El jurado popular, que ha juzgado este lunes al acusado de asesinar a su cuñada e intentar asesinar a otra mujer en Yeles en agosto de 2019, lo ha declarado culpable por unanimidad de los delitos de asesinato, tentativa de asesinato y robo con violencia.
Los nueve miembros del jurado popular han llegado a esa conclusión tras casi cuatro horas de deliberación, y después de que el propio acusado, V.C.S., reconociera los hechos durante el juicio, a puerta cerrada, en la Audiencia Provincial de Toledo, tal y como han confirmado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha.
Ha sido la solicitud del Ministerio Fiscal, petición a la que se han adherido además el letrado de la acusación particular y el abogado defensor, la que ha motivado que se celebrase a puerta cerrada el juicio, por protección de la imagen e intimidad de las víctimas y sus familiares. La letrada de la acusación particular, que representa a la familia de la fallecida, se ha adherido a la petición de la fiscal. Lo mismo ha hecho el abogado defensor con el fin de proteger la intimidad de su defendido y sus familiares.
La Fiscalía solicitaba para el acusado 40 años de cárcel: 20 son por delito de asesinato con alevosía, cinco por un delito de robo con violencia y 15 por un delito de asesinato con alevosía en grado de tentativa.
Según el escrito de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos sucedieron el 1 de agosto de 2019 en la localidad toledana de Yeles, cuando el acusado necesitó dinero para pagar un servicio sexual de A. y comprar sustancias estupefacientes.
Encontrándose en casa de A, se dirigió a casa de su cuñada, con una discapacidad del 82%, sabiendo que había cobrado la pensión que le correspondía por su incapacidad. Una vez llegado al domicilio de C. --su cuñada--, V.C.S. cogió una llave de hierro para cambiar ruedas de camiones, al prever que C. iba a negarse a prestarle dinero. Así, C. que se encontraba sentada en una banqueta en mitad del salón de su vivienda debido a su limitada movilidad y capacidad física, efectivamente se negó a los requerimientos del acusado.
Esta negativa, según la Fiscalía, enfureció al acusado, el cual, con la intención de causarle la muerte o al menos aceptando que esta podía producirse y sabiendo que C. no podría defenderse, comenzó a propinarle golpes con la llave de hierro y con una banqueta que se encontraba en el lugar de los hechos provocando a la víctima diversos traumatismos a nivel cefálico, concretamente múltiples fracturas craneales, que le provocaron la muerte.
Tras asesinar a C., el acusado cogió el dinero que esta tenía en billetes y se marchó de nuevo a casa de A. donde continuó con el consumo de cocaína y la ingesta de bebidas alcohólicas. Según la Fiscalia, a las 5.00 horas se vio necesitado nuevamente de consumir estupefacientes, por lo que pidió dinero a A. para ir a comprar dichas sustancias, algo a lo que ésta se negó. Así, sin mantener ninguna discusión, se dispusieron a dormir.
Posteriormente, el procesado, estando A. dormida, se levantó a por un cuchillo a la cocina de la vivienda y se volvió a acostar junto a A., que estaba tumbada boca abajo. Según el Ministerio Fiscal, V.C.S. aprovechó esta situación y le asestó una puñalada en la espalda.
A. se giró para defenderse con las manos y las piernas y recibió otros golpes con el arma blanca en el brazo izquierdo. El acusado intentó clavarle el cuchillo en el pecho hasta que A. consiguió salir de la cama, corriendo hacia el pasillo y requiriendo la ayuda de D., su compañero de piso, que había salido de su habitación al oír los gritos de A. El acusado, al ver a D., salió corriendo semidesnudo de la vivienda hacia la calle y dejó en el domicilio de A. sus pertenencias.
A resultas de esta agresión, A. sufrió herida incisa superficial en la región frontal izquierda, dos heridas en la región torácica izquierda, herida incisa en el hombro, tres heridas superficiales en el brazo izquierdo, una herida incisa en el segundo dedo de la mano derecha y otra herida incisa en el cuarto dedo de esa misma mano.