La Junta Directiva del Colegio Oficial de Médicos de Toledo (COMT) ha emitido este miércoles un comunicado para hacer pública “su profunda consternación y más firme condena ante el genocidio que se está perpetrando en Gaza”.
La organización colegial recuerda que “cerca de 18.000 niños y niñas han sido asesinados”, una cifra que, añade, “enfrenta a la impotencia de una comunidad internacional que no ha sabido y, lamentablemente con determinadas actitudes en algunos casos, parece no haber querido poner freno a esta barbarie”.
También recuerdan los médicos toledanos que más de 1.400 profesionales sanitarios han perdido la vida mientras cumplían con su deber de cuidar, curar y proteger a la población civil. A esto se suma, abunda en su crítica, “la destrucción sistemática de hospitales, centros de salud y ambulancias, así como el bloqueo deliberado a la ayuda humanitaria, incluido el acceso a material médico esencial, agua potable y alimentos”.
A principios de mayo se renovó la Junta Directiva de la entidad que ahora preside Raúl Calvo. “Como médicos orgullosos de trabajar de acuerdo a un Código Deontológico que nos impulsa a ser defensores de los derechos humanos, comprometidos con la dignidad de toda vida humana, no podemos permanecer en silencio ante una tragedia de tal magnitud”, señala el mismo comunicado.
Se habla de “asesinato masivo de menores, ataque a la infraestructura sanitaria y la violación de los principios más elementales del Derecho Internacional Humanitario” que, según los médicos de Toledo, “constituyen crímenes que deben ser denunciados con claridad y sin ambigüedades”.
El COMT, como representante de toda la colegiación toledana, se une así, según explica, a los miles de profesionales sanitarios y organizaciones médicas de todo el mundo que “exigen”, como la propia OMC (Organización Médica Colegial), estas medidas: la protección efectiva del personal y las instalaciones sanitarias, el acceso sin restricciones a la ayuda humanitaria y la depuración de responsabilidades ante los tribunales internacionales competentes.
También recuerda su “compromiso con los valores éticos que sustentan la profesión médica” y que pasan por el respeto a la vida, la asistencia sin discriminación y la defensa de los más vulnerables, especialmente en tiempos de guerra.
“Por eso esta institución alza la voz, en nombre de los miles de niños, médicos y civiles asesinados, porque el silencio cómplice no es una opción”, agrega.