El Roscón de Reyes es un dulce típico de Navidad en España. Suele comprarse para celebrar la festividad que lleva su nombre: la llegada de los Reyes Magos. Elaborado con una masa brioche, puede rellenarse de nata, crema o trufa principalmente, aunque en los últimos años también se ha generalizado el uso de chocolate, oreo y otros tipos de galletas. Tradicionalmente está adornado con azúcar, almendra y trozos de fruta confitada de sabores variados.
Prácticamente todas las panaderías del país ya están preparadas para elaborar sus roscones de reyes. Entre ellas, se encuentra el obrador toledano San Telesforo.
"Durante estos días en San Telesforo el Roscón de Reyes toma protagonismo... elaboramos unas 1.500 unidades de roscón artesano natural", aseguran.
Entre sus ingredientes, destacan el "agua de azahar de los sevillanos Luca de Tena, ralladuras de limón y naranjas naturales, mantequilla calidad extra, doble fermentación y horno de solera".
El que es el obrador más antiguo de España, con 217 años de tradición familiar, pone el foco durante los primeros días del año en la producción de roscones, "desplazando sus especialidades: el mazapán y el turrón".
"El secreto del roscón de Reyes de San Telesforo está en la doble fermentación, que permite que quede súper esponjoso y su textura se mantenga hasta el segundo y el tercer día como el primero", aseguran.
El papel de las materias primas es fundamental, según señala el gerente de San Telesforo, Juan Manuel Albelda. Los aromas principales los dan las ralladuras naturales de naranja y de limón y el agua de azahar. “Nosotros utilizamos el mejor agua de azahar del mundo, que es el de los Luca de Tena de Sevilla, también con más de un siglo de tradición”.
"Pero más allá de los ingredientes, otro de los secretos de este roscón de reyes es su magia", afirma ya que también incluyen la tradicional figurita. "Esquivando la tradición no hay haba porque con el roscón de San Telesforo nadie pierde”, apunta Albelda.
La historia del Rosón de Reyes
"Cuenta la tradición que es un dulce típico de la cultura española, aunque este bollo navideño se sirve igualmente en otros países hispanohablantes, principalmente en México, y también en Francia, Bélgica y Portugal", recuerdan desde San Telesforo, uno de los muchos obradores que se ha sumado a esta tradición con vestigios "muchos siglos antes a la civilización romana".
"Este dulce se asociaba a la Fiesta de los Esclavos. Se celebraba en diciembre para conmemorar el nacimiento de un nuevo período de luz y el final del duro trabajo en el campo y, a quien le tocaba el haba, era puesto en libertad", aseguran.
Como muchas otras festividades paganas, el cristianismo tomó esta tradición transformándola en católica.