Esta semana me daba de baja de Ciudadanos y, al despedirme de los excompañeros, me he encontrado con la sorpresa de que algunos (entre ellos un cargo institucional) me han objetado que habiendo sido candidato a las primarias en las elecciones de hace seis meses ahora adopte esta “rabieta” –muy poco respetuosa crítica a un militante que no está de acuerdo con la marcha del partido-. No hay ningún enfado, tan sólo las razones que me llevaron a subirme al barco son las mismas que ahora me empujan a bajarme. Para que quede claro voy a explicar algunas de ellas.
Efectivamente, Ciudadanos ha sido una bandera de enganche de personas –entre ellas yo- realmente preocupadas por mejorar la situación política española desde una posición de centro, reformista y liberal. Personas que no se encontraban cómodas en otras formaciones políticas pues adolecían –en aquel momento- de deficiencias que les impedían ser la solución para España.
Ciudadanos (nos) ofrecía un proyecto de regeneración democrática que era y es absolutamente necesario. Al mismo tiempo ondeaba la bandera de España que habían olvidado algunos partidos “nacionales” o que directamente nunca la habían blandido.
Pues bien, hoy nos encontramos con que la bandera de España y la preocupación por su unidad también es compartida por otros partidos. Además, la lucha contra la corrupción y la regeneración es también un objetivo común de otros partidos que compiten con Ciudadanos por un mismo electorado.
Últimamente han salido del partido afiliados no sólo de mi agrupación, sino también de otras, nos vamos por diversas razones, todas atendibles en una sociedad democrática y deberían hacer pensar a nuestros dirigentes por la causa, en vez de acudir a la descalificación de lo que hasta hace poco era un compañero.
Efectivamente, a mí me ha parecido un error que el partido no haya convocado primarias. Más aún cuando no todos están de acuerdo en que repita el actual candidato. En aquél momento esgrimí unas razones que el tiempo no ha corregido, porque lo que vaticiné sobre el candidato se ha cumplido, al menos en mi opinión.
Hoy los problemas de España, tales como la fata de industrialización de la llamada “España vaciada”, la crisis económica que se avecina, el aumento del paro, el desastroso gobierno del PSOE, las amenazas a la unidad de España por el llamado “procés”, y tantos otros problemas exigen unidad de los partidos
constitucionalistas. En este sentido creo que el proyecto de ESPAÑA SUMA era un gran proyecto y que Ciudadanos debió unirse al mismo.
Pero Ciudadanos, incomprensiblemente se mofó de ello, y a cambio presentan un proyecto de acuerdo con el PSOE, como si la política de los socialistas –que es causa del problema- vaya a mejorar porque les apoye Ciudadanos. Resulta increíble. Por lo menos a una parte importante de la militancia, entre los que me
encuentro, así lo consideramos. No entro en lo de la coalición con UPYD porque a muchos nos parece, sencillamente, de chiste.
Los vaivenes de Ciudadanos no hay quien los entienda, es imposible estar cómodo en un barco que no hace más que dar bandazos. Esos bandazos han llevado a la salida del partido de reputados economistas o políticos que han sido un gran activo de Ciudadanos. Lejos de enmendar, contrasta con que destacados dirigentes escriben tuits insultantes a otros partidos, a los que les proponen precisamente acuerdos ¿Hay quien lo entienda?.
Deseo lo mejor a todos los partidos constitucionalistas, entre ellos a Ciudadanos, que cuenta con importantes dirigentes tanto en Toledo como en otras circunscripciones, pero la valoración global no es positiva y por ello debemos apoyar, democráticamente, a otras opciones que ahora creemos más útiles tanto para Toledo, como para España.
Jesús Primitivo Rodríguez ha sido militante de la Agrupación de Ciudadanos en Seseña y fue candidato en las primarias de Ciudadanos de cara a la cita electoral de abril de 2.019. Es profesor universitario en la Universidad Rey Juan Carlos