12 de marzo de 2020 es la fecha que todavía puede leerse en una de las pizarras de la academia Orienta, un centro de enseñanza de la lengua y la cultura china situado en el barrio de Buenavista. Hace cinco meses que sus aulas permanecen vacías debido al confinamiento derivado del estado de alarma y a la actual crisis sanitaria. Sin embargo, las clases de chino, lejos de suspenderse, se han mantenido gracias al uso de las nuevas tecnologías.
“Soy de Pekín y venía siguiendo la actualidad de todo lo que ocurría en mi país por lo que desde el inicio del curso pasado empecé a incorporar las clases online”, cuenta la directora de Orienta, Eileen Ying quien se mudó a España en 2008 y decidió dedicarse a la enseñanza de su idioma natal en 2016. Tras cuatro años desde que arrancara su negocio, Ying hace balance y considera que la pandemia no les ha afectado demasiado. “Ni a mi ni a mis alumnos. Antes del estado de alarma ya alternaba las lecciones presenciales con las virtuales y cuando se decretó el confinamiento los niños sabían que la clase se podía dar a través de Internet”.
Un total de 60 estudiantes conforman el alumnado actual de esta academia toledana en la que también trabaja otra profesora nativa. “Damos clases de todos los niveles y tenemos alumnos de todas las edades aunque el 80% son niños y el 20% adultos”. “El más pequeño tiene 4 años y la mayor tiene unos 70 años”, añade Ying quien explica que esta estudiante optó por el aprendizaje del chino tras su jubilación. “Quería aprender chino como gimnasia para el cerebro. Cuando hablamos el idioma alfabético usamos una parte del cerebro, mientras que al hablar chino, al ser criptográfico con dibujitos, activamos otra parte del cerebro que está ahí durmiendo”.
Orienta hace del chino algo más que un idioma
Entre las características de la academia Orienta cabe destacar la atención personalizada y la adaptabilidad de horarios, tal y como subraya Ying. “Antes de empezar las clases hago una entrevista a cada alumno para saber las motivaciones que le llevan a aprender chino y para conocer sus hábitos de estudio”. “Cada persona es un mundo” recalca la directora quien en función de las necesidades de cada matriculado, elabora “un plan de estudios personalizado. Así el rendimiento de estudio de mi aula es mucho mayor y muy bueno”.
Más allá de cumplir con sus objetivos académicos, los estudiantes de Ying “consiguen nociones especiales”. “En mi academia queremos que el alumnado sienta y viva la cultura china por lo que enseño mi idioma tratando la historia de mi país”. Este tipo de contenidos “es una oportunidad única que beneficia sobre todo a los más pequeños” ya que “el chino se convierte en un puente a través del cual se conoce otro mundo con una cultura muy diferente que nos puede dar soluciones a problemas que, según nuestra forma de pensamiento tradicional, ya no tienen solución”.
Tras sus años de experiencia como profesora, Ying ha comprobado que la concentración mejora entre sus estudiantes gracias al chino. “Lo más difícil de este idioma son los trazos de sus caracteres porque son muchos y con muchos detalles, todos importantes. Sin embargo esto es una ventaja porque es un buen entrenamiento para la concentración de los más pequeños”. Según la directora de Orienta, “el chino beneficia el resto de estudios porque mejora la concentración y la observación. Se convierte en un método de estudio y eso es más importante que la propia lengua”.
¿Es posible aprender chino saliendo del aula?
Ying considera la caligrafía china como lo más difícil del idioma y, sin embargo, no es necesario una clase presencial para aprenderla. “Hoy en día tenemos muchas herramientas en papel y online, muy bien desarrolladas, que nos permiten sacar un resultado muy bueno”. “Una persona que no ha tenido experiencia con el idioma chino puede sentir miedo pero una vez que lo conoces las dudas se despejan”.
En el campo de la pronunciación, la directora de Orienta no duda en afirmar que las clases online también son muy beneficiosas. “Es mucho más sencillo porque las clases virtuales reducen la distancia interpersonal, estamos frente a frente y los alumnos observan muy bien cómo muevo mis labios e imitan perfectamente mi pronunciación. Es incluso mejor que en la manera presencial porque por costumbre y educación no podemos estar tan cerca”.
“Muchos padres hasta se sorprenden de cómo utilizamos las herramientas y las nuevas tecnologías porque al final las hemos aprendido a usar de forma autodidacta”, reconoce Ying. “Tras dos meses de confinamiento hicimos un cuestionario a todo mi alumnado y a sus padres y el 100% fue un feedback positivo”.
Estudiar online como oportunidad: “el rendimiento es igual y en ocasiones hasta mejor”
En Orienta las clases presenciales siempre han sido de grupos reducidos, de unos 4 o 5 alumnos. A pesar de ello, Ying mantiene que con las clases virtuales sus alumnos se concentran más y confían más en ellos mismos. “Me he dado cuenta de que mis pierden la vergüenza porque sienten que están solos con la profesora”.
“Hemos trasladado las clases al formato virtual muy satisfactoriamente” afirma Ying, no sin reconocer que este formato también tiene algunas desventajas. “Se pierde el contacto físico porque en las clases presenciales los niños aprenden jugando e interactuando. Es una práctica que echamos un poco de menos”. Y es que los juegos, el teatro o el baile son dinámicas con las que Ying trabaja para mejorar el aprendizaje del chino.
“Cuando la situación esté menos tensa retomaremos las clases presenciales con, como mucho, 2 alumnos”, explica la directora. “Hay que reconocer que ahora mismo estudiar online es una oportunidad: el rendimiento es igual y en ocasiones hasta mejor”.
Tal y como hizo durante el confinamiento, durante el nuevo curso Ying seguirá apostando por adaptarse. “En septiembre daremos las clases a través de la plataforma online y en octubre, dependiendo de la evolución de la pandemia, haremos un mix: si la situación lo permite me gustaría que los niños vinieran para jugar al ping pong, tocar el piano, jugar a las marionetas…”. Todo ello enmarcado en la adaptabilidad de horarios, metas, formatos y personal nativo que, tras cuatro años, han conseguido diferenciar a la academia Orienta.