
Imagen de las cámaras de seguridad / Fotografía: Guardia Civil
La Guardia Civil detenía el pasado 16 de agosto a un varón de 33 años, y ha investigado a otro de 30, por un total de 13 delitos de robo: dos en un restaurante, uno en el interior de un vehículo, dos en viviendas y ocho en trasteros de una comunidad de vecinos.
Tras la recepción de varias denuncias de robo con fuerza en trasteros de una comunidad de vecinos y de un restaurante de la localidad de Casarrubios del Monte, comenzaron las investigaciones que concluyeron que una única persona había ejecutado los hurtos, valiéndose en ocasiones de alguna persona aleatoria de su círculo cercano.
"Los delitos que cometía eran elementales y escasamente especializados, utilizando herramientas rudimentarias, para lo cual era más necesaria la fuerza física que el ingenio", explican desde la Comandancia de Toledo.
En cuanto a las preferencias a la hora de sustraer, no había una tipología definida: cualquier cosa al alcance que pudiera ser fácilmente transportada era válida, y en lo que a sus hábitos se refiere, cambiaban prácticamente a diario y no se le podía asociar una rutina definida.
Los agentes del Área de investigación del Puesto de la Guardia Civil de Valmojado aunaron esfuerzos con los agentes de Policía Local de Casarrubios del Monte con el fin de localizar algún testigo de los hechos, pero llegaron a la conclusión de que "el autor era un conocido delincuente de la localidad que causaba temor entre los vecinos y hacía que por miedo a posibles repercusiones, rehusaran a colaborar con los agentes".
Los robos se producían "prácticamente cada noche".