La historia de la Segunda Guerra Mundial aún guarda episodios desconocidos que traspasan las fronteras de la Alemania nazi y sitúan prácticas de la Gestapo hasta en la ciudad de Toledo. Así lo recoge 'Objetivo Heberlein' (Almuzara), un libro con el que la periodista Marta García-Monge Tomé se adentra en el insólito secuestro del diplomático alemán Erich Heberlein y su esposa Margot Calleja.
Esta obra literaria tiene como epicentro el sorprendente rapto que se llevó a cabo el 17 de junio de 1944, cuando Heberlein residía en una finca del barrio toledano de La Legua. Un artículo del periodista Enrique Sánchez Lubián motivó a la autora a indagar más sobre esta historia y conocer más detalles del cautiverio que vivieron después él y su esposa como presos 'VIP' durante diez meses en tres campos de concentración y varias cárceles.
La periodista tenía la idea de recopilar en un libro los numerosos artículos que publicó en La Tribuna de Toledo sobre represaliados toledanos en campos de concentración nazis. Sin embargo, la aparición de este diplomático, y la escasez de información sobre la importancia que llegó a tener y el papel que jugó entre el Tercer Reich y la España de Franco, cambió sus planes.

"Me fui dando cuenta de que era poco conocido pese a que tenía una historia diplomática y política importante. Había sido uno de los grandes interlocutores en Madrid, en los años 40, entre Alemania y España. Vi que su labor diplomática era impresionante", subraya Marta Tomé en una entrevista con Toledodiario.es sobre este libro al que ha dedicado tres años y muchas noches de trabajo.
Erich Heberlein no era un objetivo cualquiera; era el segundo mando de la embajada alemana en Madrid. Su "pecado" fue la desobediencia directa a las órdenes de Ribbentrop, el ministro de Asuntos Exteriores de Hitler, en un momento en que el Tercer Reich presionaba para que España entrara en la guerra. En este sentido, la autora precisa que el secuestro no se produjo por el temor a la información que poseía, sino un acto de represalia por su desobediencia
Indagando sobre Heberlein en los archivos alemanes
El proceso de documentación fue complejo ya que, inicialmente, la autora encontró poca y dispersa información sobre la figura de Herberlein. En muchos libros sobre la Segunda Guerra Mundial o la España de Franco, solo se mencionaba el secuestro con un breve párrafo o se detallaba alguna condecoración que Franco le había otorgado poco antes de la entrevista que mantuvo con Hitler en Hendaya.
En su investigación, Tomé consultó archivos en Alcalá de Henares y, especialmente, el Archivo Político del Ministerio de Asuntos Exteriores en Berlín. También se puso en contacto con historiadores alemanes y, con la ayuda de un estudiante de Historia Contemporánea en Alemania, recibió 600 documentos en alemán que, tras traducirlos, le dieron material suficiente para poder escribir el libro.
Entre ellos se encuentra un documento -que se adjunta en la parte inferior- que recoge de manera precisa el secuestro de Heberlein. En él se hace referencia a Richard Kempe, consejero de la embajada alemana en Madrid que fue enviado a Berlín para dar detalle del secuestro, y a los detalles que ofreció sobre el rapto Hans-Heinrich Dieckhoff, el embajador alemán en Madrid.

Documento del Archivo Político del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán sobre el secuestro de Heberlein
Campos de concentración y regreso a Toledo
En él se detalla que Dieckhoff trasladó que Heberlein habría llegado al aeropuerto de Biarritz el 18 de junio tras ser secuestrado mientras que Margot Calleja cruzó la frontera entre España y Francia por Irún un día después. Sin embargo, el embajador simuló desconocer que el matrimonio había sido secuestrado. Según explica Tomé, una de las hermanas de Margot, Camila, contactó con él y este le trasladó que no sabía nada y que en la fecha del secuestro estaba de viaje.
De esta forma, el matrimonio llegó a Alemania y fueron trasladados a los campos de concentración -estuvieron en Sachsenhausen, Buchenwald y Dachau-. A diferencia de otros presos, fueron tratados como prisioneros de alto rango, al igual que otros presos políticos. Tenían una celda individual, les dejaban salir, a hacer ejercicio o a juntarse con el resto de autoridades.
Una vez liberados, el matrimonio regresó a Toledo y compró una casa en el Casco Histórico, donde residieron tras su liberación. El diplomático vivió en Toledo a partir de los años 50, aunque tuvo que ausentarse durante cinco años para establecer residencia en Alemania y poder solicitar indemnizaciones por haber sido víctima del régimen. Después, llegó a ser miembro de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.
Su historia se recoge en un libro en el que la autora no solo narra el secuestro del matrimonio sino que también explora el complejo tablero geopolítico de la época y las redes de espionaje del Tercer Reich que operaron en España. Tomé, que cubre la actualidad de la información local, se adentró con "ilusión" pero también con cierta "inseguridad" en este trabajo que ha resultado un ensayo histórico que da luz a una de las épocas más aciagas de la humanidad.











