
La obra 'El Tránsito de la Virgen' de Juan Correa de Vivar en el Museo Sefardí de Toledo / Rodrigo Abad
Unos 200 años después, 'El tránsito de la Virgen', el cuadro realizado por Juan Correa de Vivar y que da nombre a la iglesia del Tránsito -actual Museo Sefardí de Toledo-, vuelve desde el Museo del Prado de Madrid -de manera temporal- al emplazamiento para el que fue encargado.
La directora del Museo Sefardí, Carmen Álvarez, ha destacado durante la presentación del mismo que traer de vuelta la obra cumple con “un objetivo de excepcionalidad histórica, devolviendo al patrimonio y la memoria cultural de la ciudad de Toledo, 200 años después, la pintura a su emplazamiento original, que era el arcosolio de su capilla, de la iglesia que después le dio nombre”.
Realizado aproximadamente entre 1546 y 1550, este cuadro refleja a la Virgen María agonizando en su lecho, velada por los Apóstoles. En el centro, San Pedro -ya como sacerdote-, le entrega una vela encendida. A su lado, San Juan y otro apóstol leen las sagradas escrituras junto a María.
Esta obra fue encargada por don Íñigo de Ayala y Rojas, comendador de la Orden de Calatrava. Según detalla Guillermo de Rojas, conservador del Museo Sefardí, la pieza “se encargó para ser colocada en su monumento funerario, el monumento que está al lado de donde ahora se ubica la obra”. Este aristócrata, que fue enterrado en la propia iglesia o Sinagoga del Tránsito de Toledo, es quien aparece en la parte baja del cuadro, orando con el hábito de la Orden de Calatrava, con una capa blanca. En las ventanas, además de aparecer en la central la escena de la Asunción de la Virgen, se reproducen los escudos de las familias Rojas y Ayala a las que pertenece don Íñigo, de manera
El conservador del museo señala que la obra no puede colocarse de nuevo en su emplazamiento original “debido a las dimensiones del marco que tiene actualmente”. La obra de Correa abandonó su lugar de origen debido a la desamortización eclesiástica de hace dos siglos y a la supresión de las órdenes militares, como Calatrava o Santiago, entre otras.
Una obra artística que funciona como anticipo de una exposición temporal, 'Maniera', que podrá visitarse en el Museo del Greco desde el 12 de noviembre hasta el 15 de febrero de 2026. La directora del Museo del Greco, Carolina Tobella, ha comentado que esta muestra artística es “fundamental” para la ciudad de Toledo, ya que sirve para “señalar la importancia y el calado cultural de la ciudad de Toledo dentro de toda la historia del arte español y de la escuela española de pintura”.
Durante la presentación del regreso de este cuadro al museo, el violinista Ulises Illán, ha interpretado una nana sefardí para darle la bienvenida a la que fue su casa.
El artista, maestro del Renacimiento toledano
Juan Correa de Vivar (circa 1510 - 1566) es originario de la localidad toledana de Mascaraque. Ya en 1527 su nombre está ligado a su maestro, el laureado artista Juan de Borgoña -quien tiene el orgullo de pintar los murales de la sala capitular de la catedral de Toledo-, así como otros pintores con los que colabora como Pedro de Cisneros y Francisco Comontes.
Tras un periodo de formación en la década de 1530 comienza a realizar obras importantes como retablos en el convento de las clarisas en Griñón (Madrid) o un pequeño retablo para la recién reconstruida iglesia parroquial de Mora (Toledo) -quemada hasta los cimientos durante la Guerra de las Comunidades una década antes-. Su maestro, Juan de Borgoña, le influencia ampliamente en composiciones, tipos y la minociosidad del dibujo, aunque también toma algunas reminiscencias decorativas de su contemporáneo Pedro Berruguete.
El comisario de la exposición 'Maniera', Pablo Blanco, destaca que Correa mantiene en su pintura la herencia de Juan de Borgoña, pero que incorpora un nuevo lenguaje que viene de “la manera italiana, donde sobre todo en apostolado que aparece en el cuadro ofrece un repertorio de expresiones, de gestos y miradas, con la cadencia y sensualidad de la obra del italiano Rafael”.
Ver esta publicación en Instagram
En la década de 1540 realiza obras para los retablos de diferentes templos: en la capilla del Sagrario de la catedral de Toledo, en Almonacid de Zorita y Mondéjar (Guadalajara), en Lillo (Toledo) o en El Tiemblo (Ávila). Es entonces cuando va avanzando en su estilo, incorporando nuevas influencias como la sensibilidad y el dramatismo del pintor Morales, o el manierismo de Alonso Berruguete y Villoldo. Correa mezcla en sus composiciones grupos y esquemas de variada procedencia, por lo que en sus obras artísticas conviven elementos arcaicos y modernos. Su cromatismo de tonos más agrios al principio -igual que su maestro Borgoña-, se van modificando y su paleta de colores se aclara.
De las 41 obras que produjo a lo largo de su vida, en el Museo del Prado se encuentran las más importantes como son: los retablos del monasterio jerónimo de Guisando (El Tiemblo, Ávila) y del cisterciense de San Martín de Valdeiglesias (Madrid).











