Casi medio siglo después de prohibirse el baño en el Tajo en Toledo (1972) -una restricción que se mantiene en la actualidad-, el Archivo Municipal de la capital regional ha recuperado para su colección un bando del año 1968 en el que el por entonces alcalde de la ciudad, Ángel Vivar Gómez, dictaminaba las normas que había que cumplir para poder realizar esta actividad lúdica en las orillas del río.
"Para proporcionar las mayores seguridades posibles a cuantos quieran bañarse en la parte del río inmediata a la población y evitar que se falte al orden y decencia que la moral pública exige, he dispuesto lo siguiente...". Así comenzaba el bando con el que Vivar "hace saber" a los toledanos los requisitos que tenían que cumplir para bañarse en el Tajo 50 años antes.
Así, la temporada de baño se establecía entre el 1 de julio y el 31 de agosto y las zonas habilitadas para poder hacerlo eran la conocida playa de Safont, el embarcadero de Incurnia y la zona del puente de San Martín, río abajo hasta el Baño de la Cava, donde había "buzos-nadadores para socorrer" al que se encontrara en peligro. Fuera de estos emplazamientos, el baño no estaba permitido a nadie.
La siguiente norma estipulaba que "oponiéndose a la decencia y buenas costumbres, así como a las disposiciones legales vigentes, se prohíbe a todos los bañistas desnudarse y vestirse no siendo en las casetas cubiertas que al efecto estarán instaladas en los lugares designados para bañarse". Y aunque no lo precisaba, de hacer toples ni hablamos...
En este sentido, otra de las pautas a cumplir indicaba que no se consentiría bañarse a las personas que "no lleven puesto el bañador reglamentario", una norma que no conocemos si afectaría también al uso del bikini aunque por aquel entonces ya había ciudades en España que sí permitían esta prenda de baño.
También se resaltaban en este bando las zonas de mayor inseguridad para practicar el baño. Una de ellas, considerada de "mucho peligro", era el lugar donde se sitúa el Barco de Pasaje, donde estaba "totalmente prohibido bañarse". En otras zonas en las que también se alertaba de "peligro" sí se permitía llevar a cabo esta actividad a las personas que supieran nadar, como en el puente de San Martín, río abajo hasta el Baño de la Cava.
Por su parte, la Incurnia era el lugar reservado para el baño de los niños, donde, según apunta este bando, se indicaba el límite del cual no podían salir, con la excepción de hacerlo si iban acompañados de un adulto, quien se haría cargo de "las faltas en que incurran" sus hijos o pupilos.
De su lado, las caballerías de la época tenían un lugar reservado para bañarse tanto en el "Abrevadero de Buenavista" como en la parte baja de la Incurnia. Al final del escrito, el alcalde instaba a los dependientes de vigilancia trasladarle cualquier incumplimiento de las citadas normas para "imponer, según la gravedad del exceso, la corrección que proceda y en su caso, pasar el tanto de culpa a los Tribunales de Justicia". Toledo, a 28 de junio de 1968.
"El mejor Archivo Municipal de España"
Este bando ha sido una de los últimos documentos recuperados para el Archivo Muncipal de Toledo, "el mejor de España", según ha afirmado la alcaldesa, Milagros Tolón, durante la visita que ha realizado para conocer las obras de ampliación que se han llevado a cabo en él para poder guardar y clasificar la inmensa cantidad de documentos que alberga actualmente.
Una de estas últimas colecciones que se ha recuperado con la intención de exponerla también al público es la colección Luis Alba, con más de 10.000 ejemplares. Para poder clasificarla, esta y otras colecciones, han dotado a este espacio de un moderno archivador con capacidad para 3.600 cajas, así como amplios planeros.
Una inversión de 54.000 euros que para el archivero municipal, Mariano García, era "un sueño" desde hace más de diez años. "Permitirá dar sentido físico y una adecuada instalación a la colección Luis Alba”, ha mencionado sobre esta actuación. Además, García ha explicado que el Archivo “se había quedado pequeño”, debido al alto volumen de crecimiento, con la recepción de 700 u 800 cajas al año.
La ampliación de las instalaciones se ha acometido durante los últimos siete meses y ha contemplado la construcción de pasarelas metálicas y estanterías adosadas al muro central y lateral, la instalación de armarios móviles en la tercera planta del Archivo; la tarima y planchas de madera para cubrir las pasarelas y, en último término, las luminarias para las mesas de la sala de trabajo.
En la visita, Mariano García ha dado también a conocer otras de las últimas adquisiciones que tiene el Archivo como son dos carteles de fiestas toledanas, uno de la romería del Valle de 1949 y otro de las fiestas del Corpus de 1967, obra de dos artistas toledanos muy representativos de la técnica cartelista: Quismondo y Moragón.
De otro lado, García ha valorado la perdurabilidad e integración en el diseño de las actuaciones ejecutadas; el respeto a la propiedad intelectual del arquitecto autor del edificio del Archivo Municipal, Ignacio Mendaro, que ha diseñado también la nueva pasarela; la implicación de los trabajadores del Plan de Empleo del Ayuntamiento, los servicios municipales de Carpintería y becarios de la universidad que han participado en el proceso de clasificación de documentos y, en último lugar, la posibilidad de trabajo que ha supuesto esta actuación para empresas de la ciudad y provincia.