegó a todos los toledanos; quería que fuese lo más cercano posible, con una base documentada. Pero, aparte de eso, quería ofrecer algo que fuese entretenido y pararme quizás en los elementos más importantes, recordar también lo que es la fiesta y la transformación de la ciudad.
No podía olvidar el carácter religioso y lo importante que es la fiesta y la solemnidad del santísimo sacramento y la veneración que supone la causa y la existencia de la fiesta. Con el tiempo se ha mantenido el aspecto devocional, pero también popular en el que todo el pueblo, visitantes y turistas, encuentran esa simbiosis y disfrutan de la luminosidad y el color. Es una fiesta muy completa, y una de las causas por las que pervive en el tiempo es que se va readaptando y sigue con su esencia. Es una fiesta cada vez más abierta con la globalización.
¿Qué elementos y figuras artísticas destaca del Corpus?
Los elementos más importantes se han mantenido. La Custodia surge justamente para poder procesionar con ella en la festividades del Corpus. A nivel artístico, religioso, iconográfico, es tan completo, una riqueza. Es una custodia que guardia la sagrada forma y como cuentan las tradiciones, fue hecha con el primer oro que trajo Colón. Está en el interior de una gran torre gótica que también contiene la custodia pequeñita. Es una obra de orfebrería en la que se aúna escultura e historia, y que cuenta desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo. Es un microcosmos de iconografía y con un valor didáctico impresionante. Es la mejor valorada, el paradigma de los custodios a nivel mundial.
Existen también otros elementos imprescindibles, como es la tarasca, los gigantes y la composición lúdica que empieza a cobrar importancia desde el siglo XVII. Toda esa simbología del pecado, del mal, en sus orígenes procesionaba junto a la custodia como una manera de rendirse del pecado ante Cristo.Estos dos elementos, el sacro y otro más profano, se juntaban en una fiesta de atracción devocional con toda la parafernalia del mundo barroco. Y la celebración perdura porque está abierta a todo el mundo: los componentes religiosos se abren y cobran un valor público muy importante.
¿Cómo es la relación de la Escuela de Arte en Toledo con esta festividad?
Ya el hecho mismo de que esté en el corazón del Casco y que haya sido desde principios del siglo XX el espacio, el centro público del arte, siempre han estado unidas. Ya desde 1904, cuando salen las primeras promociones de alumnos. Desde 1918 tenemos un gran nivel de participación, con una exposición pública en la Escuela y a partir de ahí se ha mantenido. Hemos creado programas y carteles, alumnos anónimos han participado, pero también nombres como Enrique Vera, grandísimo artista, Antonio Moragón, o María José González.
En 1996 se hace una colaboración especial de la Escuela con el Ayuntamiento, con una tribuna que se instalan en la plaza Juan de Mariana donde se levantó una decoración especial, con una yesería muy interesante en el Palacio de Fuensalida y se introducen vidrieras de ángeles que son una maravilla. Entonces colabora, entre otros, el profesor de Cerámica José Aguado. También hemos tenido una visión más contemporánea de la fiesta en la que han participado profesores y alumnos con una reinterpretación de los toldos maravillosa. La Escuela está abierta a la ciudad y a la participación.
¿Cómo seguirá ligado el centro en esta fiesta?
La Escuela tiene unos derroteros distintos, las enseñanzas tradicionales o artísticos han ido variando. El diseño tan importante de la custodia, con la metalería artística es una concepción intelectual. Ahora nosotros trabajamos con el diseño y nos interesa mucho la imagen que ofrece la celebración del Corpus, el cartelismo, las representaciones con diseño gráfico e ilustración, ese enfoque.