La Guardia Civil ha logrado, en el marco de la 'Operación Estribo', desarticular una organización criminal especializada en el robo de vehículos de alta gama y de su despiece, que operaba en las provincias de Madrid y Toledo. Han podido detener a 12 personas que contaban con naves y desguaces en Yuncos y otros municipios de Madrid.
Con esta operación han recuperado millones de piezas de más 60 vehículos de lujo que, junto con los medios electrónicos utilizados para el robo y despiece de los coche que también han sido intervenidos, superan el millón y medio de euros.
Los detenidos son 12 hombres de nacionalidades española, palestina, magrebí, polaca, rumana y búlgara, con edades comprendidas entre los 19 y los 45 años y con un amplio historial de antecedentes por hechos relacionados con estafas y robo de vehículos. Por estos hechos se les imputa un delito de pertenencia a organización criminal y delitos de robos de vehículos.
La investigación, que continúa abierta, se inició el pasado mes de marzo, cuando el Grupo de Investigación y Análisis del Sector de Tráfico de Madrid detectó que había un aumento significativo de robos de vehículos en la Comunidad de Madrid mediante la utilización de tecnología avanzada y métodos altamente especializados.
El avance de la investigación permitió llegar hasta una finca situada en el municipio madrileño de El Álamo, donde los agentes encontraron cinco vehículos de alta gama que estaban siendo despiezados y que figuraban como sustraídos.
A raíz de gestiones realizadas en torno a esta finca y a sus moradores, se llegó hasta la totalidad del grupo organizado, descubriendo los agentes como existía una jerarquía y una distribución de funciones clara dentro del mismo grupo delincuencial.
Los investigadores centraron todos sus esfuerzos en la localización de las infraestructuras utilizadas por la organización criminal, permitiendo desenmarañar el entramado y descubriendo la utilización de cuatro naves y fincas cuidadosamente seleccionadas y equipadas. En las referidas naves se llevaban a cabo las distintas fases de la actividad delictiva, tales como la ocultación de los vehículos robados, el despiece, y ensamblaje y “maquillaje” de las piezas.
Gran talento y pericia
La dirección del grupo la lideraba un ciudadano de origen rumano que se encargaba de captar a colaboradores y de ordenar las operaciones que se debían realizar sobre los vehículos sustraídos, así como de darle salida a las piezas en el mercado negro.
Los diez encartados restantes se dedicaban al robo de los vehículos, al despiece, a la reparación y maquillaje de piezas, al envío de material dentro del territorio nacional, Polonia y Bulgaria, a la coordinación de los distintos talleres de despiece e incluso tenían a una persona encargada de realizar estafas a las compañías aseguradoras sobre supuestos siniestros de vehículos.
Todas las personas que formaban el grupo criminal tenían conocimientos especializados en el uso de maquinaria, mecánica y electrónica. Además tenían un gran talento y pericia en la manipulación de odómetros, troquelado de bastidores, falsificación de números de serie, apertura digital y arranque de vehículos, ejerciendo la actividad delictiva con utensilios y maquinaria de última generación.
Después de cometer las sustracciones de vehículos de alta gama, personal de la organización los trasladaba hasta fincas y desguaces en El Álamo, Navalcarnero, San Lorenzo del Escorial y Yuncos (Toledo) donde procedían al despiece y maquillaje de las piezas para así después darle salida por piezas en el mercado negro nacional, polaco y búlgaro.